Santiago de Querétaro, Querétaro. (Agencia Informativa Conacyt).- El trabajo de la Agencia Espacial Mexicana (AEM) en el área de telepidemiología, que a través de imágenes de percepción remota realiza modelos educativos, de prevención, predictivos y reactivos en la atención de enfermedades transmitidas por vectores, ha generado el interés de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), quienes buscan conocer más de esta metodología enfocada en la atención de la salud desde el espacio.
En la Semana Mundial del Espacio, organizada por la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), la gerente de Desarrollo Gubernamental de la Agencia Espacial Mexicana, Amanda Oralia Gómez González, destacó en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt que este proyecto, en que trabajan instituciones de educación superior y centros de investigación con el apoyo de instancias gubernamentales y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), ha generado el interés de la NASA y otras instancias, como el área médica de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés).
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿En qué consiste este proyecto que llamó tanto la atención de los científicos de la NASA?
Amanda Oralia Gómez González (AOGG): En la Agencia Espacial Mexicana trabajamos lo que es la telepidemiología, miramos desde arriba mediante imágenes de percepción remota qué sucede en el entorno para que aparezcan enfermedades transmitidas por vectores, es decir, los medios con los que se trasmite una enfermedad, ya sean mosquitos (Culicidae), cucarachas (Blattodea), pulgas (Siphonaptera) o chinches (Cimex lectularius).
Estos insectos requieren condiciones para vivir que tienen que ver con temperatura, presión y el agua. Lo que hacemos es observar dónde viven estos vectores. La telepidemiología identifica fauna, flora, mantos acuíferos, temperaturas, presiones atmosféricas y crecimiento de la mancha poblacional. Con esto podemos hacer modelos preventivos, predictivos y reactivos ante una posible epidemia.
El programa que estamos trabajando se llama Telepidemiología de Chagas, que es una enfermedad que se encuentra en todo el país, pero a pesar de que hay más de ocho millones de personas infectadas, no hay información suficiente para que la gente se entere, a diferencia de padecimientos como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que tiene registrados alrededor de 350 mil casos a nivel nacional.
AIC: ¿A qué factores se debe este número tan elevado de enfermos?
AOGG: Chagas es una enfermedad que le da a personas en condiciones de pobreza, a la gente que duerme en el suelo, que es donde le pica la chinche que la transmite. Además, existe el problema de que casi 98 por ciento de los médicos en México no sabe diagnosticarla en su etapa temprana.
Lo que se hace en la AEM es observar imágenes mediante percepción remota, se identifican los nichos en donde vive la chinche y se hace una confirmación de la presencia del vector mediante fotografías o videoconferencias para actuar en consecuencia.
AIC: ¿Qué ocurre cuando se detectan casos de esta enfermedad?
AOGG: En caso de que detectemos algún caso se le hace un electrocardiograma al paciente, se transmite vía satélite a un centro de diagnóstico que se encuentra en Guadalajara, Jalisco, para confirmarnos la cardiopatía chagásica. Lo que abarcamos es, tanto el tratamiento del paciente como la teleducación a los médicos de la zona donde fue detectado el vector.
Los productos primarios que nos ofrece el espacio son análisis de los procesos agrícolas, calidad del aire, predicción del clima o detección de desastres. Los programas que se pueden trabajar desde el espacio van desde protección civil, educación y seguridad. A nosotros nos interesa mucho lo que es la salud pública atendida desde el espacio.
AIC: ¿Cómo surge el interés de la NASA por este proyecto de telepidemiología?
AOGG: En septiembre de este año recibí una invitación por correo electrónico de la doctora Ellen Ochoa, directora del Johnson Space Center de la NASA, para impartir una conferencia allá en Estados Unidos. En la ponencia encontré un público muy receptivo que me preguntaba respecto a mi trayectoria y los proyectos que se desarrollan en la AEM.
En uno de los muchos lugares a donde me llevaron, se presentó un grupo de personas, entre ellas el encargado del área de Medicina de la Estación Espacial Internacional, doctor Stephen Hart, quien me expresó su interés de analizar la medicina espacial de afuera hacia adentro. Él me comentó que, en el caso de la NASA, la medicina espacial se enfoca exclusivamente en la salud de los astronautas y que no habían analizado la relación entre imágenes de percepción remota y la salud.
Esa experiencia resultó muy satisfactoria, porque se tiene la idea previa de que nosotros como mexicanos no tenemos nada que aportar a estos científicos que tienen acceso a tantos recursos tecnológicos.
AIC: En ese sentido, ¿qué pretende la NASA ante su interés de este proyecto?
AOGG: Ellos están interesados en integrarse directamente en el proyecto que estamos desarrollando. De hecho, los vamos a tener de invitados, a través de videoconferencia, en nuestra IV reunión de Telepidemiología de Enfermedades Transmitidas por Vector, como parte de las actividades de la Red de Ciencia y Tecnología Espaciales (Redcyte) del 30 de octubre al 2 de noviembre en Ensenada, Baja California.
La idea es que conozcan más a detalle lo que estamos haciendo y podamos determinar los esquemas de colaboración con ellos.
AIC: ¿Qué otros proyectos realiza la AEM?
AOGG: Otro proyecto que tenemos en la AEM, que estamos trabajando con la Universidad Autónoma de Querétaro, tiene que ver con la diversidad de lenguas indígenas; en ese sentido, la tecnología nos ofrece un apoyo, la televisión se volvió digital, con lo que se redujeron los anchos de banda, hubo cambios de frecuencia y además se agregaron cuatro canales de voz alternos al canal primario. Esto mucha gente lo vio como una oportunidad de aprender idiomas, pero yo lo veo como una oportunidad de llevar mensajes en lenguas indígenas.
Por ello tenemos una propuesta con el canal televisivo de la UAQ de hacer una prueba piloto para que, al menos una hora a la semana, se transmita un canal con un tema relacionado con la salud, pero al menos en dos lenguas indígenas.
Técnicamente es posible, existen los recursos técnicos y personas que hablan las lenguas de la zona; la inversión no es mucha y los resultados pueden ser muy interesantes en lo que se refiere a la promoción de la salud y probar audiencias.
AUTOR: Israel Pérez Valencia
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT