FUENTE: SALVADOR GONZÁLEZ-PALOMARES, “Ganador del Premio Estatal de Ciencia y Tecnología de Jalisco”, Profesor-Investigador del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario No. 127, [email protected] https://www.facebook.com/ChavaGonzalezJalisco/?ref=aymt_homepage_panel
Resumen
La investigación científica es una acción social -considerando las necesidades de desarrollo de las regiones-, y tiene éxito en la medida en que sus resultados se asimilen al progreso social y a sus metas de crecimiento. El presente artículo tiene como objetivo exponer los principales aspectos en el impulso de la investigación desde las escuelas o universidades en México.
Palabras clave: investigadores, ciencia, tecnología, alumnos.
En México es necesario seguir impulsando la formación de investigadores científicos en los profesionales. Incluso se sugiere que desde el nivel de educación básica se debe fomentar el gusto por la ciencia, tecnología e innovación. Considerando que la investigación científica y tecnológica es la base para el desarrollo socioeconómico. En apoyo al involucramiento de los alumnos desde temprana edad en actividades de ciencia y tecnología en México, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), ha implementado en los últimos años la “Estrategia Nacional para la Apropiación Social de la Ciencia y la Tecnología”, que consiste en el desarrollo de diversas actividades lúdicas y formales con el objetivo de despertar el interés de la población por la ciencia y la tecnología. La ciencia básica es importante porque genera ciencia con aplicaciones, ya que los investigadores son generadores de ideas que a mediano o largo plazo dan como resultado registros de marca, diseños industriales, patentes, franquicias, y otros desarrollos. Lo anterior es un beneficio en cadena para la sociedad. En la formación de investigadores intervienen diversos aspectos, tal como se expone a continuación.
Aspectos organizacionales en la formación de investigadores
Las escuelas deben formar su propia cultura e interés en la investigación. Difícilmente se va a contar con un investigador de calidad, sin una institución a la que él pertenezca. Las escuelas deben considerar una cultura organizacional investigativa, clima organizacional investigativo e indicadores organizacionales de productividad, rentabilidad y eficiencia. En otras palabras, el proceso de formación de investigadores exige unos procesos de organización institucional de la investigación (García-Barroso, 2000; Sánchez, 2001; González et al., 2011a; González et al., 2011b). Es necesario que los programas académicos que forman investigadores incluyan en su currícula temas de innovación, emprendimiento, negocios y comercialización de ideas. Las escuelas deben diseñar sus líneas de investigación, sus propios grupos de investigadores y agendas de actividades (González y Rivera, 2008). Las universidades deben consolidar un sistema oficial y operativo de investigación. Es importante considerar estos factores: diseño de procesos, perfiles y responsabilidades, tecnologías y recursos típicos. No se puede dejar la responsabilidad de la formación de investigadores a los profesores de investigación, ni a los tutores, ni a los asesores de tesis. La formación de investigadores es una responsabilidad institucional. Si no existen centros de investigación no puede haber investigadores efectivos (Núñez-Burgos, 2002).
Aspectos actitudinales en la formación de investigadores
La eficiencia de un investigador depende de bases disposicionales estables y permanentes. Estas bases disposicionales incluyen los siguientes componentes (Ojeda de López, 1998; Rivero, 2000): a) Componente Informacional. El investigador debe tener derecho a un sistema de conocimientos actualizados, tanto en un conocimiento general como en especializado. b) Componente Axiológico. El investigador debe ser formado con inclinación permanente al análisis, a la creatividad intelectual y a la crítica, capacidad de trabajo autónomo y en equipo, honestidad y compromiso y, vocación por la investigación. c) Componente Procedimental. Se sugiere que el investigador sea formado de acuerdo a un determinado sistema de tecnologías, tanto de alcance general (requeridas en la investigación) como de alcance especializado (de acuerdo a su perfil de investigador). Es importante organizar mesas de trabajo o paneles con investigadores exitosos que también son empresarios. Se debe dejar atrás la imagen de que la ciencia no está relacionada con la industria
Aspectos lógico-metodológicos
La formación de investigadores debe prever entrenamientos en el manejo de las estructuras empíricas y teóricas típicas de la investigación, siempre en dependencia de los diferentes enfoques epistemológicos y de las distintas fases en el desarrollo de los programas grupales en todos los niveles (Camacho, 2000; Urdaneta, 2001).
Aspectos estratégicos y curriculares
La formación de investigadores debe ser de acuerdo a las necesidades de cada lugar. Además de las clases de investigación, se sugiere que el investigador en formación realice prácticas, como por ejemplo: participación en la semana nacional de ciencia y tecnología, exposiciones en congresos de investigación (figura 1), aportaciones en proyectos científicos, concursar en premios de ciencia, y en general compartir sus experiencias directas dentro del grupo de investigación en el que está participando (González y Calderón, 2012; González et al., 2012).
Figura 1. Exposición de proyecto científico con empresarios y alumnos.
Reflexiones finales
La investigación científica y tecnológica es importante para la formación de recursos humanos, sobre todo investigadores para las nuevas generaciones. También es útil para la generación de conocimiento científico y solución de problemas propios de cada lugar. Sin la investigación no se hubieran podido realizar descubrimientos, ni avances tecnológicos o médicos. En México se requiere seguir impulsando la formación de investigadores en vinculación entre el gobierno, las universidades y las empresas con una visión que de fomento a la propiedad intelectual y la generación y el registro de patentes.
Referencias bibliográficas
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