Por Hugo Valencia Juliao
Ciudad de México. (Agencia Informativa Conacyt).- Durante el Primer Congreso Nacional de Bioturbosina, organizado por el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt), autoridades e investigadores perfilaron, en una visión a largo plazo (2025 y 2030), la construcción de dos biorrefinerías especializadas en la producción de bioturbosina.
El objetivo que buscan a través del Clúster de Bioturbosina —liderado por el Ipicyt— es colocar a México como líder mundial en combustibles sustentables para la aviación.
El subsecretario de Planeación y Transición Energética de la Secretaría de Energía (Sener), Leonardo Beltrán Rodríguez, dijo que hasta ahora en la consolidación de los proyectos de investigación en materia de bioenergía se han invertido —entre dinero público y privado— alrededor de mil 400 millones de pesos en el Centro Mexicano de Innovación en Bioenergía (Cemie-Bio).
El dinero público proviene del Fondo de Sustentabilidad Energética Sener-Conacyt que está financiando por cuatro años los esfuerzos de investigación en materia de bioenergía.
“Para concretar el proyecto, es necesaria la colaboración de todos los sectores de la industria, y de la mano desarrollar líneas de trabajo con acciones estratégicas”, explicó Beltrán Rodríguez.
El Clúster de Bioturbosina nació hace dos años y es el esfuerzo más grande en cuanto a inversión del gobierno federal para desarrollar investigación alrededor de la producción de biocombustibles.
La huella de carbono
Una economía basada en la bioenergía forma parte de las políticas públicas en México, por lo que en 2016, el gobierno federal emitió la Ley de Transición Energética (LTE).
El documento contempla tener un portafolio de energía limpia de al menos 35 por ciento para 2024 y de 50 por ciento para 2050, es decir, la mitad de la energía que se consume en México.
El subsecretario de la Sener explicó que reducir la huella de carbono de la industria aeronáutica del país también es una prioridad para lograr los compromisos internacionales firmados.
El desarrollo de un plan tecnológico de ruta con respecto al desarrollo de bioturbosina es parte de lo que ya se realizó y es el documento guía bajo el que están trabajando actualmente.
“Un par de refinerías de 750 millones de litros al año es el objetivo a seguir en los próximos años. Aprovechar el talento mexicano y colocarnos a la vanguardia en el desarrollo de combustibles para avión”, dijo Beltrán Rodríguez.
El director de desarrollo tecnológico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Néstor Lorenzo Díaz Ramírez, dijo que este proyecto también implica el desarrollo de recursos humanos capacitados, al integrar a cientos de jóvenes investigadores.
El doctor David Ríos Jara es investigador del Ipicyt y responsable técnico del Clúster de Bioturbosina. Él coordina los grupos de investigación de todas las instituciones participantes.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, explicó que hay dos formas de producir bioturbosina: a través de grasas animales y aceites vegetales o con azúcares y alcoholes, por lo que ahora están validando las ventajas y desventajas de ambas tecnologías.
Además explicó que el proyecto fue apoyado en un plazo de cuatro años, por lo que están a la mitad del mismo, y en esta fase están identificando las fuentes de biomasa que pueden ser de mayor utilidad como materia prima para el desarrollo de bioturbosina.
Biocombustibles: energía del futuro
Hasta hoy solo existen tres biorrefinerías de turbosina en el mundo: una en Los Ángeles, en Estados Unidos, y dos más en Finlandia, por lo que el investigador aseguró que es una excelente oportunidad para el país seguir trabajando este tema.
“Las líneas de investigación del Clúster de Bioturbosina son la biomasa, sustentabilidad, transformación y mercado. Es muy importante la parte de mercado para lograr equiparar el precio de la bioturbosina con la turbosina que proviene de combustibles fósiles”.
Por último, Ríos Jara resaltó los beneficios que reporta al medio ambiente el desarrollo de alternativas ecológicas a la turbosina.