Por Deniss Guerra Vázquez
De las ciudades españolas ésta tiene mucho que ofrecer al turista, quen no podrá dejar de admirar las impreisonantes construcciones que más que edificios son verdaderas obras de arte.
Barcelona se ha convertido en la ciudad más arquitectónica del mundo gracias a sus espléndidas edificaciones, inspiradas en la belleza de la naturaleza.
Esta provincia española, perteneciente a Cataluña, tiene como principales exponentes a los arquitectos Antoni Gaudí y Lluís Domènech, máximos representantes del modernismo catalán. Ambos decoraron esta ciudad con obras maestras llenas de color, formas y fantasía.
Esta ciudad con larga y rica historia arquitectónica, se encuentra a orillas del mediterráneo y es el destino perfecto para observar las magníficas construcciones que se han convertido en patrimonio cultural de la humanidad. Barcelona tiene el sello único del famoso arquitecto, Antoni Gaudí, cuyo estilo tan distintivo y original es admirado por todo el mundo; refleja en formas curvas y en vibrantes colores llenos de vida la influencia que la naturaleza tuvo sobre su trabajo. Este artista, meticuloso y perfeccionista, supervisaba personalmente la construcción de las obras –a las que imprimía su estilo naturalista y orgánico- que más tarde dejaría como legado.
En sus inicios, Gaudí fue influenciado por el arte oriental, incluso como inspiración tuvo fotos de Egipto, del arte persa, maya, chino, y japonés; pero sin duda el estilo que más lo influyó fue el gótico. Así definió su propia personalidad como artista del modernismo y ornamental.
Entre sus grandes obras está el Parque Güell, situado en una de las zonas más altas de la ciudad. En la entrada del parque está la fuente de Dragón de Gaudí, adornada con colores mágicos e hipnotizantes. También se puede ver un camino soportado por pilares retorcidos que dan la idea de ser troncos de árboles creciendo en el suelo. En la parte de arriba hay una terraza, con asientos de coloridos azulejos que dan una vista completa del parque y la ciudad.
Sobre la avenida Paseo de La Gracia, Gaudí trabajó en la remodelación de un edificio que más tarde se conocería como La Casa Batlló. Para esta construcción Gaudí se inspiró en la vida marina: los colores que aquí se pueden contemplar se encuentran en un coral natural; este diseño fue encargado por José Batlló, un aristócrata adinerado que vivió en los dos primero pisos de este edificio y los demás los rentó como apartamentos de lujo.
También situada en la avenida Paseo de La Gracia está la Casa Milà, también conocida como “La Pedrera”. Esta es una edificación innovadora, en donde las líneas forman planos curvos que dan la apariencia de un arrecife submarino; la parte superior está cubierta con azulejos blancos, haciéndola ver como una montaña nevada. Los revestimientos de la fachada fueron tallados dándoles una textura rugosa, de piedra natural. Igualmente en la fachada están los balcones hechos de hierro forjado, rejas que parecen como si fueran plantas que hubieran nacidosobre la superficie rocosa.
Como obra maestra de Gaudí están La Cripta de la Colonia Güell y el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. La Cripta de Güell es para muchos la construcción más perfecta y original del arquitecto; abundante uso de curvas, mezcla de materiales y su fachada rústica e irregular que logra una perfecta integración con su entorno natural.
En este proyecto Gaudí experimentó nuevas soluciones estructurales, que más tarde emplearía en La Sagrada Familia, la que sin duda es su obra maestra. Hasta la fecha este edificio continúa en construcción, después de que Gaudí dedicó los últimos 15 años de su vida en el proyecto para después fallecer.
En el Templo Expiatorio se puede observar una de sus ideas más innovadoras, que fueron las torres cónicas a las que dio una torsión parabólica, dándole una tendencia ascendente al edificio.
El trabajo en este Templo continúa con materiales que incluso Gaudí no utilizaría. De hecho, la interpretación de los planos originales es un desafío para los arquitectos actuales: más que formas irregulares Gaudí dejó una verdadera obra de arte. Él decía: “Una obra de arte debe ser…seductora y universal”. Y así fue. La obra de Lluís Domènech también tiene mucho que decir de Barcelona. El estilo de este arquitecto combina el racionalismo constructivo con ornamentación inspirada en la arquitectura hispanoárabe y del modernismo. Construyó edificios más ligeros, eliminando material en las estructuras pero manteniendo la ornamentación como elemento de primer nivel.
Entre sus grandes obras están El Hospital de Sant Pau, que cuenta con un edificio principal dedicado a la administración y veintisiete pabellones -cada uno diferente al otro- para tareas médicas y de enfermería, unidos por galerías subterráneas. Domènech utilizó diversos estilos arquitectónicos de forma magistral: góticos, mozárabes, germánicos y simbolismos religiosos.
También construyó el Palacio de la Música Catalana, en cuyo exterior se mezclan esculturas que refieren al mundo de la música como bustos de famosos compositores. En la sala de conciertos hay un tragaluz que permite una iluminación natural. Un sello distintivo de este arquitecto es que materiales como el hierro y el ladrillo no eran revestidos, sino que los dejaba a la vista.
Así es Barcelona, una ciudad para admirar la belleza de su arquitectura.