Por Armando Bonilla
Ciudad de México. (Agencia informativa Conacyt).- Un nuevo medicamento para el tratamiento del asma fue desarrollado en el Laboratorio de Ingeniería de Bioprocesos del Instituto de Biotecnología (IBT) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en colaboración con la farmacéutica mexicana Laboratorios Liomont.
La innovación biotecnológica consiste en un anticuerpo monoclonal recombinante —proteína— proveniente del ovario de un hámster chino que posee una propiedad llamada ‘especificidad’, que le confiere la capacidad de reconocer moléculas muy particulares del cuerpo. De acuerdo con los responsables del proyecto, el desarrollo tecnológico ya fue transferido al Laboratorio Liomont y se encuentra por arrancar la fase de investigación clínica.
Entrevistada por la Agencia Informativa Conacyt, la doctora Laura Alicia Palomares Aguilera, investigadora titular del IBT y responsable del proyecto, explicó que la colaboración del instituto en este proyecto se dio a petición de los Laboratorios Liomont y consistió, básicamente, en el desarrollo de un proceso para la producción de un anticuerpo monoclonal.
“Este proyecto se realiza en colaboración con Laboratorios Liomont, empresa cien por ciento mexicana, la cual buscó hace tres años al IBT como socio para el desarrollo de dicha tecnología. Ellos definieron la molécula con la que trabajaríamos y nosotros nos encargamos de toda la parte científica y tecnológica del proyecto, mientras que Liomont financió el trabajo”.
El proyecto también recibió recursos —durante tres años— provenientes del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Molécula clonada
El primer paso que dio el grupo de investigación para llegar a este nuevo medicamento consistió en definir la secuencia genética de la molécula; posteriormente avanzaron al diseño de un nuevo gen para producir una línea celular recombinante —selección de células presentes en el ovario de hámster chino, mismo que cuenta con la capacidad de producir la proteína seleccionada por el laboratorio— a partir de la cual clonaron la molécula.
“Básicamente definimos la secuencia, sintetizamos el gen, se genera la línea celular recombinante que contiene ese gen —en un marco genético que permite su expresión a través de las células de ovario de hámster chino—. Una vez que contamos con esas células productoras, seleccionamos aquellas que producen la proteína en mayor cantidad y con mejor calidad (…) Después generamos un proceso de cultivo de las células que garantice un rendimiento apropiado con calidad adecuada”.
Concluidas esas etapas, que demandaron tres años de investigación y desarrollo tecnológico, los investigadores configuraron un proceso de purificación para obtener una molécula con calidad de uso farmacéutico. La siguiente etapa del proyecto consistió en la transferencia tecnológica hacia el laboratorio, para que inicien los protocolos de pruebas clínicas —en humanos—. La última fase del proyecto, una vez comprobada la efectividad del medicamento, será el inicio de la producción del fármaco.