Fuente: ANTIMIO CRUZ BUSTAMANTE, Reportero de Ciencia, Tecnología e Innovación, Revista Digital Mi Patente, [email protected], www.mipatente.com
Una planta de 30 centímetros de altura, que se puede colectar en bosques de altura media de Hidalgo, Tlaxcala, Michoacán y en diferentes regiones mexicanas donde crecen árboles de pino y encino, contiene un conjunto de fitofármacos que han demostrado alta capacidad para desinflamación y cicatrización y que pueden ser transformados en un conjunto de productos farmacéuticos patentables.
El nombre científico de la planta es Bacopa procumbens, pero popularmente se le conoce como metatera, trencilla, esperanza y hoja de esperanza. En las últimas semanas esta planta ha sido muy comentada en medios de comunicación a raíz del anuncio de que científicos mexicanos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) solicitaron el registro de patente para un gel, basado en fitofármacos de la metatera, para acelerar el proceso de cicatrización de heridas en por lo menos 72 horas.
El doctor Guillermo Pérez Ishiwara, investigador del Sistema Nacional de Investigadores nivel II y profesor de los programas de doctorado en Biotecnología y maestría en Biomedicina Molecular de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía(ENMyH) y líder del proyecto de investigación del hidrogel, explicó que la investigación con esta planta empezó hace casi diez años y que el gel no es un simple extracto de la planta, sino una sustancia nanoestructurada, sin riesgos de toxicidad y que ha demostrado tres funciones biológicas: desinflamación, diferenciación celular y regeneración de tejidos
Más allá de este gel, que se puede considerar una innovación disruptiva, porque ayuda a producir tejido de manera acelerada pero controlada, todo el conocimiento científico generado en una década abre el camino para elaborar medicamentos para otras enfermedades que destruyen tejidos, como la diabetes y algunas enfermedades articulares.
Cicatrización paso a paso
Después de una herida, la formación completa de una cicatriz puede tardar entre 12 y 14 días porque ocurren tres fases para la formación de nueva piel en la zona dañada:la fase inflamatoria, la fase de migración y diferenciación de los fibroblastos, y la fase de regeneración o remodelación tisular. El invento politécnico actúa en las tres fases, acortando el tres o cuatro días el proceso de formación de cicatriz.
“Esta es una planta con alto potencial antioxidante y esto se debe a la presencia de ácidos fenólicos y flavonoides, que combinados con la nanotecnología modulan el proceso inflamatorio. En segundo lugar, el producto también controla el proceso de migración y diferenciación celular de los fibroblastos, que van a conformar el tejido de reemplazo y la matriz extracelular conformada principalmente por dos tipos de colágena. Ahora sabemos que el hidrogel lo hace a través de un receptor celular específico que recién descubrimos. Esto hace que los fibroblastos que migraron hacia la región donde se perdió tejido por daño físico y que luego se diferenciaron produzcan el recambio acelerado pero controlado de la colágena, para formar nuevo tejido”, dijo el doctor Pérez Ishiwara.
La piel recupera más del 80 por ciento de la calidad mecánica y fisiológica que tiene una piel no dañada y de manera muy importante con una calidad estética óptima, sin formas cicatrices queloides o fibroticas.
“Finalmente, el producto ayuda al tercer proceso de cicatrización, que es el proceso de remodelación y re-epitelización, en el que las fibras de colágena y demás componentes celulares se terminan de ordenas espacial y temporalmente, que normalmente es un proceso muy tardado que puede tardar semanas o incluso meses. Con el producto que hemos desarrollado aceleramos el proceso de cicatrización de 72 a 96 horas, lo que es muy valioso para evitar infecciones o de especial relevancia en los procedimientos quirúrgicos en las que se requiere que la cicatrización no sea sólo superficial sino óptima desde el punto de vista mecánico”, añadió.
Transferencia tecnológica
Conocida popularmente como “Metatera”, la planta Bacopaprocumbens, de la que han sido extraídos algunos de los principios activos que componen este producto que acelera la cicatrización, crece en los estados del altiplano mexicano en zonas de bosquede pino y encino.
Un trabajo de esta dimensión, sin los recursos de una farmacéutica privada, requiere del trabajo transdisciplinario de biólogos moleculares, patólogos, químicos de proteínas, médicos, físicos y nanotecnólogos.
“Lo que estamos buscando es llevar un hallazgo científico a un producto innovador que sea útil a la sociedad”, subraya el doctor Guillermo.
Los resultados exitosos, que han sido presentados en revistas y congresos científicos nacionales e internacionales, han provocado que se hayan acercado al grupo dos compañías farmacéuticas que desean comprar la patente: una de Italia y una de México.
“Sin embargo, la decisión del grupo de investigadores que hemos trabajado en este desarrollo es conservar el desarrollo en una empresa de base tecnológica politécnica que sea formada por los propios investigadores y estudiantes, para lo cual el IPN nos está acompañando en este proceso, además de que hicimos la solicitud de registro de patente y ya registramos una marca para comercializarlo”, indicó el profesor e investigador del IPN.