Por Hugo Valencia Juliao
Ciudad de México. (Agencia Informativa Conacyt).- Científicos a cargo de la doctora María del Consuelo Gómez García, responsable del Laboratorio de Biomedicina Molecular I de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMH) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), han comprobado los efectos positivos del aceite esencial de la planta de aranto (Decatropis bicolor) en dos líneas celulares del cáncer de mama. Hasta el momento esto se ha demostrado en ratas y ratones hembra.
“El cáncer de mama es una enfermedad de alta incidencia en México y el mundo, aunque cada vez hay más opciones para tratamiento médico, aún hay una cantidad limitada de medicamentos para su tratamiento”, afirmó la doctora María del Consuelo Gómez García, miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
La especie, también conocida como hoja dorada, se puede encontrar especialmente en el estado de Hidalgo, donde se usa para el tratamiento del cáncer de mama en varias comunidades.
En el Laboratorio de Biomedicina Molecular I de la ENMH trabajan en el desarrollo de alternativas o complementos al tratamiento de la enfermedad que representa 15 defunciones por cada 100 mil mujeres de 20 y más años de edad, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo surge esta investigación?
María del Consuelo Gómez García (MCGG): Surge de la necesidad de desarrollar nuevos tratamientos que puedan complementar los ya existentes, esto para hacerlos más eficientes y eficaces en vías de mejorar la calidad de vida de las pacientes que presentan este padecimiento.
México es un país muy rico en flora y fauna, por lo que tenemos gran conocimiento alrededor de las plantas medicinales gracias a nuestros antepasados que desde hace mucho tiempo usaban las plantas para tratar diferentes padecimientos. Ahí hay una importante fuente de información que ha sido transmitida de generación en generación.
Debido a esto nos interesamos por estudiar varias plantas medicinales de México de las que hubiera referencia en nuestra cultura. Hicimos un estudio etnobotánico principalmente de las especies que se dan en el centro del país, a partir de ahí empezamos a estudiar varias plantas, entre las que está la Decatropis bicolor, que desde primera instancia nos mostró los mejores resultados.
Esta línea de investigación la empezamos a desarrollar en el 2009, y se inició estudiando varias plantas hasta llegar a la planta de aranto que es en la que nos enfocamos más, aunque no hemos dejado de estudiar algunas otras.
AIC: ¿Qué fue lo que encontraron en esta planta en específico y cómo la utilizaron?
MCGG: Esta planta se utiliza en varias comunidades del estado de Hidalgo para el tratamiento del cáncer de mama, por ello nos dimos a la tarea de acercarnos a las personas que colectan la planta y la venden para que nos comentaran los usos que ellos le dan.
Como ellos nos refirieron que utilizaban las hojas de la planta fue lo primero que validamos en el laboratorio con muestras que nos trajimos de Hidalgo. Lo que hicimos fue extraer —de las hojas— los metabolitos que la componen mediante diferentes métodos de extracción para intentar captar la mayor cantidad de metabolitos.
AIC: ¿Cómo fue el proceso de extracción y cómo validaron su funcionamiento?
MCGG: Las hojas se trituran y se lleva a cabo un proceso de hidrodestilación de donde obtuvimos el aceite esencial y algunos extractos que probamos con líneas celulares de cáncer de mama, in vitro, que tenemos en el laboratorio. Gracias a ello evaluamos el efecto que el aceite y los extractos les causaba.
Lo que encontramos es que el aceite logró un efecto citotóxico, es decir, induce la muerte de las células cancerígenas, esto con concentraciones bajas.
Eso nos dio un punto de partida muy importante para continuar estudiando esta planta. Las líneas de cáncer de mama con las que trabajamos en el laboratorio tienen dos características diferentes, una es una línea altamente metastásica y negativa a receptores estrogénicos y otra no metastásica pero positiva a receptores estrogénicos.
Esto es relevante porque las mujeres con cáncer de mama cuando se les diagnostica, se evalúan las células tumorales que tienen y dependiendo de eso se selecciona el tratamiento con el que se procederá.
Estas dos líneas celulares que trabajamos engloban varias características de diversos tipos de cáncer de mama y el aceite de la planta de aranto indujo la muerte en ambas líneas celulares.
El otro punto importante es que la aplicación de concentración del aceite de esta planta medicinal no causó ningún efecto en líneas celulares no tumorales. Esto es de gran impacto porque muchos de los tratamientos para esta enfermedad generan efectos secundarios porque no son selectivos sobre las células tumorales.
Hasta ahora por las pruebas que llevamos hemos detectado que nuestro aceite no daña las células normales, por lo que ya tenemos varios puntos a favor del potencial de este aceite.
AIC: ¿Qué es lo que causa la muerte de las células tumorales?
MCGG: Los estudios no se pueden quedar ahí, sino que hicimos varias pruebas bioquímicas para intentar dilucidar cuál es el mecanismo que ejerce el aceite sobre las células tumorales. Lo que encontramos en este aspecto, es que el aceite está induciendo lo que se le llama una muerte celular programada, por apoptosis.
Esto es muy bueno, porque es una inducción de muerte celular ideal, ya que no genera daños en el individuo más que en las células tumorales.
AIC: ¿Cuáles son los compuestos que tiene el aceite?
MCGG: El aceite de la planta de aranto tiene más de cien compuestos, por lo que seguramente son solo algunos de ellos los que están generando el proceso de apoptosis. Esto es en lo que estamos trabajando en esta etapa de la investigación, en averiguar específicamente qué compuestos tienen el efecto citotóxico, para ello estamos fraccionando este aceite y así identificar qué compuestos son los que están causando este efecto.
La idea es ver qué molécula o moléculas son las que nos sirven con la finalidad de sintetizarlas químicamente en el laboratorio para producirlas en las cantidades que se requieran para el tratamiento del cáncer de mama.
AIC: ¿En qué etapa se encuentra la investigación actualmente?
MCGG: Justamente estamos en la etapa de tratar de identificar qué o cuáles moléculas están jugando el papel de generar el daño citotóxico. También estamos evaluando la genotoxicidad de nuestro aceite como tal, es decir, estamos observando si no genera cambios drásticos a nivel genético o mutaciones en los seres vivos.
Aunado a esto, también se está validando su uso en modelos animales, en específico en ratas y ratonas. En los primeros ensayos en ambos modelos hemos encontrado resultados prometedores en los que ha detenido el crecimiento de células tumorales. Por lo que hay que explorar más variables para tratar de mejorar y potencializar los resultados en muchas direcciones.
Lo que sigue a corto plazo en esta investigación es identificar el o los compuestos y validar que tengan el mismo efecto que se comprobó en el laboratorio con el aceite. Incluso es posible que estos efectos se puedan potenciar.
Esa es otra parte que estamos empezando a trabajar para buscar de qué manera podemos hacer más eficiente la transportación del compuesto desde que entra al organismo para que llegue a las células tumorales, para ello estamos viendo la posibilidad de nanoencapsular estos compuestos y así hacer más eficiente el futuro tratamiento.
El fin último de esta investigación es obtener una alternativa de tratamiento para el cáncer de mama, ya sea como un tratamiento único o que sea coadyuvante para los tratamientos ya existentes. Diseñar un fármaco que tenga más ventajas en comparación de los que ya existen.
AIC: ¿Quiénes han contribuido en esta investigación?
MCGG: Hemos tenido el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), con un proyecto aprobado en el 2009, que concluyó hace dos años. Ahora esperamos ser apoyados nuevamente en este 2017 dentro del Fondo Sectorial de Investigación y Desarrollo en Salud y Seguridad Social. Además de fondos propios de la ENMH y el IPN.
Esto ha sido posible gracias al trabajo multidisciplinario, intra e interinstitucional que se ha realizado con investigadores como el doctor Eduardo San Martín Martínez (CICATA-Legaria, IPN), doctor Erik Ocaranza (CIBA-IPN), doctora Laura de la Rosa (UACJ), doctora Nury Pérez Hernández (PIBIOM, IPN), la doctora Karen Manoutcharian y el doctor Rubén Zamora (IIB, UNAM). En México, existe investigación excelente y de muy alto nivel, pero desafortunadamente no existen los mecanismos suficientes para que el impacto se vea reflejado en la sociedad.
Este tipo de investigaciones lo que requiere es estudiantes, el cual es el principal recurso humano que nos permite avanzar.