Por Edna J. Gómez Benítez
Todas las ideas que se originan en películas o programas de televisión son susceptibles de explotarse comercialmente.
La propiedad intelectual en México y en todo el mundo ha jugado un papel imprescindible en el área de entretenimiento. Las películas, canciones y los programas de televisión protegen sus activos intelectuales debido a que se encuentran en una zona de fuerte competencia y conflictividad de intereses.
El derecho de autor, una de las modalidades de protección más idónea para esta rama, es el reconocimiento que hace el estado a favor de todo creador de obras literarias o artísticas, por lo que el autor que crea una obra queda legalmente protegido para estimular su creatividad y asegurar que su trabajo sea recompensado.
Por otro lado, también juegan un papel importante las marcas, patentes y diseños industriales, que como ya sabemos son medios de protección que aseguran la exclusividad de uso y explotación de cualquier producto, servicio o invención, lo cual origina grandes ventajas económicas, posicionamiento, competitividad en el mercado y le dan mayor valor a la imagen e identidad de éstos.
Por ejemplo si hablamos de una película, al llegar al producto final que todos vemos en el cine o la televisión, hay que tener en cuenta que son muchas las personas que trabajan y participan de muy diversas formas en la creación y desarrollo de esa obra audiovisual (guionistas, intérpretes, productores, entre otros), por lo que se debe de realizar una correcta protección.
Un caso muy interesante de lo que ha logrado una empresa por medio de la protección de sus derechos en materia de propiedad intelectual es The Walt Disney Company S.A., también conocida como Disney Enterprises, Inc., simplemente Disney o Grupo Disney S.A.
Esta es una de las compañías de medios de comunicación y entretenimiento más grandes del mundo. La empresa fue fundada el 16 de octubre de 1923 por Walt Disney y Roy Disney. Actualmente el corporativo es operador y licenciatario de parques temáticos y diversos canales de televisión abierta y por cable, como ABC y ESPN; cuenta con cuatro grandes empresas en las que se dividen todos sus negocios. Entre ellas está Disney Studio Entertainment, la cual tiene a su cargo todas las animaciones y películas.
También existe Disney Parks and Resorts, empresa que comenzó con la creación del primer parque de diversiones, Disneylandia, en California, y que además hoy cuenta con hoteles y resorts. Disney Consumer Products es la empresa de la compañía dedicada a la expansión de los productos de la marca Disney, los que incluyen una enorme variedad de artículos que van desde juguetes, ropa, libros y hasta juegos electrónicos.
Lo anterior es un claro ejemplo de lo que se puede obtener de la creación de cualquier medio de entretenimiento si se le da la correcta protección; por ejemplo de las películas de Toy Story, además de lanzamientos en DVD, los productos inspirados en la filme que van desde juguetes hasta videojuegos, series derivadas y merchandising de todo tipo, debido a su enorme éxito tanto en recaudación como en críticas, podemos pensar en el registro de marcas, ¿por qué no registrar una guardería que se llame Sunnyside?, ¿o qué tal un lugar de entretenimiento para niños que se denominara Pizza Planet?
Relacionado con esto valga recordar el caso de la cerveza Duff, bebida preferida de Homero Simpson –el caso se publicó en ediciones anteriores de mipatente-; este es un claro ejemplo de lo que podemos registrar en nuestro país. Aunque en este momento la marca se encuentra en una disputa legal, lo cierto es que se puede sacar provecho de todas las ideas que se originen de películas o programas de televisión.
Ahora bien, en el supuesto de emplear activos de propiedad intelectual pertenecientes a otros creadores, se debe tomar en cuenta la posibilidad de comprar o adquirir los derechos para su uso a través de una licencia, a fin de evitar problemas y tener que recurrir a medios litigiosos.