Por Marytere Narváez
Mérida, Yucatán. (Agencia Informativa Conacyt).- “Forefront: frente de avance agrícola” es un estudio desarrollado por instituciones académicas de México, Brasil y los Países Bajos en torno a los beneficios de la naturaleza en las fronteras agroforestales de bosques tropicales vinculado con estrategias de actores sociales, biodiversidad funcional y servicios ecosistémicos.
Miguel Martínez Ramos, profesor investigador del Instituto de Investigaciones de Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y colaborador del proyecto, describió en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt que el proyecto inició en 1994 con un estudio sobre aspectos básicos de la coexistencia de especies y la dinámica de poblaciones en la selva lacandona.
“Ahora estamos yendo hacia la parte donde vive la gente y se manejan sistemas agrícolas, como la producción de maíz, o pecuaria, como la ganadería. Lo que queremos es entender cuáles son los usos del suelo agropecuarios que pueden permitir que el bosque pueda recuperarse todavía”, apuntó.
El proyecto es desarrollado por el Instituto de Investigaciones de Ecosistemas y Sustentabilidad de la UNAM, El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), unidad Chiapas, la Universidad de Wageningen, en los Países Bajos, y la Universidad Federal de Viçosa, en Brasil.
Sistemas de uso extensivo y poco extensivo
De acuerdo con Martínez Ramos, investigador nacional nivel IIII, la capacidad de recuperación de los bosques varía según el uso que ha tenido. Cuando se trata de un uso muy extenso —que implicó una gran cantidad de agroquímicos y empleo de maquinaria—, su capacidad es muy baja y requiere de restauración ecológica de altos costos. “Se tienen que comprar las plantas que se van a introducir y cuidarlas durante todo el proceso”.
Los sistemas de uso menos extensivos permiten el crecimiento de árboles de manera natural, lo que tiene un costo menor y mantiene la biodiversidad. “Estamos investigando cuál podría ser el mosaico de uso de esos paisajes ya colonizados que pueden permitir que exista la producción agropecuaria, pero que al mismo tiempo tenga la capacidad de mantener la biodiversidad”, apuntó.
Estudio de paisajes permanentes
La metodología desarrollada en el estudio se conoce como paisajes permanentes, que representan distintas fases de la conversión de un bosque a un sistema productivo. “Por ejemplo, desde paisajes de tres por tres kilómetros que están totalmente cubiertos de selva, hasta paisajes que ya fueron totalmente convertidos a pastizales, y el gradiente entre los dos extremos”, describió el investigador.
En los paisajes permanentes, los investigadores seleccionan un número de puntos —áreas circulares de 15 metros de radio— y realizan un inventario de los árboles que se encuentran en ellos.
“Nosotros no tenemos la intención de impedir a la gente que trabaje sino que realicen su actividad como siempre, estamos siguiendo a través del tiempo cómo esos mismos paisajes se están transformando y cuáles son los impactos en la pérdida de diversidad”, expresó.
Hasta el momento se han estudiado especies arbóreas de tres sitios de investigación en la Selva Lacandona, la región de La Sepultura, en Chiapas, y en la región de la Selva Atlántica, en Brasil. Próximamente se pretende evaluar los impactos en comunidades de aves, mamíferos e insectos para tener una visión más integral de la diversidad.
Colaboración interdisciplinaria y transmisión del conocimiento
“También estamos viendo cuáles de los usos agrícolas pueden formar un mosaico que sea productivo para la gente y que sea económicamente viable, porque aunque la gente quiera conservar el bosque, no conoce formas alternativas de usar el suelo. Esa tarea no es solo de los biólogos, se requiere de veterinaria, agricultura, manejo forestal y economía”, apuntó el investigador.
A esto se suma la vinculación y la transmisión del conocimiento hacia otros sectores de la sociedad, por lo que el proyecto contempla la participación de especialistas en artes escénicas, musicales, visuales y estrategias comunicativas. “Buscamos un diálogo entre la gente de las comunidades campesinas, los académicos e incluso los políticos”, indicó.