Por Pedro Amaya Iturralde
Chihuahua, Chihuahua. (Agencia Informativa Conacyt).- Alfredo Nevárez Rascón, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACh), diseñó y desarrolló el vibro estimulador palatino (VEP), un dispositivo que ayuda al desarrollo de las capacidades de fonoarticulación en niños con problemas de lenguaje.
Patentado ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), este dispositivo se coloca en el paladar del paciente, donde emite vibraciones que estimulan la lengua y para replicar los movimientos que permiten la articulación de fonemas. Simultáneamente, el dispositivo tonifica los músculos de la cavidad bucal y mejora el habla del paciente.
Nevárez Rascón, doctor en estomatología por la Universidad de Granada, España, y profesor investigador titular C de la Facultad de Odontología, explica para la Agencia Informativa Conacyt el proceso de desarrollo de este dispositivo.
“La investigación inició hace 10 años y surgió de mi interés en aportar nuevas opciones para tratar a niños con problemas de lenguaje”, recuerda el catedrático.
“Me documenté sobre los tratamientos de atención a pacientes en condiciones especiales y fue la licenciada Laura Nava, del CREE DIF Chihuahua, quien me enseñó las terapias convencionales de lectoescritura y ejercicios fonoarticulares que ayudan a superar problemas de dislalia, que es un trastorno del lenguaje originado por múltiples factores que afectan a los órganos involucrados en el habla”, explica Nevárez Rascón.
Es así que el también coordinador del Cuerpo Académico de Investigación Médico Estomatológica se dedicó a desarrollar un dispositivo que coadyuvara a la mejora del lenguaje en los casos referidos. Con la asesoría y respaldo del Centro de Investigación en Materiales Avanzados (Cimav) logró la patente en coautoría con los doctores Erasmo Orrantia y Gustavo Camacho.
Terapia de lenguaje
El vibro estimulador palatino se compone de un micromotor impulsado por una batería, depositado en una placa de acetato plástico, diseñada a la medida del paciente. Se coloca en el paladar y el operador manipula de manera externa el dispositivo para sincronizar manualmente los estímulos vibratorios con los fonemas a pronunciar en las sesiones de terapia.
En una primera etapa de su investigación, el doctor Nevárez utilizó el VEP en un grupo de 20 infantes con autismo y documentó un avance significativo en el desarrollo de habilidades del habla. Por tratarse de un tratamiento experimental en el área de estomatología, el catedrático creó la terapia Emery, que consiste en sesiones funcionales con este dispositivo.
“Las terapias vibratorias de baja frecuencia no representan un riesgo para la salud de los pacientes pediátricos”, aclara Nevárez Rascón.
Durante los estudios piloto realizados a grupos de niños con diversos problemas de lenguaje, se demostró que Emery influyó positivamente incluso en la conducta del paciente, impactando en sus capacidades de comunicación y socialización.
“La terapia Emery se aplicó en la Clínica de Odontopediatría de la UACh y consistió en varias sesiones semanales por cortos periodos de estimulación directa vibratoria, combinada con la ejercitación lingual durante seis meses con grupos piloto. Se espera muy pronto ofrecerla como contribución científica de la universidad a la comunidad chihuahuense”, señala el investigador.
El avance que la terapia Emery ha desarrollado en los últimos meses tiene que ver con nuevas tecnologías que ofrece la UACh. Gracias a una sinergia entre el Laboratorio de Innovación en Experiencias de Aprendizaje (Linnea) de la UACh y la Facultad de Odontología, esta terapia ahora se apoya en la tecnología de realidad virtual inmersa, que sincroniza imágenes generadas mediante una computadora a través de lentes especiales con las vibraciones del VEP.
El equipo de trabajo que ha participado en las terapias experimentales con el doctor Nevárez lo integran Abril Olivas, terapista de lenguaje; Perla Reyes García, odontopediatra, y César Ortiz, programador, bajo la coordinación de Fernando Ledezma Millán.