Su desarrollo reduce sustancialmente el peso del vehículo y con ello el consumo de gasolina a la mitad
Fabricar masivamente autos de aluminio que consuman poca gasolina y contaminen menos podría ser una realidad, gracias a un sistema que garantizaría el proceso para soldar estos vehículos y que reduciría los costos de su producción.
Aunque ya existen autos hechos con ese material son en su mayoría de lujo debido a las dificultades para soldar el aluminio, por lo que su producción es limitada y aún no tienen un impacto en la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera.
El desarrollo que podría transformar la industria automotriz es obra del chihuahuense Waldo Pérez Regalado, candidato a doctor en ingeniería electrónica por la Universidad de Windsor en Ontario, Canadá, y quien forma parte del equipo de investigación y desarrollo de la empresa Tesonic.
El sistema funciona en tiempo real y determina la calidad de un punto de soldadura en 300 mili segundos. En promedio un auto cuenta con 4 mil puntos de soldadura, por lo que la revisión de un vehículo completo llevaría 1.2 segundos aproximadamente.
El mecanismo para evaluar la confiabilidad de la soldadura en aluminio consiste en la instalación de un sensor ultrasónico en uno de los electrodos de la máquina para soldar. Dicho sensor genera y recibe ondas acústicas a partir de las cuales se puede calcular el diámetro y la altura del punto que se soldó e inferir la confiabilidad de su unión.
Si el sistema detecta que la soldadura es ineficiente envía un mensaje al robot o encargado de la producción para que se repita el proceso, comenta el egresado del Instituto Tecnológico de Chihuahua, en donde estudió ingeniería en sistemas computacionales y la maestría en electrónica.
De acuerdo con el investigador mexicano, reconocido como uno de los jóvenes innovadores menores a 35 años por la MIT Technology Review, su sistema se utiliza para evaluar las soldaduras en los autos de acero, y se encuentra en validación para soldar aluminio en algunas plantas automotrices de Chrysler y Magna.
De validarse la robustez de su propuesta tecnológica, es decir, su capacidad para identificar soldaduras buenas y deficientes, el siguiente paso sería instalarlo en las armadoras y comenzar a introducir el uso del aluminio en la fabricación masiva de autos.
Waldo Pérez señala que un auto de aluminio es, en promedio, una tonelada más ligero que uno de acero, por lo cual requiere menos combustible para moverse y genera menos contaminantes.
Es por ello las autoridades ambientales han insistido a las armadoras para que utilicen este material, lo cual no ha ocurrido hasta hoy por que no es rentable.
Fabricar un auto de aluminio requiere de más pruebas destructivas para validar su calidad, en buena medida por el tema de la soldadura, afirma.
Por ello, si los fabricantes encuentran que nuestro sistema reduce los costos en el proceso de soldado, poco a poco van a introducir el material para construir más autopartes de aluminio hasta producir autos en su totalidad con este material.
El eventual uso de aluminio no reducirá el costo de los autos para el consumidor final, pero le dará la certeza de que está contribuyendo a la reducción de emisiones y a mitigar el cambio climático, pues podría reducir hasta en más de la mitad su consumo de gasolina. (Agencia ID)