Culiacán, Sinaloa. (Agencia Informativa Conacyt).- La Fundación Markoptic, una asociación civil de Sinaloa, desarrolló el prototipo de un colchón automatizado que, además de evitar la aparición de escaras —úlceras— en la piel de pacientes que deben permanecer largos periodos de convalecencia en cama, también les ayuda a eliminar secreciones del sistema respiratorio.
Fundación Markoptic fue creada en Culiacán, en 2013. Esta asociación civil desarrolla equipos tecnológicos con enfoque social, entre ellos, dispositivos médicos terapéuticos.
El creador y presidente de Markoptic, Manuel Gallardo Inzunza, señaló que el pasado 13 de mayo la fundación entregó tres colchones automatizados en el evento “Innovación y bienestar familiar, 1a donación de colchón antiescaras”, que organizó la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
“Lo que buscamos siempre es trabajar para beneficio de las personas que más lo necesitan e integrar a las personas a una mejor calidad de vida. Hoy nos enfocamos en este proyecto que beneficia a los pacientes, e incluso a sus familias, porque facilita sus cuidados”, dijo Gallardo Inzunza.
El colchón antiescaras automatizado, explicó, permite una mayor asistencia a los pacientes que por diversos motivos permanecen largos periodos en cama o con discapacidad permanente que limita parcial o totalmente su movilidad.
“El paciente postrado en cama es aquel que, por diferentes motivos, está obligado a permanecer inmóvil y que es necesario asistirlo en actividades de autocuidado y de la vida cotidiana. Este colchón permite ofrecer un descanso con mayor calidad de vida”, dijo.
Calidad de vida
El director del Centro de Desarrollo Tecnológico de Fundación Markoptic, Jesús Ernesto Valdez Almaral, indicó que el colchón antiescaras es un dispositivo que evita o reduce la aparición de úlceras en la piel de los pacientes.
Solicitud de prótesis Para solicitar la donación de un dispositivo, el paciente debe registrase en esta dirección. |
Cuenta con un vibrador automático que ayuda a expulsar secreciones del sistema respiratorio y evita el desarrollo de neumonía, explicó el directivo; además de un plastificado de grado médico, y es hipoalergénico, lo que mejora el contacto con la piel.
Incorpora también un sistema de inflado y desinflado que modifica los puntos de presión en el cuerpo para prevenir úlceras en la piel, y además es laminado para evitar fugas de aire.
“El colchón permite solventar una condición de riesgo, debido a la falta de una adecuada circulación sanguínea por la compresión que hace el peso del cuerpo del paciente al mantenerse en una sola posición sobre una superficie como el colchón”, comentó Valdez Almaral.
El colchón, añadió, cuenta con sensores que emiten vibraciones, lo que permite el constante movimiento del paciente.
Actualmente el proyecto se encuentra en la etapa final de ensamble de los componentes: el colchón inflable, el vibrador, la válvula distribuidora, el circuito electrónico y el circuito neumático.
“Después de realizar las primeras pruebas del funcionamiento, se obtuvieron resultados muy favorables. Continuaremos con el mejoramiento del desempeño del colchón antiescaras”, dijo.
Las personas que recibieron la donación de los primeros prototipos viven postradas por causas de enfermedad o accidente: Guadalupe, por senilidad; Christian, de 22 años, paciente con parálisis cerebral; y Sandra, de 32 años de edad, con discapacidad motriz parcial desde los cuatro años de edad.
“Creo que este colchón es una oportunidad para mejorar su calidad de vida”, dijo Evangelina Mendoza, madre de Sandra.
Proyectos en agenda
Fundación Markoptic trabaja en otros proyectos, anunció el presidente de dicha asociación, Manuel Gallardo Inzunza. Indicó que actualmente los desarrolladores de la asociación trabajan en la creación de un “minicarro” para el traslado de personas con discapacidad motriz.
“Es un vehículo urbano eléctrico creado para personas con alguna discapacidad y que utilizan una silla de ruedas. Fue diseñado para que los usuarios puedan desplazarse de forma independiente, sin necesidad que alguien más maneje el vehículo”, dijo.
El auto, añadió, contará con los dispositivos básicos de un automóvil común, tales como el tablero del velocímetro, direccionales, encendido, así como el apagado de luces. El movimiento del minicarro será efectuado por un motor alimentado por una serie de placas de baterías recargables, el cual se podrá conectar a cualquier toma de corriente.
El dispositivo posee un espacio donde la silla de ruedas se ubica frente al volante, el usuario podrá entrar directamente desde la parte trasera del vehículo a través de una puerta y una pequeña rampa. La velocidad máxima del carro será de entre 40 a 60 kilómetros por hora, y será para uso exclusivo en la zona urbana de Culiacán.
Cómo nace Fundación Markoptic
Gallardo Inzunza comentó que la idea de crear una fundación de este tipo surgió hace varios años, luego de perder la vista como consecuencia del glaucoma.
“Nace por la necesidad personal mía de buscar una microválvula, un dispositivo tecnológico para el control del glaucoma, padecimiento por el que perdí la vista”, recordó.
En la búsqueda de esa tecnología, encontró la dificultad para encontrar ese tipo de tecnología.
“Es muy difícil encontrar quién lo fabrique y manufacture. Si es una innovación te enfrentas al reto de quién, cuándo y cómo la construya”, refirió.
Apoyado de familiares, Gallardo Inzunza emprendió la búsqueda del dispositivo en empresas de diversos países para el diseño en 3D. Más tarde, Markoptic se apoyó de empresas foráneas para aprender el uso de la tecnología que permitiría construir el software para el desarrollo de un dispositivo micrométrico, es decir, de gran precisión.
“Así nos dimos cuenta de la gran oportunidad que hay en Sinaloa y en el país de desarrollar tecnología cuando hay una metodología y tecnología. Así es como nos apoyamos de gente de afuera de Sinaloa. Dijimos: ‘podemos generar esas oportunidades aquí’”, comentó.
Algunos componentes para los proyectos son adquiridos en el estado de Jalisco, aunque la mayoría son de Alemania y de Estados Unidos. En este último país Markoptic recibió instrucción para la utilización de la maquinaria.
La idea, explicó Gallardo Inzunza, es fomentar una cultura de inclusión a favor de personas con discapacidad motriz, con alcance global.
“Así nació Markoptic, como una fundación que viene a resolver una necesidad, desde el desarrollo, diseño y manufactura de cualquier dispositivo. El reto es disminuir o aliviar esas brechas que presentan esas personas por la pérdida de alguna extremidad, por ejemplo”.
Certificada por Cemefi
Fundación Markoptic, A.C. cuenta con la certificación de institucionalidad y transparencia del Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi). |
Entre las primeras innovaciones de Fundación Markoptic, A.C. se encuentra una microválvula para el control del glaucoma, misma que permitiría la atención de esa enfermedad al presidente de la asociación.
Posteriormente, aprovecharon la tecnología para el desarrollo de otros proyectos, entre ellos una prótesis robótica para niños con amputaciones. Hasta ahora, el proyecto ha sido desarrollado solo en adultos, a manera de crear experiencia para la generación de prótesis más pequeñas, que requieran piezas de menor tamaño y trabajo de mayor precisión.
Jóvenes innovadores
En la fundación trabajan jóvenes desarrolladores, egresados de instituciones como la Universidad Autónoma de Sinaloa y el Instituto Tecnológico de Culiacán (ITC) —que forma parte del sistema del Tecnológico Nacional de México (Tecnm)—. Ellos participan en el diseño, construcción y desarrollo de tecnología para personas con necesidad de movilidad y desplazamiento.
“Estamos enfocándonos en apoyar el desplazamiento y movilidad de las personas a través de dispositivos tecnológicos, desarrollados, diseñados y manufacturados por nosotros mismos”, comentó.
AUTOR: Janneth Aldecoa
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT