Por Génesis Gatica Porcayo
Ciudad de México. (Agencia Informativa Conacyt).- Los eventos meteorológicos y geológicos que se desarrollan en desastres naturales son capaces de cobrar vidas, generar daños materiales y suspender el flujo económico de las comunidades afectadas. De acuerdo con el estudio sobre el Impacto Socioeconómico de los Desastres en México en 2016, los daños y pérdidas estimados por los desastres naturales y antrópicos ocurridos ese año ascendieron a los 13 mil 793 millones de pesos.
Todavía hace falta sumar el costo de las afectaciones ocurridas en 2017; sin embargo, y solo tomando en cuenta estimaciones de los especialistas, será alrededor de los 38 mil 500 millones de pesos.
Ante la urgencia de aplicar soluciones tecnológicas eficientes que apoyaran en las labores de rescate de aquellos afectados por los recientes sismos y huracanes que afectaron a México en el último trimestre de 2017, un grupo de organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas, estudiantes, empresarios, gobierno y profesionistas del sector de las tecnologías de la información (TIC) crearon la iniciativa Tecnoayuda: Tecnología que salva vidas.
Esta propuesta es encabezada por el programa Civismo Digital Mx y también se encarga del apoyo a rescatistas y sobrevivientes. Korina Velázquez Ríos, directora de la Asociación Latinoamericana en Cibercivismo, A.C., explicó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt la importancia de iniciativas que fomenten la apropiación social de la tecnología creada para situaciones de emergencia.
Tecnología para la sociedad
La iniciativa Tecnoayuda es un esfuerzo donde especialistas de 20 organizaciones, tanto públicas como privadas, se dieron a la tarea de identificar y poner a disposición del público innovaciones tecnológicas y dispositivos ya existentes, así como prototipos en proceso de investigación que pueden ser utilizados en situaciones de crisis por catástrofes naturales.
Toda la idea surge a partir del sismo ocurrido el 19 de septiembre de 2017 y la ayuda que la situación ameritaba tener. Sin embargo, el panorama de auxilio y rescate a las víctimas no distaba en la similitud con el sismo de hace 32 años.
El sistema llamado RieSis fue construido en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) con el objetivo de apoyar a las autoridades de la Ciudad de México en el manejo de un desastre provocado por un terremoto de gran magnitud en la capital del país. |
“Fue muy frustrante ver fotografías de 1985 que se confundían con las imágenes tomadas con este reciente sismo: gente cargando piedras, removiendo escombro con picos y palas pero no había ningún tipo de tecnología”, explicó Korina Velázquez.
Hubo ciertos instrumentos que fueron donados por empresas pero que no se usaron y tampoco existe un reporte concreto que estimara si hubo gente rescatada con la tecnología que sí utilizaron.
Con ayuda de especialistas y alumnos con perfiles de ingeniería en mecatrónica o informática se identificó la forma de ayudar a la gente afectada a través de diferentes etapas.
Estas fueron: tecnología que podía utilizarse para prevenir y alertar, tecnología que debía usarse en los primeros días de emergencia y aquella que sirve para dar seguimiento posterior al evento, tanto en la distribución de la ayuda como para verificar que el apoyo realmente llegara.
Desarrollos inmediatos
“En ese momento nos enfocamos en cosas que pudieran realmente ser de utilidad en los primeros días de emergencia, entonces en ese fin de semana surgieron algunas listas de proyectos”, comentó la directiva.
Dentro de los desarrollos que se realizaron se encuentra un sensor equipado con cámara y micrófono que identifica dióxido de carbono (CO2) utilizando el concepto de endoscopio que se usa en medicina, y cuya eficiencia registra el rescate de seres vivos atrapados en derrumbes, y con capacidad de expandirse entre cincuenta y cien metros.
Asimismo cuentan con propuestas a base de filtros de agua con nanofibras, donde se reutiliza el agua contaminada para convertirla en agua potable, basando su funcionamiento en los filtros de agua espaciales. Cuentan también con chalecos de seguridad con iluminación led, batería y panel solar para rescatistas.
Tienen además cámaras hiperespectrales, lámparas de luz elaboradas con PET, así como un sistema informático para atender una contingencia sísmica severa (RieSis).
El equipo sigue trabajando en los prototipos, pues la idea es perfeccionarlos y para esto ya se encuentran en la segunda fase, donde buscan patrocinios que faciliten la creación de más tecnología, “no basta con tener tres o cuatro prototipos, necesitamos tener un inventario suficiente que esté disponible cuando haya otra necesidad”.
De acuerdo con Korina Velázquez, el cambio climático llegó para quedarse y la intensidad y frecuencia de los fenómenos naturales aumentará con el paso de los años, así que con el apoyo de Infotec buscan tener todos estos esfuerzos actualizados y resguardados dentro de los centros de datos que tiene, para que en el momento en que se requiera haya información disponible para actuar inmediatamente.
Para conocer más de la iniciativa Tecnoayuda: Tecnología que salva vidas y aportar a la causa, visita su página oficial aquí. |
A propósito de los desarrollos, un par de jóvenes del Instituto Tecnológico de Álvaro Obregón —que pertenece al Tecnológico Nacional de México (Tecnm)— creó un prototipo de contador de personas de la mano de Infotec, donde usaron el internet de las cosas, con el objetivo de instalar Internet en las puertas de edificaciones y lo que hace es identificar cuántas personas entran y salen de un inmueble en tiempo real.
“Es como una caja negra de aviones y lo que hace es identificar cuántas personas están aún en el edificio y además puede identificar si son hombres, mujeres o menores de edad, lo cual es información crucial en un momento de emergencia”, explicó.
Estos trabajos han sido posibles por el esfuerzo colaborativo entre la Agencia Espacial Mexicana, empresas particulares que se dedican al análisis de datos, investigadores del Centrogeo y profesionistas de TIC, entre otras organizaciones, donde vieron que era oportuno usar este tipo de aplicaciones.
Romper la brecha digital
Todos estos proyectos tecnológicos fueron presentados en las instalaciones de la Unidad de Desarrollo Tecnológico TechnoPoli en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), institución que también ha brindado apoyo a la iniciativa Tecnoayuda con recursos materiales y humanos para tener un inventario más grande.
La plataforma de riesgo sísmico (RieSis) fue ganadora del Premio Nacional de Protección Civil en 2014 y pese a ese distintivo no se usó, ya que de acuerdo con la especialista existe una importante brecha en el uso de la tecnología llamada brecha digital.
“Con esta brecha se demuestra que no solo es importante tener la tecnología y usarla, sino que es necesaria la apropiación, que la tecnología se haga parte del conocimiento público, es decir, que la gente sepa que existe y que sepa que puede recurrir a nosotros en cualquier momento”.
Las actividades que actualmente tiene Tecnoayuda 19S es ir perfeccionando los prototipos e identificar lugares y comunidades donde se puedan instalar y probar abiertamente.
Esto es un proyecto de largo plazo y lo que el equipo busca es que no suceda nuevamente lo ocurrido con los sismos de septiembre, que a pesar de contar con la tecnología esta no se usó.
Lo que el equipo de trabajo necesita en estos momentos es ayuda para generar presupuesto o donaciones para construir más inventario, así como recursos humanos que sepan de aplicaciones y programación, “queremos mantener la transparencia con lo que hacemos ya que creemos que esta iniciativa establecerá precedentes a nivel mundial porque es un modelo replicable y todo ser humano debería beneficiarse de la tecnología”.