El acontecimiento significa un gran paso para el sector espacial nacional y lo ubica en el panorama mundial
Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México diseñaron y fabricaron un nanosatélite que realizó un vuelo suborbital el 26 de noviembre de 2017, desde las instalaciones del Consejo de Ciencia, Tecnología e Innovación de Hidalgo (CITNOVA). El hecho significa para el sector espacial mexicano la construcción del primer nanosatélite de manufactura nacional que es lanzado a la estratósfera para cumplir satisfactoriamente con una serie de objetivos.
El llamado NanoConect1 es un nanosatélite (Cubesat) compuesto por tres cubitos de 10 por 10 centímetros cuadrados. “Es toda una plataforma de satélite completa, ya que tiene dos sistemas de telecomunicaciones redundantes, computadoras de abordo, sistemas de monitoreo interno, de potencia, de almacenamiento de energía en baterías y de paneles solares, además de que puede llevar una carga útil”, detalla quien encabeza el proyecto Gustavo Medina-Tanco, responsable del LINX y adscrito al Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX) del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM.
Asimismo, destaca que para el lanzamiento se utilizó la plataforma y servicio de acceso a la estratósfera ATON, misma que se emplea regularmente desde hace un par de años para la validación de tecnología espacial.
Durante el vuelo, el dispositivo alcanzó poco más de 32 kilómetros de altura, la estratósfera, y bajo condiciones suborbitales se evaluaron vuelo y estructura mecánica, con la finalidad de determinar su rango de supervivencia.
De igual forma se transportó como carga útil un fotomultiplicador de silicio, es decir, un detector de partículas a base de luz, para ejecutar diversos experimentos científicos. Este sistema se espera reemplace a los utilizados hasta ahora que son fabricados de vidrio.
El doctor Medina–Tanco refiere en entrevista que vivimos un momento en el que se están cambiando los paradigmas en el segmento espacial, pues hay una revolución tecnológica relacionada con la miniaturización para la reducción de costos. Ejemplo de ellos son los cubesats, donde se compensa confiabilidad con potencia de cálculo a un costo muy bajo.
“Ya no se vislumbra construir un satélite que cueste 80 millones de dólares para que dure cinco años, sino microsatélies que me den el mismo servicio y tengan una durabilidad de seis meses, pero que costarán 50 mil dólares, la inversión es considerablemente menor. Parte del mismo criterio es contemplar los posibles errores o fallas, que de presentarse no significarán perder 80 millones sino 50 mil dólares por artefacto”.
El investigador expone que la reducción de costos también considera que los lanzamientos sean más baratos, así como que se pueda recuperar la nave, como no sucede hasta ahora. Recalca que por las mismas razones se ha abierto la posibilidad a los países emergentes de para poder ir al espacio.
A pregunta expresa, señala que en Hidalgo hay condiciones atmosféricas adecuadas, como vientos en la estratósfera y terreno accesible para recuperar las cargas, así como relativamente baja circulación de aviones para no intervenir en el tránsito aéreo.
“El lanzamiento no es evento mediático con el estado de Hidalgo; se trata de una cadena de valor de desarrollo tecnológico donde cada acción es antecedida de otras actividades y donde una de las futuras acciones es la construcción de este primer Laboratorio Nacional de Acceso Estratosférico.
“En el estado de Hidalgo hay voluntad política para el desarrollo de innovación en el sector espacial y nos han brindado todo el apoyo necesario. Más aún, CITNOVA soporta en la logística y en la búsqueda de fondos para un proyecto mucho mayor que está en curso: una base de acceso estratosférico dedicada que permita también la integración de cargas tecnológicas que serán el embrión del desarrollo espacial del país, así como la formación de recursos humanos de manera práctica y ligada a industrias. Esta es la oportunidad de hacerlo”, aclara el doctor Medina-Tanco. (Agencia ID)