Por: Antimio Cruz Bustamante
El Instituto de Biotecnología de la UNAM informó que obtuvo una patente que protege el hallazgo de toxinas Cry, que son capaces de matar al mosquito Aedes aegypti, transmisor de tres enfermedades tropicales de alto costo para la salud pública: Zika, dengue y chicungunya. Estas toxinas son producidas por el microorganismo Bacillus thuringiensis y pueden ser aplicadas en agua estancada donde suele reproducirse el mosquito, pero no contaminan el cuerpo de agua ya que no se disuelven, atacan al mosquito pero quedan separadas del líquido.
El zika, el dengue y el chicungunya son tres virus diferentes que usan a los mosquitos para transportarse y que ingresan al cuerpo humano cuando la hembra del mosquito busca sangre humana para la formación de sus huevecillos.
Biotecnólogos líderes
Las toxinas patentadas para el control de mosquitos transmisores de zika son resultado de los trabajos de Alejandra Bravo y Mario Soberón, se relacionan con las toxinas Cry, producidas por Bacillus thuringiensis, con aplicación como insecticidas. En total, estos líderes en biotecnología obtuvieron en los últimos meses tres patentes.
La primera de ellas se refiere a una mutación que hace más eficientes a las toxinas Cry, de modo que se usan para el control de insectos como el gusano cogollero del maíz – Spodoptera frugiperda –, que es una plaga importante en México, y el gusano del tabaco –Manduca Sexta–, pero actúa de manera más potente y efectiva. La patente se obtuvo en Estados Unidos.
La segunda patente es referente a una modificación de las toxinas que las hace efectivas contra insectos que han desarrollado resistencia a las propias toxinas Cry naturales. De este modo, al momento en que se comience a generar la resistencia de los insectos en campo, se puede aplicar una ronda del bioinsecticida modificado para acabar con los resistentes y luego volver a usar la versión anterior.
Finalmente, la tercera patente es una formulación que combina dos cepas de Bacillus thuringiensis, con toxinas diferentes que matan a Aedes aegypti, transmisor de dengue, Zika y chikungunya.
Esta formulación contiene esporas y cristales de esa bacteria y un atrayente; se colocan en los cuerpos de agua, como piletas donde la gente acumula el líquido para consumo, sobre todo en lugares rurales. Las larvas del insecto comen de las “mini croquetas” y mueren, informó el Instituto de Biotecnología de la UNAM.
Las dos últimas patentes se obtuvieron en México y en el caso de la última ya se licenció a una empresa creada específicamente para producir esta formulación, donde dos de los socios son los mismos académicos que lograron la invención.
Así, Corporación Mexicana de Transferencia de Biotecnología, empresa spin off del IBt, está próxima a tener liberados los registros para comenzar a comercializarla en los próximos meses.