La industria farmacéutica nacional requiere diseño de estrategias para la caracterización de medicamentos biotecnológicos que contribuyan a combatir virus como el del papiloma humano, el de Hepatitis B y C, así como atacar cáncer, asma y artritis reumatoide; por ello la UNAM puso en marcha el Laboratorio de Análisis de Moléculas y Medicamentos Biotecnológicos (LAMMB).
La doctora Laura Palomares, responsable del laboratorio detalló que en dicho espacio no se estudian ni diseñan tratamientos de enfermedades. “El LAMMB trabaja en la caracterización de nuevos productos que se van a utilizar para tratar padecimientos, es decir, una vez que algún académico haya identificado una molécula con posibilidades de que sea un medicamento, el laboratorio lo acompaña en el desarrollo, desde tecnológico hasta en aspectos regulatorios para lograr que estos lleguen al mercado.
El LAMMB, adscrito al Instituto de Biotecnología (IBT), permite que la industria farmacéutica nacional realice análisis en territorio mexicano con costos menores, coadyuvando a que el país avance en biotecnología, agregó la investigadora adscrita al Departamento de Medicina Molecular y Bioprocesos del IBT.
Aplicaciones futuras
A diferencia de los medicamentos desarrollados por síntesis química, es decir, compuestos por moléculas pequeñas y poco complejas, los desarrollos médicos biotecnológicos son más grandes, tienen mayor peso molecular y más elementos que las hacen complejas al producirse por una célula viva. “Tomamos un gen humano, lo insertamos en la célula de otro organismo más sencillo, la que produce es una proteína idéntica a la humana. Ejemplo de ello es la insulina y la hormona del crecimiento”, detalla la especialista.
Así, pueden caracterizarse productos biotecnológicos contra diversas enfermedades, por ejemplo, para el cáncer se han desarrollado anticuerpos monoclonales, que ayudan al organismo a que reconozca al padecimiento como algo que produce un daño y permita potenciar el sistema inmune para que destruya al tejido canceroso.
Infraestructura
Son 190 metros cuadrados los que integran el LAMMB divididos en cinco áreas: de análisis físico químico, un laboratorio de microbiología, un laboratorio de cultivo celular, otra de biología molecular y la unidad de citometría de flujo del IBT.
El equipamiento instalado es de última generación y con él buscan cambiar el paradigma de lo que hasta ahora se ha hecho. “Estamos aprovechando la infraestructura y los equipos que ya se tenían, por ejemplo, aquellos que se utilizaban en un 80 por ciento de su capacidad, ahora se explotarán al 100 por ciento poniéndolos en un ambiente de buenas prácticas de laboratorio”.
La investigadora Laura Palomares enfatizó que lo más importante del laboratorio son sus recursos humanos. “Tenemos trabajando a once técnicos altamente especializados en la caracterización de moléculas y, al estar inserto el laboratorio en el IBT hay un apoyo científico entre investigadores”.
Asimismo, agregó que en marzo de 2015 la COFEPRIS otorgó al LAMMB el reconocimiento como laboratorio autorizado para la caracterización de biotecnológicos, desde entonces a la fecha, en sus áreas trabajan con grupos de investigación básica de instituciones que tienen productos con potencial de llegar al mercado. (Agencia ID)