El dispositivo se coloca debajo de la piel y el paciente no tiene ninguna sensación, de manera que realiza sus actividades de manera normal
Una de las razones por la que cuatro de cada diez pacientes con diabetes no se miden la glucosa con la frecuencia recomendada es el dolor que genera el piquete del glucómetro.
Los avances tecnológicos buscan colaborar con el paciente diabético innovando en la generación de herramientas que no sean tan invasivas y puedan darle una mejor calidad de vida.
Ejemplo de ello es un dispositivo que se coloca debajo de la piel y por medio de un sensor se capturan los niveles de glucosa cada cinco minutos, lo que se traduce en 288 mediciones diarias con alta precisión. Los especialistas médicos recomiendan su uso por seis días, lo que quiere decir 1728 registros sin pincharse.
El médico tratante colocará el sensor en el abdomen, espalda baja, el glúteo o el brazo y no causa sensación alguna el paciente, de manera que puede realizar sus actividades normales sin estar al tanto de sus niveles de glucosa.
A pregunta expresa de por qué registrar los valores de glucosa en sangre cada cinco minutos, el endocrinólogo Juan Villagordoa Mesa señala que las personas con diabetes presentan ascensos y descensos en sus niveles de glucosa a lo largo del día, estas variaciones pueden aumentar el riesgo de desarrollo de complicaciones relacionadas con su condición y afectar su calidad de vida al rebasar el rango recomendado.
“Los resultados obtenidos con el empleo del dispositivo muestran el comportamiento del nivel de glucosa las 24 horas del día, lo que ayuda a identificar variaciones de que no son detectadas por la hemoglobina glucosilada y/o mediciones de glucosa capilar.
“Estos muestreos son amplios y permiten a los profesionales de la salud realizar ajustes certeros al tratamiento de las personas que viven con diabetes, quienes podrán comprender mejor su condición y los efectos que los hábitos, tratamiento y estilo de vida tienen sobre su variabilidad glucémica”, puntualiza el investigador en diabetes.
El sensor de glucosa es un electrodo muy pequeño que se inserta debajo de la piel y emite una señal electrónica que se relaciona con la cantidad de glucosa en el paciente. Está conectado a un transmisor que envía por radiofrecuencia la información a un dispositivo de monitoreo de datos, en cuya pantalla se muestran los valores leídos.
El sistema avisa cuando detecta que se acercan a un límite alto o bajo a manera de alertar al paciente.
En relación al área en que la que opera el sensor, el doctor Villagordoa Mesa explica que la glucosa en sangre y la del tejido intersticial o el que se encuentra debajo de la piel no necesariamente tiene el mismo valor.
“El glucómetro habitual mide la glucosa en sangre, que es el reflejo de la que está circulando en el cuerpo en ese momento, pero trae un retraso en lo que está pasando en el intersticio que es donde están las células, y que puede ser distinto en relación a la otra. Eso no indica que un medidor de glucosa intersticial sea inexacto respecto al otro, sino que cada uno mide una cosa distinta y ninguno sustituye al otro”.
Finalmente, el investigador médico reitera que se trata de un análisis retrospectivo que muestra el día a día del paciente, así sea del tipo 1 o 2, adulto, menor o en diabetes gestacional. Hace hincapié en que no interfiere en los tratamientos que el paciente sigue, así de insulina, metformina u otros medicamentos colaterales a la diabetes, como hipertensión o altos niveles de colesterol o triglicéridos.
El llamado Monitoreo Continuo de Glucosa Profesional es comercializado en México por Medtronic y los especialistas médicos sugieren hacer uso de él dos veces al año. (Agencia ID)