Por El Economista
Ginebra.- México subió 16 posiciones en el Índice Mundial de Innovación 2013 de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), informó hoy Francis Gurry, director general del organismo.
En la clasificación revelada este lunes, se reconoce que en naciones de ingresos medios emergentes como México, la innovación asciende con rapidez.
El país latinoamericano se ubicó en el lugar 63 en la clasificación dada a conocer, gracias a su ascenso de 16 lugares en 2012, que se suma al crecimiento de 18 posiciones que registró en 2011.
Por zonas, América Latina es, “con mucho, la región que ha registrado la más importante mejora en la clasificación”, señala la OMPI.
Destacó el desempeño de Costa Rica, lugar 38 de la lista de 142 países, y llama la atención el descenso de Brasil que cayó al puesto 64 desde el 58 que ocupaba en 2012.
La lista es encabezada por Suiza por segundo año consecutivo, y le siguen Suecia, Reino Unido, Países Bajos y Estados Unidos, que llegó al grupo de cinco naciones más innovadoras del planeta.
Suiza y Suecia son líderes en los varios componentes del Índice Mundial de Innovación, y se mantienen de manera constante entre los 25 primeros países, subraya el texto.
Estados Unidos se ve favorecido por su base educativa, en particular sus universidades, y presenta importantes aumentos en gasto en software y en empleo en servicios basado en conocimientos especializados.
En cuanto a los resultados de los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China), se subraya que han experimentado “un relativo estancamiento” o caída sobre todo en materia de innovación en comparación con 2012, repitiendo la experiencia en relación a 2011.
China en el lugar 35, bajó un lugar en comparación con 2012 pero seis respecto a 2011. Rusia descendió al lugar 62, 11 puestos más abajo que en 2012 y seis respecto a 2011.
India, ocupa el lugar 66, dos posiciones más abajo a partir de 2012 y cuatro desde 2011.
La sexta edición del Índice Mundial de Innovación 2013, es una publicación del instituto INSEAD, la Universidad Cornell, y la OMPI, organismo especializado de las Naciones Unidas, que clasifica las capacidades y los resultados en innovación de economías de todo el mundo.
Toma en cuenta a la innovación como motor del crecimiento y el progreso económicos, así como la necesidad de que exista una amplia visión horizontal de la innovación aplicable a las economías desarrolladas y emergentes.
Además, incluye indicadores que van más allá del marco de los sistemas tradicionales de medición de la innovación, tales como el grado de investigación y desarrollo.
Según el director general de la OMPI “por todo el mundo se están multiplicando dinámicos centros de innovación, pese a la difícil situación de la economía mundial”.
“Para los políticos que, en el plano nacional, tratan de fomentar la innovación, la constatación de las posibilidades que ofrece la innovación en sus propios países es con frecuencia un factor más alentador que tratar de emular exitosos modelos de innovación de otros países”, valoró Gurry.
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