AUTOR: Carmen Báez
FUENTE:AGENCIA INFORMATIVA CONACYT
Ciudad de México. 23 de marzo de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Creados a partir de ingeniería genética y células vivas, los medicamentos biotecnológicos son hoy el futuro de la medicina, y es que constituyen los principios activos de medicamentos para el tratamiento de enfermedades como el cáncer, artritis reumatoide, enfermedades cardiovasculares, diabetes, por mencionar algunas.
En México, 20 por ciento de los medicamentos comercializados es de origen biotecnológico, mientras que 50 por ciento de aquellos que están en pruebas clínicas procede de esta metodología, de acuerdo con información de la empresa mexicana Probiomed S.A. de C.V.
Tan solo en 2014, 70 por ciento de los medicamentos más vendidos en Estados Unidos fue de origen biotecnológico, así lo destaca el portal Antares HealthLines, basado en datos de compañías farmacéuticas como PhRMA.
Mientras tanto en México y de acuerdo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), 35 por ciento de las solicitudes de nuevos registros de sustancias innovadoras se encuentra relacionado con moléculas derivadas de procesos biotecnológicos, especialmente en materias relacionadas con la atención al cáncer, entre otras.
Una iniciativa de interés nacional
Por tanto, el desarrollo y la caracterización detallada de nuevos productos y medicamentos biotecnológicos de relevancia para México exige nuevas iniciativas capaces de responder y apostar a la innovación farmacéutica, por ello el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) puso en marcha el Laboratorio de Análisis de Moléculas y Medicamentos Biotecnológicos (LAMMB).
La tarea fundamental de este laboratorio —que tuvo una inversión inicial de más de 15 millones de pesos por parte del gobierno de Morelos, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el propio Instituto de Biotecnología—, es el desarrollo de nuevas moléculas y la caracterización de productos biotecnológicos y facilitar su camino hacia la evaluación clínica.
El LAMMB es uno de los organismos académicos que en marzo de 2015 fueron habilitados por la Cofepris como terceros autorizados para la caracterización de productos biotecnológicos.
A esta tarea se suman la Unidad de Investigación Preclínica de la Facultad de Química de la UNAM, la Unidad de Desarrollo e Investigación en Bioprocesos de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ).
En entrevista, Laura Alicia Palomares Aguilera, doctora en ciencias y responsable del LAMMB, señaló que con el surgimiento de los medicamentos biocomparables llegó la necesidad de realizar la caracterización exhaustiva de las proteínas, a fin de que los desarrollos producto de ellas fueran realmente comparables con el producto innovador, y de esta manera pudieran ser sujetos a un número menor de pruebas clínicas.
“La caracterización de un producto biotecnológico nos permite realizar una correlación entre la actividad clínica de la molécula y sus características. De esta manera podemos identificar fácilmente si cambia su proceso de producción o si hubiera alguna modificación, qué efecto podría tener en la eficacia clínica y la seguridad del medicamento”, señaló Palomares Aguilera.
Infraestructura
La infraestructura física de este laboratorio incluye áreas de desarrollo analítico, cámaras de estabilidad, biología molecular, microbiología, ensayos in vivo y pruebas preclínicas.
De acuerdo con información obtenida por el Instituto de Biotecnología, la vocación importante del LAMMB es aprovechar la infraestructura del instituto, además, trabaja en colaboración con otras unidades académicas y de servicio.
“Las pruebas preclínicas se realizan en el bioterio de ese instituto, con la intención de disminuir lo más posible las pruebas que se realicen en estos animales; sin embargo, todavía es necesario evaluar algunas características de los medicamentos in vivo para garantizar su seguridad y eficacia”, explicó la doctora Palomares Aguilera.
La historia detrás del LAMMB
Aunque se trata de un laboratorio de reciente creación, desde hace más de 25 años el grupo del doctor en ingeniería química y actual director del Instituto de Biotecnología, Octavio Tonatiuh Ramírez Reivich, trabaja estrechamente con la industria farmacéutica a fin de impulsar el desarrollo de biomedicamentos en México.
“Gracias a la capacidad y potencial humano del Instituto de Biotecnología, las compañías comenzaron a tener contacto con nuestro grupo de investigación para realizar diversos análisis relacionados con el desarrollo de nuevas moléculas”, señaló el doctor Ramírez Reivich, quien fue uno de los investigadores que impulsó la creación del LAMMB.
Desde hace más de diez años algunos de los investigadores que hoy integran la plantilla del LAMMB, como es el caso de la doctora Laura Palomares Aguilera, han contribuido para que los medicamentos biocomparables sean hoy un realidad en el mercado farmacéutico mexicano.
Como resultado de este trabajo, existen vacunas de última generación en el país, una de ellas es la vacuna para la prevención de la gripe estacional. Con estos antecedentes, el doctor Ramírez Reivich observó la necesidad de llevar esta actividad a otro nivel.
“Para mí fue claro que teníamos que profesionalizarlo y tener un laboratorio que se dedicara solo a esto y que trabajara con un marco regulatorio particular para la industria farmacéutica. Noté que había una necesidad muy importante: tener laboratorios autorizados que pudieran hacer análisis sofisticados a nivel químico, fisicoquímico y biológico de los medicamentos biotecnológicos, de ahí surgió la inquietud de un laboratorio”, comentó Ramírez Reivich, quien es miembro nivel III del Sistema Nacional de investigadores (SNI).
Un impulso al desarrollo de la biotecnología en México
Hoy, este esfuerzo se traduce en la creación de un nuevo laboratorio que, entre la investigación, la formación de recursos humanos y la vinculación entra la academia y la industria, contribuirá para impulsar el desarrollo de la biotecnología en México.
El LAMMB también colabora con la industria con proyectos innovadores desde la transferencia tecnológica, transferencia de métodos analíticos, apoyo en el desarrollo de técnicas para el seguimiento de sus procesos e incluso transferir metodologías a la Comisión de Control Analítico y Ampliación de Cobertura (Ccayac) de la Cofepris.
Para Laura Palomares Aguilera, el LAMMB forma parte de las iniciativas que “pavimentan el camino para que desarrollos innovadores 100 por ciento mexicanos también puedan llegar al mercado, que sean competitivos y que ataquen problemas de salud particulares de los mexicanos”, dijo.
De acuerdo con el director del Instituto de Biotecnología, un siguiente paso es convertir el LAMMB en un laboratorio nacional.