Fuente: ANTIMIO CRUZ BUSTAMANTE, Reportero de Ciencia, Tecnología e Innovación, Revista Mi Patente, [email protected], www.mipatente.com
La creación de un material para la construcción que durante el día captura luz del sol y durante la noche emite un suave brillo luminiscente durante más de diez horas detonó todo un cambio en las acciones para registro y transferencia de patentes en la Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo (UMSNH).
El nuevo material para la construcción llamado Geopolímero Fotoluminiscente, pero conocido coloquialmente como Cemento luminiscente, trazó una ruta para ir más allá del laboratorio e incursionar en los procesos de protección a la propiedad intelectual. El doctor José Carlos Rubio Ávalos, creador del nuevo material, trabajó en colaboración con la doctora Elia Mercedes Alonso Guzmán, el maestro Wilfrido Martínez Molina y el doctor Fernando Velasco Ávalos.
El material creado 100 por ciento en laboratorios michoacanos fue presentado en noviembre de 2015, después de obtener una patente internacional, pero uno de sus efectos paralelos es que fue el detonador de un proceso al interior de la UMSNH que ha llevado a la creación de un reglamento y una oficina especializados en transferencia de tecnología.
Actualmente la Universidad Michoacana trabaja en la obtención de patentes y posible transferencia tecnológica de otros inventos como un proceso para aislamiento de una levadura fermentadora para la elaboración de bebidas alcohólicas destiladas; un método para usar láser en la eliminación de pintura depositada en piedra, además de otros materiales para la construcción que están por darse a conocer en las próximas semanas.
Las nuevas normas y la nueva oficina de transferencia beneficiarán a todas las facultades de la Universidad Nicolaita.
Actualmente empresas de Europa y Asia han manifestado su interés en vender internacionalmente el invento de la Universidad Michoacana San Nicolás Hidalgo, que está a punto de ser transferido a la industria, una vez que se publiquen las nuevas reglas de transferencia tecnológica.
“Algunas empresas de Europa y de Asia ya se han acercado a nosotros. En México ha generado el interés de microempresarios pero no se han acercado los grandes productores de materiales. Lo que estamos haciendo actualmente en la Universidad es definir cuál va a ser el mejor mecanismo para poner el producto en el mercado, por medio de un nuevo reglamento de transferencia de tecnología y un centro de transferencia”, dijo a Mi Patente el doctor José Carlos Rubio Ávalos, miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
El investigador mexicano reconoce que el trabajo de desarrollo y transferencia de tecnología implica muchas horas de trabajo adicionales a la investigación. Esto significa un esfuerzo doble para, por un lado, poder cumplir con los requisitos que se exigen para mantenerse dentro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), y adicionalmente poder convertir el nuevo conocimiento en desarrollos prácticos y útiles para la población.
“De cualquier modo me siento muy satisfecho porque desde estudiante quería desarrollar tecnología que tuviera impacto social. Actualmente tengo 11 años en el SNI y trabajo para cumplir las metas que ellos me piden y de manera paralela me involucré en el trabajo de desarrollo tecnológico y productivo. Es un esfuerzo muy grande, pero me encanta lo que es la innovación tecnológica y de productos, por lo que independientemente de cómo se evalúa la ciencia nacional el lograr que un producto llegue al mercado nacional e internacional vale mucho la pena”, dijo el investigador de la UMSNH.
Rubio Ávalos, ha sido reconocido por la Secretaría de Economía, la Embajada de la Gran Bretaña a través de la Fundación Newton, el Centro de Transferencia de Tecnología ISIS-Innovation de la Universidad de Oxford y la Royal Academy of Engineering en coordinación con la Red de Oficinas de Transferencia de Tecnología de México.
Guía nocturna
El Geopolímero Fotoluminiscente mejora las cualidades de adhesividad del cemento tradicional y permite aplicar nuevas posibilidades de fotoluminiscencia. Puede ser utilizado en la construcción de carreteras y señalamientos ya que su emisión de luz generaría carreteras o calles auto-iluminadas ya que el cemento absorbería luz durante el día y emitiría la misma, en condiciones de oscuridad.
Las cualidades de luminiscencia nocturna que obtuvieron pueden permitir que sea empleado, por ejemplo, en la construcción de piscinas, plataformas petroleras y en la arquitectura doméstica, por ejemplo, en la construcción de baños, cocinas, cocheras, permitiendo un ahorro considerable de energía eléctrica.
Otro aspecto de gran importancia de este cemento son sus cualidades de adherencia al metal. En este caso supera con creces al cemento comercial, lo cual abre perspectivas muy innovadoras para nuevas técnicas de construcción.
El material inventado en la Universidad Michoacana sólo se pudo obtener después de que los miembros del proyecto estudiaron muchos años la microestructura del cemento tradicional y buscaron alternativas que permitieran el paso de la luz a su interior y su posterior liberación.
Para fabricar el Geopolímero Fotoluminiscente, que ya patentaron, realizaron un proceso que se llama policondensación, que se puede comparar con fundir azúcar y obtener un caramelo, pero en este caso las materias primas que se usan son sílice (arena de río), desechos industriales (industria acerera, por ejemplo), álcalis (hidróxidos de sodio o potasio) y agua.
El proceso se realiza a temperatura ambiente y no requiere hornos o altos consumos de energía y, por lo tanto, la contaminación por su elaboración es baja comparada con el cemento Portland tradicional y los plásticos sintéticos.