Por Rodrigo Lanuza Acosta
Los lectores de libros digitales son cada vez más populares y accesibles, y así como ha pasado con el efecto del ipod con la música, aquellos permitirán almacenar cientos o miles de libros en un solo aparato.
Las grandes invenciones son ejes o motores de cambios en nuestra forma de vivir, normalmente facilitándonos la vida o mejorando la condición estándar en la que nos encontramos.
Los inventos que son considerados “hitos” impactan en múltiples renglones o esferas de nuestras vidas, no solo de forma vertical dejando un precedente generacional, sino también de manera horizontal ya que en diferentes estratos sociales la invención puede generar, modificar, dejar atrás, impulsar, sofisticar, restringir o hacer surgir una industria, una economía, la forma de distribución de productos, la producción de nuevos materiales, su forma de empacarlos, la estrategia comercial y definitivamente la necesidad de un sistema legal vigente que evolucione a la par de las invenciones para dar sustento, regulación y seguridad a todotipo de actividad y relación que se derive de ellos.
Muchos inventos nos permiten ilustrar como nuestra vida ha cambiado desde el momento en que comercialmente el producto o servicio innovador se puso en el mercado, como fue el surgimiento del teléfono, el celular y no se diga el internet que han acortando las distancias y facilitado las comunicaciones vertiginosamente.
La sociedad que vive en el cambio tecnológico adquiere más que nunca la responsabilidad de verificar y exigir que el sistema legal evolucione de la misma manera que lo hace el avance de la tecnología, siempre con el deseo de encontrar un sano equilibrio entre los derechos del inventor o artista y los beneficios brindados a la sociedad.
Sin duda existen dos posturas muy claras al respecto, quienes consideran que un sistema muy protector y basado en derechos excluyentes fomentará la inversión de los inventores y sus inversionistas y quienes por el contrario creen que la apertura y libertad en el uso y explotación de las artes e invenciones inspirará y multiplicará la innovación en beneficio de la sociedad.
La batalla legal e ideológica se remonta al momento del nacimiento de uno de los inventos más revolucionarios para la difusión masiva del pensamiento, la imprenta, que en 1454 permite imprimir libros en serie, teniendo su primera producción en el libro de la Biblia.
Este fenómeno del nacimiento de la imprenta permite que la expresión del pensamiento, la difusión de la cultura y las ideas ya no sea un privilegio de un grupo elitista, la libertad de expresión y la fácil propagación de textos se convierte en una herramienta de los movimientos liberales y revolucionarios.
EL RETO DE LA ERA DIGITAL
La complicidad económica para lograr la existencia de una obra, a la que nos referimos en la producción del libro, empieza al igual que en las canciones, a dejar de ser un requisito sine quanon, ya que el surgimiento del Internet de manera comercial inició con tan solo 50 mil usuarios para 1988, 1 millón en 1991, 500 millones en 2001 y más de 1800 millones al cierre de este año 2010. Esto nos deja una interrogante a la que nuestra sociedad debe responder. ¿Es el sistema legal de derechos de autor aún vigente? ¿Siguen siendo los impresores considerados indispensables para lograr que la obra sea conocida o leída?
Si el libro impreso al igual que el CD llegan a ser desplazados por la digitalización de las obras, comercializadas y puestas a disposición del público por medio del internet, entonces la pregunta adquiere aun mayor importancia, ¿a quien debe regular o que debe regularse por la ley? La cadena de comercialización de libros Amazon.com, reportó que en este 2010 sus ventas de libros digitales fue mayor en una proporción de 143 a 100 sobre los libros impresos.
El buscador de internet más usado en el mundo, Google, ya cuenta con una herramienta de consulta de libros digitales que en poco tiempo es de imaginarse desplazará a los impresores. Los lectores de libros digitales son cada vez más populares y accesibles, y así como ha pasado con el efecto del Ipod con la música, aquellos permitirán almacenar cientos o miles de libros en un solo aparato y adquirir los libros digitales desde la facilidad de un “click” de la computadora.
Nuestra sociedad está obligada a reflexionar y actuar sobre el hecho de que la batalla entre el ebook (libro digital) y el tradicional libro impreso se está ganando por el movimiento digital ecológico, y ante ello será indispensable ajustar nuestro sistema legal, tomando en consideración que poco a poco los impresores o productores ceden terreno a los intereses de una sociedad demandante de acceso libre y económico a las obras.