FUENTE: AGENCIA ID
Carlos Antonio Eldar Guzmán Nieves, ingeniero en bioquímico del Instituto Politécnico Nacional (IPN), explicó que en la industria de productos de belleza se conoce la capacidad del orujo para reparar células dañadas por la radiación solar y prevenir el envejecimiento de la piel.
Diversos estudios científicos han demostrado que los compuestos fenólicos presentes tienen propiedades funcionales o nutracéuticas que pueden auxiliar en la prevención de enfermedades crónico-degenerativas y ciertos tipos de cáncer.
Además, algunos de estos compuestos pueden apoyar tecnológicamente a la conservación y mantenimiento de propiedades nutritivas en alimentos y bebidas para consumo humano.
Después de averiguar qué productos busca el consumidor, Guzmán Nieves decidió enfocar su proyecto en la elaboración de cremas y bálsamos. “Llegamos a la conclusión de que existe la demanda de productos anti envejecimiento, por eso decidimos ir a este mercado.
Estamos por identificar la molécula exacta, qué componentes tiene y caracterizamos los compuestos fenólicos del orujo de la región de Tequisquiapan, Querétaro”.
Detalló que el proceso que realiza para generar productos cosméticos a partir del orujo es a temperatura baja, menos de 20 grados, de esta forma se mantiene una estabilidad de los compuestos fenólicos, se conservan las propiedades antioxidantes y sus cualidades como hidratación y prevención de envejecimiento de la piel.
La innovación de nombre Orusan, por la unión del orujo y lo saludable, comenzó en el 2006 y ahora ya cuenta con patente otorgada al maestro en Administración Empresarial Guzmán Nieves.
El investigador precisó que se busca tener las primeras cremas y bálsamos a finales del año y crear lazos con empresas del ámbito cosmético. “Actualmente trabajamos en vinícolas de Querétaro, pero queremos colaborar con productores de Baja California y Sonora, estados que son un referente en la creación de vino”.
El proyecto forma parte de FUMEC I-Corps México, un programa de innovación que apoya la comercialización de la tecnología, gracias al cual se logró conocer las necesidades del consumidor y enfocar su proyecto a la creación de productos anti envejecimiento.
“Para el programa I-Corps México 2015, trabajamos con el Instituto de Biotecnología (IBT) de la UNAM y el Centro de Desarrollo de Productos Bióticos (Ceprobi) del IPN ubicado en Yautepec, Morelos. Además, contamos con la asesoría de norteamericanos expertos en asesoría de negocio, quienes apoyaron al desarrollo de un Producto”. (Agencia ID)