El desarrollo le permitió ser representante de Latinoamérica en la semana de la ciencia en el marco de los Premios Nobel, en Estocolmo
La capital del estado de Michoacán, Morelia, es reconocida como “Ciudad de la Cantera Rosa”, por la cantidad de edificios en el centro histórico cuyas fachadas están cubiertas por este material. Sin embargo, el mismo es susceptible de daños que pueden originar productos químicos generados por el tráfico vehicular, por ejemplo, o la pintura empleada en grafitis.
A fin de colaborar en la solución al deterioro de la cantera michoacana, un estudiante del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecytem) 33 plantel Capula, en ese estado, se planteó utilizar materiales naturales para crear una pintura que pudiera proteger las fachadas y borrar el grafiti y el ennegrecimiento ocasionado por las emisiones vehiculares.
Por el desarrollo, Salvador Magdaleno Acosta logró en 2014 ser ganador absoluto del concurso ExpoCiencias estatal y posteriormente del nacional, lo que le dio el pase para asistir el año siguiente, como representante de Latinoamérica, a la Feria de Ciencias en Estocolmo, Suecia, en el marco de la entrega de los Premios Nobel.
Actualmente, esta innovación se encuentra en proceso de patente, y el reto, explicó su creador, consiste en llevarlo a nivel empresarial.
Salvador Magdaleno explicó que para la creación de la pintura utilizó baba de nopal, sal y óxido de hierro como colorante, el cual se obtiene de metales en proceso de deterioro. Si se mezcla con yeso puede utilizarse como una base que permite resanar las superficies cuando parte de éstas se ha desprendido. Su consistencia permite adherirse a las superficies porosas, lo que provoca durabilidad en el tratamiento de los monumentos históricos. En los edificios en donde se aplicó como prueba se mantiene intacta después de dos años.
Dado que la cantera de la ciudad de Morelia es rosa, la pintura se creó originalmente en este color; sin embargo, puede ser adaptada a otras tonalidades, modificando la cantidad de óxido de hierro que se utiliza como colorante. Ello permite aprovechar este material, el cual no tiene otro uso y, por el contrario, es contaminante.
Salvador Magdaleno Acosta desarrolló el proyecto como estudiante de bachillerato de físico matemáticas en el Cecytem 33, plantel Capula, una población de cuatro mil 500 habitantes, en el municipio de Morelia. Ahora estudia la licenciatura en sistemas computacionales en el Instituto Tecnológico de Morelia, que pertenece al sistema del Tecnológico Nacional de México.
Explicó que para participar en el concurso ExpoCiencias estatal llenó la casa de sus padres con aparatos y sustancias que fueron parte de sus experimentos. Sin embargo, considera que sus esfuerzos valieron la pena y que los resultados fueron muy satisfactorios, pues nunca imaginó que participaría en la Semana de los Nobel, en Estocolmo. (Agencia ID)