Por Karla Navarro
Ensenada, Baja California. (Agencia Informativa Conacyt).- ¿Puede un protocolo de ejercicios estimular la comunicación del cerebro con órganos periféricos? Investigadores de la Facultad de Deportes de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) están convencidos de que es absolutamente posible.
Para comprobarlo, los especialistas diseñan un protocolo interválico de ejercicios de alta densidad que estimule la producción del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés), una proteína identificada con el incremento de la supervivencia y maduración de neuronas.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Alberto Jiménez Maldonado, investigador de la Facultad de Deportes de la UABC, comunicó que el objetivo del proyecto es probar los beneficios de los ejercicios de alta densidad en sujetos con obesidad.
“Queremos ver cómo el ejercicio pudiera estar afectando positivamente el funcionamiento del cerebro, estudiándolo a través del marcador BDNF”, apuntó.
Variables metabólicas
La prioridad del proyecto es conocer los efectos del ejercicio interválico de alta intensidad sobre los niveles de proteínas comunicadoras entre cerebro y órganos periféricos. Para ello, los investigadores también estudiarán variables metabólicas relacionadas con la proteína BDNF.
Jiménez Maldonado refirió que la proteína BDNF no solamente tiene beneficios directos en el funcionamiento del cerebro, sino que también ofrece beneficios metabólicos cardiovasculares e incide de forma positiva en la regulación de niveles de glucosa, triglicéridos e hipertensión.
Explicó que a diferencia del ejercicio continuo, en un protocolo por intervalos de alta densidad, el estrés metabólico que sufre el músculo es un estímulo capaz de inducir adaptaciones similares a las que se obtienen en periodos largos de ejercicio.
Es decir, el sujeto podrá obtener los mismos beneficios de 40 minutos de actividad física, en un periodo de 20 minutos de ejercicios de alta densidad por intervalos.
Este último tópico ha sido ampliamente reportado. Sin embargo, los efectos del ejercicio interválico de alta intensidad sobre el funcionamiento del sistema nervioso, permanece como un tema poco explorado, situación que se acentúa aún más en estudios con humanos.
“En esta modalidad que es interválico intenso, el sujeto trabaja de tal forma que en 30 segundos su frecuencia cardiaca puede llegar a 180 latidos por minuto, considerando que el esfuerzo del corazón es proporcional al esfuerzo físico, entonces es una intensidad alta y después es un periodo de recuperación que disminuye hasta 80 latidos por minuto durante cuatro minutos”, precisó el investigador.
En el gimnasio
Contrario a lo que se pudiera considerar, el protocolo de ejercicios de alta densidad no es solamente para personas físicamente activas, sino que se adapta a los parámetros físicos de cada sujeto.
Iván Rentería, investigador de la Facultad de Deportes de la UABC, describió que el protocolo consiste en un periodo de 22 minutos en los que por cada 30 segundos de ejercicio de alta intensidad, sigue un periodo de cuatro minutos de recuperación activa.
Cada sesión se mide por intervalos que van incrementando gradualmente hasta cumplir con 12 sesiones; sin embargo, los protocolos son personalizados de acuerdo a las características del sujeto.
“En cuanto a duración del programa, es muy corto, son 12 sesiones, pero eso es lo innovador del ejercicio, que en muy pocas sesiones y en muy poca duración de tiempo, cada sesión presenta efectos muy positivos para la salud”, destacó el investigador.
Experimentos con sujetos activos
Para comprobar sus beneficios, el protocolo fue probado en 11 sujetos físicamente activos y aparentemente sanos, a quienes se les elaboró un historial clínico y en quienes se revisaron sus niveles de glucosa, presión arterial y se monitoreó su frecuencia cardiaca durante las sesiones de ejercicio.
Iván Rentería informó que además se tomaron medidas como peso, estatura y de pliegues cutáneos para determinar el porcentaje de grasa corporal y comprobar que los sujetos no presentaban sobrepeso ni obesidad.
“Esta primera parte del proyecto fue para estandarizar el protocolo de ejercicio. Si en sujetos sanos se está presentando algún tipo de beneficio, en sujetos con alguna patología se pueden potenciar estos beneficios del programa de entrenamiento”, subrayó.
Mencionó que como parte del experimento realizado en el Laboratorio de Biociencias de la Motricidad Humana de la Facultad de Deportes, los sujetos iniciaron con cuatro intervalos las primeras tres sesiones de ejercicios, después incrementaron a cinco y concluyeron con seis intervalos.
En estas primeras pruebas fue utilizado un cicloergómetro con resistencia electromagnética, bicicleta estática de una sola rueda en la que es posible controlar de forma precisa la variable de resistencia.
Protocolo a la medida
Patricia García Suárez, responsable técnico del Laboratorio de Biociencias de la Motricidad Humana, puntualizó que previo al inicio del protocolo, se aplica una prueba al sujeto para conocer su potencia aeróbica máxima.
“La intensidad será relativa, se ajusta dependiendo los parámetros de la persona, por eso es apto para todos porque es individualizado”, destacó.
Detalló que mientras el sujeto realiza el protocolo, desde una computadora y con el empleo de un softwareespecializado se monitorean variables como el nivel de esfuerzo y trabajo realizado, que de acuerdo con su potencia aeróbica máxima se define el límite de 80 por ciento y en los intervalos de recuperación desciende a 40 por ciento.
“Cada minuto va aumentando la resistencia en la bicicleta y el sujeto tiene que mantenerse a un ritmo constante, si ya no aguanta se detiene y ese nivel de esfuerzo, que se mide en watts, es su 100 por ciento”, agregó Patricia García.
Medición de variables
Para conocer el impacto del protocolo de ejercicios en los sujetos que hasta ahora participaron en el estudio, los investigadores cuentan con controles que son las variables metabólicas como glucosa, triglicéridos, colesterol y frecuencia cardiaca.
En el caso de la proteína BDNF, el doctor Alberto Jiménez indicó que se mide por la técnica ELISA y para ello se toman muestras de sangre antes y después de la etapa experimental, lo que permitirá conocer si los niveles de esa proteína han incrementado.
“Acabamos de terminar la etapa experimental y en las próximas semanas estaremos haciendo la evaluación metabólica de las muestras”, adelantó el investigador.
Señaló que una vez que obtengan los primeros resultados, buscarán una nueva etapa de experimentos en la que participen personas con diabetes, en quienes buscan identificar la correlación entre la proteína BDNF y la recuperación de la función pancreática para un procesamiento más eficiente de la glucosa.