Por: Antimio Cruz Bustamante.
El primer programa piloto que certificará paso a paso la transformación y venta de piel de cocodrilo de pantano mexicano (Crocodylus moreleti) fue presentado por la Comisión para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), del gobierno federal. Los datos científicos muestran que desde el año 2000 se han recuperado las poblaciones de esta especie y es posible su aprovechamiento sustentable.
El programa está respaldado por un convenio firmado entre autoridades, productores y expertos para establecer un sistema de producción de pieles de cocodrilo de pantano de alta calidad, basado en la conservación de las poblaciones del reptil y de su hábitat.
El plan comienza a trabajar con tres granjas de cocodrilos que están instaladas en Veracruz, Campeche y Quintana Roo. El producto final se ofrecerá a grandes grupos de comercialización de pieles para la industria de calzado, vestido y accesorios.
La piel de cocodrilo de pantano puede convertirse en una alternativa de ingreso económico para muchas comunidades debido a que se llegan a pagar miles de dólares por pieles en buena calidad ya que se trata de la piel de cocodrilo más suave y manejable para fabricar carteras, zapatos, bolsas femeninas y abrigos.
En los próximos años se planea la instalación de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre en vida libre (UMAs en vida libre) administradas por las comunidades locales, respaldadas por actividades de monitoreo y estableciendo cuotas científicamente sustentables de aprovechamiento.
José Sarukhán, coordinador nacional de la Conabio, puso en marcha el programa piloto que cuenta con el apoyo tecnológico para la certificación de la plataforma RESP (Responsible Ecosystems Sourcing Platform), de Suiza.
“Este no es sólo un ejercicio académico – dijo Sarukhán Kermez—. Es un ejercicio de soberanía nacional y un ejercicio de fortalecimiento de la economía de los grupos que pueden aprovechar organizadamente esta actividad. Yo insisto en que el cuidado del capital natural de México, al mismo tiempo que se atienden las condiciones de pobreza de gran parte de la población de México reside en ejemplos como éste. Se acompaña a las comunidades a aprovechar un recurso natural del que hay poblaciones están saludables, y al mismo tiempo se le consigue un ingreso digno a esas comunidades”.
Con el apoyo de RESP, cuyo director ejecutivo es Eduardo Escobedo, se consigue tiene capacidad de trazar el origen de la piel y así los compradores internacionales de pieles contarán con la seguridad de que no fueron obtenidas mediante caza furtiva. Cada año se comercializan en el mundo 1.5 millones de pieles de cocodrilo. México sólo exporta mil 500 pieles anuales.
En lugar de promover la cacería del cocodrilo de pantano, el proyecto promueve la extracción de una cantidad determinada de huevos del medio silvestre para llevarlos a incubadoras, pasando así de un 90% de mortandad natural en los huevos de cocodrilo de pantano, hasta un 95% de supervivencia.
El proyecto es coordinado por la Conabio en colaboración con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Dirección General de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
“Este proyecto comenzó a analizarse desde el año 2004, cuando tuvimos platicas con el biólogo Hesiquio Benítez, de Conabio y luego vino un trabajo muy largo que ahora se refuerza con el convenio que hará la trazabilidad de las pieles. Con esto fortalecemos todos los eslabones para poder comercializar la piel del cocodrilo y nos muestra el beneficio de trabajar juntos los productores, las comunidades y los académicos”, dijo Manuel Muñiz, en representación de las granjas y las comunidades que criarán cocodrilo.