Por José Luis Olín Martínez
Formada como antropóloga social y socióloga, Elsa Blum Valenzuela, Directora de Desarrollo Tecnológico y Vinculación del COMECYT, ha estado ligada siempre al tema de la innovación.
Su experiencia en este campo la ha llevado a desempeñar cargos en instituciones como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la Fundación México-Estados Unidos para la Ciencia (FUMEC), el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal (ICyTDF) y a dar asesoría a la Organización de las Naciones Unidas, México.
Por ello, la valía de sus puntos de vista sobre el estado de la ciencia, la tecnología y la innovación no está a discusión.
Desde la perspectiva de Elsa Blum, si en México de verdad se quiere dejar atrás la desigualdad social es urgente apostar por una política de largo plazo en estos rubros, una política que contemple tres ejes: mejorar la calidad de la educación, destinar más recursos a la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación, y fomentar la cultura emprendedora en los jóvenes.
¿Por qué México no avanza en ciencia y tecnología?
“Esto tiene que ver con la falta de continuidad en los programas. México es un país que se reinventa cada 6 años, y los programas para impulsar la ciencia, la tecnología y la innovación requieren de un largo aliento. Tendríamos que emprender un esfuerzo sostenido, como lo hizo Corea, que en los años 70 estaban más rezagado que México y ahora nos ha rebasado con mucho”.
“Pero Corea ha tenido una política sistemática de apoyo a la educación básica, la educación superior, el desarrollo tecnológico y la investigación, a la que han dado continuidad”.
¿Y, entonces…?
“Lo fundamental sería tener una política de largo plazo que se mantuviera sin importar los cambios de gobierno o de partidos en el poder”.
Esta política en pro de la innovación requiere elevar la calidad de la educación básica y ampliar la cobertura de la educación media superior y superior, asegura.
“No es posible que sólo uno de cada cuatro jóvenes en edad de ir a la universidad tenga acceso a ella. Tendríamos que tener niveles de cobertura de por lo menos 50 por ciento. Cada joven que quisiera tener acceso a la educación, debería poder hacerlo. Y a educación de calidad”.
Además, añade, es indispensable destinar más recursos a la ciencia. “No es posible que en México estemos invirtiendo el 0.4 por ciento del PIB (Producto Interno Bruto) a estas áreas cuando la recomendación de la OCDE es que, por lo menos, se destine el 1 por ciento. Hay países con los que tenemos tratos comerciales y que invierten hasta 2.5 por ciento en este rubro”.
Otro de los ejes rectores de una política en materia de innovación debe ser, afirma, la promoción de una cultura emprendedora entre los jóvenes, a quienes se debe inculcar la idea de fundar sus propias empresas.
“No digo que todo mundo esté hecho para ser emprendedor, pero tendríamos que fomentar en los jóvenes el interés por ser más que empleados, además de generar los instrumentos y apoyos para que puedan crear empresas de base tecnológica”.
“La inversión en investigación y desarrollo es de alto riesgo, se gasta mucho y nunca se sabe cuál será el resultado. Por eso los gobiernos deben tener programas que apoyen esta actividad, ya sea con crédito a tasas bajas o a fondo perdido”.
Previo al final de la charla, Elsa Blum sentencia:
“La única respuesta a muchos de los problemas de México está en la ciencia, la tecnología y la innovación. Y si no les apostamos, no veo cómo México sea viable en los próximos años”.
Revista Órbita
Órbita es un órgano informativo editado por la Dirección de Financiamiento, Divulgación y Difusión del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (COMECYT)