México tiene un vasto catálogo de lugares dónde hacer ecoturismo, y que sin ningún problema satisfacen cualquier gusto: son 22 reservas de la biosfera, 47 parques nacionales, y nueve áreas de protección de flora y fauna. Este potencial está distribuido a lo largo y ancho del país, por lo que prácticamente hay un destino cerca de cualquier ciudad.
Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Colima, Chiapas, Ciudad de México, Durango, Estado de México, Hidalgo, Jalisco, Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz, son algunos estados que cuentan con atractivos de esta naturaleza.
En Aguascalientes, por ejemplo, está el Cerro de la Ardilla: localizado a 62 kilómetros al noreste de la ciudad –por la carretera federal número 70-, en este lugar se pueden apreciar las diversas especies que ahí habitan, como el venado cola blanca, puma, jabalí de collar, gato montés, cacomixtle, zorra gris, águila real, halcón peregrino, codorniz moctezuma y camaleón.
Y si lo que interesa es ver más fauna, especialmente la que está en peligro de extinción, Campeche es una opción ideal. A 145 kilómetros de la capital se ubica la reserva de la biosfera Ría Celestún, considerada como una de las áreas más grandes de manglares del Golfo de México. Este sitio es zona de descanso, anidación y reproducción del flamenco rosa y la tortuga de carey; otras especies como el manatí, pulpo, caracol chivita, cacerolita de mar, gaviota, garza blanca, pato buceador, codorniz de Yucatán, tigrillo, cigüeña jabirú y boa constrictor, pueden apreciarse en las diversas dunas costeras de esta biosfera.
El turista podrá ver orcas y ballenas jorobadas, piloto, gris y azul, este último considerado el mamífero más grande de la tierra.
La reserva ecológica de Rancho Nuevo, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, es una región de exuberante vegetación selvática, donde puede encontrar flora típica del bosque de coníferas, entre los cuales hallará algunas plantas medicinales como la manzanilla. Entre la fauna que habita esta zona hay zorrillos, comadrejas, murciélagos, armadillos, palomas, venados, pajarillo barranqueño y tlacuaches, entre otros.
Con algo de paciencia se puede soportar a la ruidosa población de macacos que habitan desde hace tres décadas la isla Tanaxpillo, o Isla de los Monos, ubicada en Veracruz. Para llegar a este sitio es necesario estar primero en Catemaco –a
dos horas y media del puerto- para tomar una lancha que lo lleve a la isla enclavada en la laguna de Catemaco.
En Veracruz se puede experimentar además el descenso en lancha inflable por las aguas bravas y caudalosas de los ríos La Antigua y Jalcomulco. El primero está ubicado a 25 kilómetros del puerto; cuenta con 17 rápidos clase III y IV; cerca del sitio hay un campamento que ofrece todos los servicios para esta actividad. El río Jalcomulco, a su vez, está situado a 143 kilómetros al noroeste del puerto, a la orilla del pueblo del mismo nombre. Los rápidos son de la misma clase que en La Antigua, y de igual forma cuenta con campamentos en la zona donde ofrecen los servicios necesarios para emprender la aventura.
En Playa del Carmen se puede practicar el kayakismo; este sitio cuenta con playas de suave oleaje y zonas de manglares que lo hacen ideal para este deporte. En la zona hay una gran variedad de hoteles con instructores calificados.
Y para emociones extremas, deportes extremos. En el País hay cinco circuitos naturales –que abarcan prácticamente todo el territorio nacional-; para sentir la adrenalina al máximo puede descender por estrechos senderos al realizar ciclismo de montaña, o enfrentarse a la gravedad en una caída libre en paracaidismo.
En los alrededores de Huatulco hay varios senderos de selva baja, idóneos para recorrerse en bicicleta de montaña o en cuatrimoto. Al disfrutar las diversas rutas puede además descubrir el encanto de pueblos como Santa María Huatulco y la Crucecita, así como playas vírgenes y zonas de dunas rodeadas
de selva.
Opciones hay varias, el nivel de aventura, adrenalina o simple relajamiento en contacto con la naturaleza dependen del turista.