Por Israel Pérez Valencia
Santiago de Querétaro, Querétaro. (Agencia Informativa Conacyt).- El Instituto Politécnico Nacional (IPN), a través del Departamento de Posgrado en Salud Ocupacional, Seguridad e Higiene de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía, desarrolla un proyecto de investigación para evaluar los riesgos por incendio o explosión en plantas de hidrotratamiento de gasolina.
El proyecto, realizado por los estudiantes Luis Alberto del Barco Martínez, Guadalupe González Díaz y Mónica Sánchez Aguilar, se llevó ante el crecimiento y la demanda cada vez mayores de productos de la industria química-energética, que implica el aumento en los inventarios, presión, temperatura y flujos en las plantas de hidrotratamiento de gasolina, que elevan los riesgos de fugas, explosiones o incendios si no se cuenta con estudios o el mantenimiento adecuado de estas instalaciones.
Al respecto, el estudiante del posgrado en salud ocupacional, seguridad e higiene de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía del IPN, Luis Alberto del Barco Martínez, explicó que existe una colaboración importante entre esta institución y Petróleos Mexicanos (Pemex) para realizar diferentes estudios de riesgos, integridad mecánica, entre otros, ante la necesidad de tener más información respecto al análisis de posibles eventualidades.
“En este caso, el proyecto se desarrolló mediante la metodología de análisis cuantitativo de riesgos. La identificación de riesgos se realizó con la experiencia adquirida en una de las plantas de hidrotratamiento donde se me permitió hacer el estudio, análisis de riesgos históricos en plantas y equipos similares como bombas, reactores y compresores; de ahí se hizo una evaluación de frecuencias y consecuencias para la estimación de riesgos y la evaluación”, detalló.
Seguridad laboral
Luis Alberto del Barco Martínez subrayó que lo que se busca, en la medida de lo posible, es salvaguardar la vida de los trabajadores y las instalaciones de estas plantas, además de considerar el medio ambiente, ya que un incendio, una explosión o la fuga de materiales puede tener efectos contaminantes.
“Otro de los objetivos de este proyecto es que, a través de identificar los radios de afectación que se obtienen por análisis de consecuencias, se pueden elaborar mejores planes de respuesta y emergencia, además de planificar todos los recursos materiales y humanos para minimizar riesgos”, destacó.
Del Barco Martínez puntualizó que como parte de los resultados de este proyecto se pudo plantear el alcance que podría tener alguna eventualidad, en lo que se refiere a radios de afectación, dispersión de posibles nubes de vapor inflamables y radiación soportable para un bombero en el momento de combatir un incendio en esas instalaciones.
“Hicimos un árbol de eventos donde se determinaron frecuencias para sucesos donde hubiera fuga de líquidos o de gases. Para la evaluación del riesgo se tomó como referencia la Agencia Ejecutiva para la Salud y Seguridad (HSE, por sus siglas en inglés), donde se establecen las tolerancias. Hay dos maneras de minimizar los riesgos: bajando la frecuencia y la consecuencia. Para la primera se necesita revisar el diseño inherente del equipo o la instrumentación; hablando de la consecuencia se trabaja por la detección de gases y fuegos o los sistemas contra incendio”, aseveró.