De la semilla de la planta se obtiene un pigmento amarillo-naranja de gran interés en diversos sectores de la industria, incluso fuera del país
La bixina es pigmento muy apreciado en la industria y se obtiene del achiote (Bixa orellana L.), planta muy popular en México, principalmente en la península de Yucatán, pues se utiliza como ingrediente en la gastronomía regional en platillos como la cochinita, pollo o pescado del estilo pibil, entre otros.
De las semillas del achiote se extrae bixina utilizada para pigmentar de tonos rojizos y amarillos productos lácteos, como quesos y mantequillas, así como cárnicos, helados, cosméticos, condimentos, cerámica, pintura, tintes, jabones, esmaltes, barnices, lacas, teñido de sedas y telas de algodón, entre otros.
Hasta hace unos años, la siembra del achiote alentaba la economía regional, pues la cosecha era bien pagada pero ahora no, lo cual desalentó el cultivo en la región. Sin embargo, normas sanitarias exigen en nuestros días el uso de pigmentos naturales en la industria alimentaria, por lo que el achiote nuevamente es del interés de productores y comercializadores. Este panorama motivó al investigador Gregorio Godoy Hernández, del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), a desarrollar un método de micropropagación de plantas de achiote con alto contenido de bixina, a partir de una semilla germinada in vitro, con resultados alentadores.
El científico comenta que con la metodología de micropropagación de achiote que ha creado, dispone de 200 plántulas de cuatro morfotipos de achiote con altos contenidos de bixina (1.5 a 2.5 por ciento) que serán sembradas en campo. De esta forma podrá comprobar su hipótesis de que la fertilización, riego adecuado y manejo de la plantación permitirá aumentar el contenido de bixina a por lo menos 2.7 por ciento (cantidad que se requiere para su exportación), ya que está partiendo de individuos genéticamente idénticos. “Este experimento sería imposible de realizar en campo con individuos obtenidos a partir de semillas germinadas, por la gran heterogeneidad genética”, recalca el especialista.
La producción de achiote entre los años 2003 a 2008 fluctuó entre 700 y 900 toneladas y partir del 2009 su producción en la península disminuyó a un promedio de 350 a 400 toneladas. En su mejor época, el kilo llegó a pagarse a 19 pesos, y al año siguiente se pagó a cuatro pesos, principalmente porque el producto se importa de Centroamérica y Perú.
El investigador de la Unidad de Bioquímica y Biología Molecular de Plantas del CICY explica que la metodología resulta de gran interés al productor, pues no es lo mismo sembrar 100 hectáreas de achiote que genera el uno por ciento de bixina, a que en la misma área tener individuos que producen 2.7 por ciento o más de pigmento comercializable. “La siembra en la misma superficie aumentará la calidad de la producción”.
El achiote es originario de Brasil pero es de uso ancestral en la península de Yucatán. Los principales productores son los estados de Yucatán, Quintana Roo y Tabasco. La planta, que puede llegar a medir hasta ocho metros y produce frutos en forma de cápsula de unos que varían de 3 a 6 centímetros de largo por 2 a 5 de ancho, también puede crecer en los estados costeros del Golfo de México (Campeche y Veracruz), así como en Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán en el Pacífico. (Agencia ID)