AUTOR: Joel Cosio
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT
La Paz, Baja California Sur. (Agencia Informativa Conacyt).– El Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor), en colaboración con la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoica), desarrolla biofertilizantes en microesferas de alginato que reducen el uso de fertilizantes químicos en campos agrícolas.
Los científicos mexicanos y colombianos están desarrollando la tecnología para que las perlas de alginato puedan contener, preservar y administrar las bacterias contenidas en las microesferas, en forma gradual para los campos agrícolas.
“Creemos firmemente que el futuro del mundo descansa en estos microorganismos y vemos tangiblemente que los biofertilizantes que estamos desarrollando reducen en un cincuenta por ciento la fertilización nitrogenada de síntesis”, afirmó la responsable del Laboratorio de Estrés de Suelos de Corpoica, la doctora Ruth Rebeca Bonilla Buitrago.
El proyecto es un esfuerzo binacional en el que se han mantenido interacciones, por alrededor de dos años, entre la doctora Ruth Bonilla y el doctor Yoav Bashan y la doctora Luz Estela González de Bashan, del Laboratorio de Microbiología Ambiental, adscritos al Programa de Agricultura en Zonas Áridas del Cibnor.
El los cultivos agrícolas estas perlas tendrán la función de fijar el nitrógeno atmosférico, la solubilización del fósforo insoluble, la antibiosis y la estimulación del crecimiento y desarrollo vegetal con lo que se espera aumenten la productividad de los vegetales cultivados.
“Nosotros trabajamos principalmente con tres géneros de bacterias para la fijación biológica en nitrógeno y fósforo: diversos cultivos con Azotobacter chroococcum, leguminosas con Bradyrhizobium japonicum y para condiciones de estrés hídrico para solidificación de fósforo, con bacilos”, precisó la doctora Ruth Bonilla.
Rentabilidad agrícola
La primera etapa de colaboración, que concluyó recientemente, consistió en mejorar los biofertilizantes a base de las bacterias inoculantes, desarrolladas en estado líquido por la doctora Ruth Bonilla, conteniéndolas en las microesferas de alginato desarrolladas por el doctor Bashan y la doctora González de Bashan, para prolongar su conservación antes de su deterioro a un estado inadecuado.
El biofertilizante en estado líquido requiere refrigeración y tiene un tiempo de anaquel de alrededor de tres meses, mientras que en las microesferas se prolonga su vida útil hasta en veinte años.
“La etapa en que nos encontramos es el análisis de microscopía electrónica de las microesferas que contienen las bacterias inoculantes y su forma de interactuar en el campo, promover el crecimiento de las plantas y reducir contaminación y costos de los productores agrícolas”, detalló la doctora Thelma Castellanos, coordinadora del Programa de Agricultura en Zonas Áridas del Cibnor.
En la siguiente etapa de la investigación, precisó la doctora Thelma Castellanos, evaluarán la interacción entre las bacterias inoculantes como posibles alteraciones y los microorganismos presentes en cultivos de interés económico.
Biofertilizantes, una opción para los pequeños productores
Esta tecnología tiene por objetivo una mayor rentabilidad para el productor agrícola por medio de la reducción de fertilizantes químicos de alto costo, la conservación del ambiente y el bienestar social, previniendo la exposición a fertilizantes químicos que en algunos casos sean potencialmente dañinos para la salud de las personas.
“Si funcionan correctamente serán accesibles a un costo muy bajo para los pequeños productores agrícolas. El ahorro aún no se determina porque el desarrollo tecnológico todavía no concluye; no obstante, tenemos estimaciones que colocarían el biofertilizante, en comparación con fertilizantes químicos, entre 60 a 70 por ciento más económico para un pequeño productor”, concluyó la doctora Ruth Bonilla.