Por Montserrat Muñoz
Guadalajara, Jalisco. (Agencia Informativa Conacyt).- La colaboración científica y tecnológica entre México y Estados Unidos ha funcionado de manera bilateral desde hace varias décadas. A fin de promover aún más el trabajo conjunto entre estos dos países, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y su contraparte estadounidense, la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF, por sus siglas en inglés) lanzaron una convocatoria paralela.
A partir de esta convocatoria se desprendieron cinco nodos, que cubren igual número de regiones en el país. Uno de ellos es el Nodo Binacional de Innovación del Bajío (NoBI-Bajío), el cual se integra por siete instituciones de educación superior y centros de investigación con sede en Guanajuato, Michoacán o Jalisco.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el maestro Evaristo Urzúa Esteva, responsable de la Oficina de Vinculación del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (Ciatej), comentó que el programa se basa en aprender la metodología I-Corps.
“El NoBI-Bajío surge de una convocatoria del Conacyt y la NSF para generar nodos con la idea de impulsar la generación de empresas de base tecnológica. No solamente tecnología y conocimiento, sino aplicarlo para generar un beneficio, una riqueza a nivel económico que implique generación de empleos”, señaló.
La estrategia es que esta red de nodos evolucione para que existan más instituciones que trabajen con esta metodología y se multipliquen las empresas de base tecnológica, así como para permitir la colaboración interinstitucional de manera internacional.
El NoBI-Bajío se integra por el Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat), el Instituto Tecnológico Superior de Irapuato (ITESI), el Instituto Tecnológico de La Piedad (ITLP) —ambos pertenecen al Tecnológico Nacional de México (Tecnm)—, Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), unidad León, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), el Ciatej y el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav IPN), unidad Irapuato; este último será la entidad que coordine los trabajos.
Más empresas de base tecnológica
La metodología I-Corps, programa ideado por la NSF en 2012, busca facilitar la comercialización de tecnología a través de la creación de nuevas empresas a partir de investigación desarrollada en universidades y similares.
En 2015, el Conacyt y la NSF realizaron un piloto de este programa, donde se capacitó a la primera generación de instructores de esta metodología. En esta nueva edición, cada institución participante propondrá tres equipos —integrados por un investigador principal, un líder emprendedor y un asesor empresarial—, quienes durante siete semanas trabajarán con un instructor certificado bajo el programa de la metodología I-Corps.
Para ser elegibles, los equipos propondrán una idea de un producto, servicio o proceso de valor agregado con potencial para aterrizarse como una empresa de base tecnológica. Los 21 equipos serán elegidos en junio, para tomar el curso del 31 de julio al 23 de septiembre.
En estos cursos, los participantes buscarán acercarse a sus potenciales beneficiarios y entender sus necesidades, a fin de aportar soluciones tecnológicas específicamente pensadas para resolver sus problemas.
“Aunque no hay restricción en cuanto al tipo de proyectos que se van a aceptar, el objetivo es generar empresas de base tecnológica. Por ello, la idea principal tiene que ser tecnología. En el caso de Ciatej, por ejemplo, habrán de estar basadas en biotecnologías”, afirmó el maestro Evaristo Urzúa.
“Al final del proceso no necesariamente vas a tener una empresa o una tecnología lista para el mercado, pero sí un esquema más sólido. Si la idea es buena, puedes tener un esquema más maduro o de plano desecharlo”, continuó.
Tanto en Ciatej como en el ITESO, están convocados a participar estudiantes de pregrado y posgrado, investigadores y catedráticos, “cualquiera que tenga idea de hacer una empresa de base tecnológica”, señaló Evaristo Urzúa.
Caso ITESO
El maestro Óscar Favio Fernández Larios, director del Centro para la Gestión de la Innovación y la Tecnología (Cegint) del ITESO, señaló que a través de su participación en el NoBI-Bajío, la universidad busca incentivar al cuerpo académico y al alumnado a ser innovadores y emprendedores.
“La universidad desarrolla investigación pero nos está faltando que esa investigación tenga la capacidad de crear nuevas empresas —de base tecnológica— a partir del conocimiento generado”, apuntó, a la vez señaló que esta es una oportunidad para que los académicos e investigadores trabajen teniendo más claro el destinatario o beneficiario de su desarrollo o tecnología.
El maestro Fernández Larios indicó que uno de los principales impactos que tendrán los trabajos del NoBi-Bajío será la sensibilización de los investigadores hacia nuevas formas de emprender y el entendimiento de un modelo de negocios, así como vinculación de los investigadores y los laboratorios con la comunidad de capital semilla e inversión de riesgo.
“Estamos integrándonos más como región, hay una riqueza muy interesante entre los estados que estamos participando. Debemos hacer proyectos entre los estados y entre las instituciones. El proceso de la implementación del NoBI-Bajío […] nos hará más sensibles para que en el corto y mediano plazo busquemos mayores soluciones a los problemas que aquejan a la región”, comentó el catedrático.
“El objetivo es que realmente impactemos en la región y que el día de mañana tengamos más empresas de mexicanos para resolver problemas de mexicanos. Gente de la región resolviendo problemas de la región”, concluyó el maestro Fernández Larios.