A principios de la década, Pfizer proyectaba que la principal tendencia de innovación en la industria farmacéutica serían los medicamentos biotecnológicos.
En 2012, la consultora PricewaterhouseCoopers estimó que su valor de mercado estaba entre 7,000 y 8,000 millones de pesos y que en los próximos ocho años sería casi una tercera parte del mercado de medicamentos en México.
Para generar un medicamento biotecnológico, los investigadores conocen los procesos moleculares que inciden sobre el cuerpo y entender cómo funcionan en éste, generando tratamientos más específicos, precisos y predecibles.
Por ejemplo, mediante los métodos de control y monitoreo computarizado es posible detectar las características patológicas de una célula cancerosa y se identifican puntos específicos para bloquear dichas particularidades, explicó Edmundo Castillo, investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam).
Para acelerar su desarrollo en México a finales del año pasado se publicó la norma de emergencia sobre medicamentos biotecnológicos y biofármacos.
De acuerdo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), en México hay aproximadamente 5 laboratorios que producen y/o distribuyen medicamentos biotecnológicos y se tiene el registro de 148 medicamentos biotecnológicos comercializados en el mercado nacional.
Con este cambio, México se ubicó como el el primer país latinoamericano en tener reglas sobre biotecnológicos y biocomparables.
A partir de la primavera de 2012, 150 medicamentos biotecnológicos y biocomparables(genéricos de los biotecnológicos) de diferentes laboratorios lograron introducirse en el mercado mexicano.
En especial para los tratamientos de cáncer, al contar con el mayor número de tratamientos biotecnológicos.
NOTA EN:
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