AUTOR: Ana Luisa Guerrero
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT
Ciudad de México. (Agencia Informativa Conacyt).- Despertar vocaciones científicas en la juventud no es una tarea fácil, pero durante 15 años el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) lo ha realizado de manera ininterrumpida a través del Taller de Ciencia para Jóvenes.
Durante una semana en las vacaciones de verano, alrededor de 28 estudiantes de todo el país que cursan el segundo año de preparatoria viven una experiencia teórica y práctica en temas de astrofísica, óptica, física moderna, ciencias computacionales y electrónica impartidos por investigadores del INAOE y por profesores invitados de otras instituciones.
El propósito es acercarlos a la ciencia a través de un programa académico complementado con actividades lúdicas y de integración. Es así que en las mañanas pueden recibir cursos de astronomía, en la tarde realizar prácticas en laboratorio y por las noches participar en rallies o escribir una canción con temas científicos.
El INAOE es un centro de referencia en temas astronómicos, los jóvenes tienen la oportunidad de visitar el Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano o el histórico Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla, acceder a la Cámara Schmidt y al telescopio de un metro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Si tienen suerte y el cielo está despejado, pueden conocer el proceso de observación.
El doctor Raúl Mújica García, investigador del INAOE y responsable del taller, explica a la Agencia Informativa Conacyt que este año se realizará del 10 al 17 de julio, por lo que los interesados en participar tienen hasta el 5 de junio para realizar su solicitud, en espera de, una vez realizado el proceso de selección, el 26 de junio próximo se publique la lista de participantes.
En entrevista, indica que el INAOE corre con los gastos de alojamiento, alimentación y transporte para los estudiantes, producto del respaldo institucional con que cuentan.
Una tradición renovada
Durante sus 14 ediciones esta actividad de divulgación científica ha ganado experiencia y se ha ido adaptando a los cambios generacionales.
A decir de Mújica García, en un inicio los jóvenes acudían con la curiosidad por descubrir áreas de interés, pero conforme la tecnología y la información están a su alcance, ahora llegan con mayores conocimientos en astrofísica y óptica, lo que les representa un nuevo reto como institución de renovarse en cada edición.
“Desde la octava edición hemos recibido grupos de jóvenes muy activos, todos muy listos; en cada generación vienen con más interés en la ciencia, antes venían a ver si estas áreas les gustaban y si era lo que querían hacer, ahora llegan más enfocados, con lo que tenemos más efectividad en lo que a vocaciones científicas se refiere”, relata.
Los estudiantes que estén interesados en participar en la XV edición del Taller de Ciencia para Jóvenes pueden revisar la convocatoria en esta página. La fecha límite de recepción de solicitudes es el 5 de junio. Juana Medina 01 (222) 266 3100 ext. 7009 |
El investigador recuerda que en 2002, cuando se realizó el primer Taller de Ciencia para Jóvenes, el principal reto era convencer al Instituto y a sus colegas que “debíamos apostar” a cinco años, el periodo necesario para que los jóvenes preparatorianos concluyeran sus estudios superiores y regresaran a estudiar un posgrado en el INAOE en Puebla.
“Esa fue la parte complicada, todo lo demás se ha ido dando cada año, ahora el Instituto y los investigadores ven este programa como un ejercicio anual que no podemos dejar de hacer”, dice.
El taller —al que califica de ser una experiencia gratificante— maduró rápidamente pero a la fecha conserva su estructura inicial, aunque no por ello ha dejado de mejorar cada año. Participan cerca de 20 investigadores, una decena de estudiantes de posgrado, técnicos de los laboratorios y de los telescopios, así como profesores invitados; es decir, son más los que integran el equipo que el número de estudiantes aceptados.
Actualmente Raúl Mújica García realiza un análisis de los resultados que ha dado el programa a lo largo de este tiempo. A través de un seguimiento de la mitad de los asistentes, ha encontrado que la mayoría eligió estudiar carreras afines a las ciencias e ingenierías.
“Hemos estado contactándolos para dar seguimiento a su carrera y encontramos ingenieros, un médico, una psicóloga, alguno que se fue a ciencias… de la comunicación, y también una chica terminó una maestría en astrofísica. Algunos están fuera, en Suecia y en Londres”, detalla.
Un ejemplo de que este taller siembra la semilla de la ciencia entre los jóvenes es el caso de una chica que estudió física y realizó su tesis de maestría en el INAOE, y formó parte del área de divulgación científica del Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano.
Dosis de juventud
Raúl Mújica, integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel I, aprovecha la ocasión para hacer una retrospectiva de esta aventura que emprendió motivado por el ejemplo de Gil Bor, catedrático del Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat), el promotor de la mayoría de los talleres de ciencia para jóvenes en México.
A la distancia reflexiona que llevar a cabo esta actividad le ha dejado un cúmulo de aprendizaje sobre la manera de incentivar vocaciones científicas, pero también en torno a vivencias humanas y a la historia de los jóvenes que participan.
“Nuestro objetivo no solo es que se dediquen a la ciencia. Considero que si dejamos en estos muchachos información sobre la ciencia y la importancia que tiene, pueden llegar a ser diputados y en algún momento tendremos legisladores que saben de ciencia y con ello México no tendría problemas para financiar esta área”, abunda.
Entusiasta, el investigador asegura que además la convivencia con los participantes los llena de energía; “me parece que nos inyectan un poquito de juventud, no solo a mí sino a todos los que participamos, con esa curiosidad que todavía no se les acaba y con ese ímpetu”, concluye.