Por José Antonio Romero
En un mundo globalizado como en el que vivimos actualmente, en donde prácticamente se tiene injerencia muy fácilmente en cualquier actividad económica al nivel mundial, es de importancia fundamental el poder proteger los derechos de propiedad industrial de los desarrolladores (personas físicas y/o personas morales).
Al abrirse el mundo y nuestro país al libre comercio, se cuenta con la posibilidad de poder realizar negocios internacionales prácticamente en cualquier lugar de nuestro planeta, con el consabido riesgo de que los derechos de propiedad industrial de los desarrolladores se vean violados. Con base en lo anterior, se hace prioritario que los desarrolladores busquen y obtengan una protección jurídica acorde a sus necesidades, para evitar en lo posible la piratería y el mal uso de sus desarrollos tecnológicos sin su consentimiento.
Es por esto que se convierte de suma importancia para los dueños de la tecnología, el poder obtener una protección legal en el extranjero para todos aquellos nuevos desarrollos (productos, equipo, procesos, etc.) que se vayan a explotar comercialmente, ya sea por fabricación o venta, en los países de su interés.
La protección de los derechos de Propiedad Industrial en el extranjero, es una labor especializada, delicada, laboriosa y costosa, que además requiere grandes esfuerzos, tiempo y un gran conocimiento en la materia.
El estar al pendiente de los plazos que establecen los tratados internacionales para el reconocimiento de los derechos de prioridad, el tener que utilizar abogados o agentes especializados en propiedad industrial reconocidos en los países de interés, el tener conocimientos elementales de las legislaciones de propiedad industrial al nivel internacional, el tener que traducir los documentos que se van a presentar de acuerdo a la legislación local, así como la preparación de la documentación requerida para cumplir con los requerimientos de la legislación correspondiente, hacen de estas actividades un trabajo especializado y multidisciplinario, el cual es fundamental para lograr obtener la protección de los derechos de Propiedad Industrial; y, por consecuencia es un procedimiento costoso.
Desde su origen, el pensar en proteger un derecho de Propiedad Industrial en el extranjero, debe implicar el tener que realizar un ejercicio de planeación estratégica, con la finalidad de poder definir en función de los intereses del titular o titulares de los derechos, en que países se debe buscar la protección del derecho para poder explotarlo adecuadamente y evitar en lo posible conflictos y piratería.
Dentro de los factores que se deben considerar al momento de evaluar en donde buscar obtener protección de los derechos de Propiedad Industrial, se tienen los siguientes:
1. Reconocimiento de los derechos de prioridad.
2. Fechas límite de acuerdo a los tratados internacionales.
3. Aspectos económicos.
4. Aspectos territoriales.
5. Facilidad para hacer valer los derechos de Propiedad Intelectual.
6. Posibilidad de licenciar.
7. Contar con la asesoría de un consultor especializado.
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