Por Hugo Valencia Juliao
Ciudad de México. (Agencia Informativa Conacyt).- El desarrollo de tecnología en el sector de la salud es un área de oportunidad para las nuevas empresas mexicanas y los centros de investigación. Sin embargo, el desarrollo de dispositivos médicos requiere una certificación muy estricta que si no se le da un tratamiento especial puede derivar en un proceso largo y tedioso dificultando todo el proyecto.
El innovador de alta tecnología en salud, Jorge Zapata, expresó que uno de los principales problemas alrededor del desarrollo de dispositivos médicos es poder lidiar con los procesos regulatorios. “Las empresas necesitan cada vez más capital humano con el conocimiento de los procesos legales que implica el desarrollo de una tecnología que va a ser utilizada con humanos”, aseguró.
Para el especialista, quien trabaja en su startup Turning Mode en Cleveland, Estados Unidos, dedicada a trabajar con innovadores del sector de la salud, la generación de capital humano especializado es fundamental, pues es el factor que brinda los fundamentos tecnológicos, científicos y sociales a un proyecto. “Todavía falta trabajo por hacer desde las universidades para crear profesionales con una conciencia tecnológica en el paciente. Es decir, a los emprendedores les falta preguntarse qué tanto impacto está teniendo su tecnología en la vida útil de un paciente”.
La empatía con los pacientes y el entendimiento de los factores sociales y humanos son muy importantes, reconoció Jorge Zapata, pues aseguró que todo emprendedor tiene que tener muy claro este aspecto para el desarrollo de una tecnología para la salud.
Otra parte importante es buscar problemas reales que se puedan resolver con la tecnología. “Cuando no existe un problema real es muy probable que la tecnología vaya a fracasar, desde el punto de vista técnico hasta en el aspecto comercial. Lo importante es encontrar algo que no tenga solución o algo que tenga una solución inapropiada”.
Expresó que el punto está en encontrar cómo se ajusta el problema a la solución tecnológica que se propone, y cómo esta se ajusta al mercado. Para ello es necesaria la vinculación que tengan emprendedores del sector salud.
La gestión regulatoria en una empresa pequeña debe tener la misma importancia que en grandes y medianas empresas, “el proceso no cambia, lo que cambia es el acceso al talento, es decir, las compañías de gran escala pueden atraer al capital humano especializado de forma mucho más efectiva”, aclaró.
El reto para las compañías pequeñas es encontrar el balance entre la gestión de calidad y la comercial para así lograr proyectos innovadores que propongan soluciones efectivas y seguras, concluyó en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
“Acompañar” a las empresas
Por ello existen centros públicos de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) que buscan acompañar a las empresas de cualquier tamaño en los procesos de innovación, a fin de lograr vincular la tecnología con el sector productivo a nivel mundial.
Emilio Sacristán Rock es investigador, inventor y emprendedor en el campo de la tecnología médica. Actualmente, se desempeña como director del Centro Nacional de Investigación en Imagenología e Instrumentación Médica (CI3M) de la UAM, unidad Iztapalapa, y es miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). |
Uno de ellos es el Centro Nacional de Investigación en Imagenología e Instrumentación Médica (CI3M) de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y el Conacyt, el cual busca llevar a buen puerto proyectos de desarrollo tecnológico propios dirigidos hacia el sector salud.
El doctor Emilio Sacristán Rock, director del centro, dijo que se encargan no solo de la investigación básica y aplicada sino también de la transferencia tecnológica a través de la creación de nuevas empresas que puedan ser el vehículo de transportación de los proyectos, con el objetivo de que al final la tecnología sea transferida a la iniciativa privada.
“Desde nuestros inicios hemos creado 12 empresas de base tecnológica con la visión de que sean vendidas”, aseguró el doctor Emilio Sacristán en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
El panorama alrededor del emprendimiento se ha transformado en los últimos años porque, según el propio investigador responsable del CI3M, hace 10 años todavía no se contemplaban los factores que vinculaban la investigación con el sector productivo y había muy pocos entes que lo incentivaban.
“Se está empezando a valorar en la comunidad científica este tipo de esfuerzos. Hemos logrado un reconocimiento y un prestigio importante, incluso a nivel internacional, pues ha habido empresas de todas partes del mundo que quieren trabajar con nosotros”, dijo Emilio Sacristán.
Una de las claves del éxito de este centro de investigación es que se ha ido formando con gente altamente capacitada en todas las fases de los procesos de innovación de alto impacto social, a través del desarrollo de dispositivos médicos.
Por lo que reconoció que actualmente lo más difícil ha sido encontrar a los investigadores y personal del centro con las capacidades que se requieren para llevar los procesos de desarrollo tecnológico de un dispositivo médico desde cero hasta poder crear una patente.
“Encontrar los mecanismos de financiamiento para un nuevo proyecto tecnológico puede resultar en una tarea muy complicada, sobre todo por el riesgo de inversión en el sector salud que suele ser uno de los más altos”.
Fondos y suministros
La directora de Comercialización de Tecnología del Conacyt, la maestra Teresa de León Zamora, comentó que el Conacyt tiene fondos para que las empresas beneficiadas puedan invertir en equipo, suministros y capital humano.
La novena edición de ExpoMED contó con la presencia de más de 250 expositores de aproximadamente 15 países que presentaron más de 30 mil marcas especializadas del sector médico, lo que convierte este encuentro en el evento de negocios de innovación en salud más importante de Latinoamérica. |
Afirmó que se tiene que identificar cuál es el objetivo del proyecto de desarrollo y, sobre todo, en qué etapa está, para poder determinar la viabilidad de que una empresa sea sujeto de apoyo para el desarrollo de un dispositivo médico.
“En el caso del desarrollo de tecnología para el sector salud, los tiempos se pueden extender a comparación de otros proyectos de desarrollo tecnológico que no requieren una certificación y regulación tan estricta”, explicó De León Zamora.
Los diferentes esquemas de financiación pueden variar dependiendo la etapa del desarrollo y van desde el llamado fondo “ángel” hasta la financiación de bancos de inversión o inversionistas privados.
Los fondos del Conacyt apoyan a las empresas desde la investigación básica pasando por las etapas de prueba de concepto y desarrollo de prototipos hasta llegar a la fase precomercial. Por lo que, afirma la directora, es una excelente oportunidad para los emprendedores porque en el pasado no existían tantos esquemas a fondo perdido del sector gubernamental.