Ciudad de México. (Agencia Informativa Conacyt).- Una nueva forma de hacer ciencia está gestándose en el interior del sistema de centros públicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) con la conformación de los Programas de Investigación de Largo Aliento (PILA), cuyo propósito es contribuir a la solución de los problemas nacionales al definir, priorizar y alinear su agenda de investigación alrededor de ocho líneas temáticas.
Basados en los temas de prioridad nacional establecidos en el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (Peciti), se identificaron los primeros ejes rectores: cambio climático y sustentabilidad; alimentación; tecnologías de la información y comunicación (TIC) para el bienestar; energía; innovación tecnológica y manufactura avanzada; naturaleza del universo; sociedad y desarrollo; así como obesidad, diabetes y síndrome metabólico.
De esta manera, se tejió una red multidisciplinaria de colaboración entre los 26 centros que integran el sistema, a través de la cual se desarrollan los diagnósticos pertinentes, se establecen objetivos comunes y reglas claras de operación, al tiempo que se implementan canales de comunicación efectivos.
“La finalidad de los Programas de Investigación de Largo Aliento es buscar la interacción académica de los investigadores de todo el sistema para tratar de romper las barreras que había entre centros e incrementar la colaboración, particularmente alrededor de temas de importancia nacional”, explica el director de Área de Centros de Investigación del Conacyt, Salvador Lluch Cota.
Alrededor del mundo, señala, la ciencia cada vez es menos individual y más cooperativa, por lo que los PILA tienen la vocación de crear sinergias rompiendo la tradición de que los científicos desarrollan sus proyectos de manera aislada.
“En México, el sistema de centros Conacyt lo tenemos desde principios de la década de los años 90, y se conformó de manera nominal porque no trabajábamos como tal, sino que cada uno de los 26 centros realizaba sus labores de manera independiente. El cambio que se pretende hacer es la intención del Conacyt, y de la actual administración, de utilizar los centros como herramienta de política pública para resolver problemas, porque somos la instancia más inmediata para hacerlo”, dice a la Agencia Informativa Conacyt.
Sinergias
El informe Indicadores bibliométricos de la actividad científica mexicana 2011 destaca que el sector educativo es el que mayor producción realiza en el país, con 58 mil 115 documentos publicados en revistas indizadas, siendo la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) la que más publicó durante el periodo 2003-2009.
Le sigue el sector gobierno con 15 mil 794 documentos publicados, de los cuales 10 mil 484 fueron elaborados por los centros públicos de investigación del Conacyt. Estas cifras son un indicador de la cantidad de investigación que se lleva a cabo en el sistema.
Con el propósito de crear sinergias, en 2013 comenzaron los primeros acercamientos en torno a los Programas de Investigación de Largo Aliento, y en los años subsecuentes se realizaron grupos de enfoque para delinear las líneas temáticas que, prácticamente, abarcan todas las áreas del conocimiento.
Su conformación contempla el aprovechamiento de las redes de investigación existentes orientadas a estos temas, al capital humano y la infraestructura con que cuentan estas instituciones.
En entrevista, el doctor Lluch Cota detalla que “entre la combinación de la vocación de los centros y la urgencia de treparnos al tren internacional de la manera de hacer ciencia, estábamos obligados a pensar en estrategias diferentes de trabajar con respecto a lo que antes hacíamos”.
Así se planteó que lo adecuado no era implementar proyectos a corto plazo, sino enfocarlos en programas de largo aliento con un horizonte de realización de diez o más años, periodo de tiempo que permitirá alinear la producción científica y tecnología en torno a dichos temas.
Además, los PILA están pensados para identificar y establecer alianzas estratégicas con instituciones nacionales y extranjeras que contribuyan a potenciar la calidad e impacto del trabajo académico que se realiza.
En ese sentido, se contempla una colaboración de triple hélice (academia, gobierno y empresa) a fin de vincularse con los sectores que implementan las políticas públicas para que accedan directamente a los resultados de la investigación.
Cada programa está integrado por un comité científico en el que participan investigadores de amplia trayectoria, en tanto que se planea conformar un comité de usuarios en el cual participen representantes del gobierno para definir la transferencia del conocimiento en beneficio de la sociedad.
Adicionalmente, todos los PILA se integrarán en una red para crear el Plan Científico de Centros que sirva como eje rector de la comunicación entre ellos.
Es preciso señalar que estos programas que alinean la agenda de los centros públicos forman parte de una estrategia que se implementa para integrar y fortalecer de manera efectiva el sistema. Otras acciones encaminadas a este objetivo son la creación de consorcios de investigación en una región específica para enfrentar de manera conjunta los retos que se presentan, y la implementación de estrategias para la atención tecnológica de la industria.
De acuerdo con el doctor Salvador Lluch, en los próximos meses cada uno de estos programas tendrá su sitio en Internet para presentar a la comunidad científica del país la información que va generando, los datos de contacto de los miembros de su comité científico y de las reuniones que sostienen los investigadores integrantes.
El también investigador del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) indica que esta nueva forma de hacer ciencia impactará significativamente en la sociedad, pues confía que los resultados a largo plazo serán para la solución de los problemas nacionales.
“Tengo toda la confianza de que los investigadores vamos a ver en esta forma colaborativa ventajas competitivas y ventajas de enfoque de largo plazo. Si logramos consolidar los PILA que tenemos en este momento, vendrán nuevos y los investigadores ya no regresarán a hacer ciencia individual y aislada”, concluye.
AUTOR: Ana Luisa Guerrero
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT