Se trata de un producto ecológico renovable y amigable con el ambiente, pues no genera gases tóxicos y cuya semilla permite elaborar productos de alto valor nutricional
Con el objetivo de dar utilidad a la almendra de cáscara dura que en México no tiene aprovechamiento, un equipo de jóvenes científicos ideó crear briquetas o pellets (pequeños sólidos extruidos) que hacen la función de biocombustible con enorme potencial calórico y fácil producción.
Por el desarrollo, los emprendedores fueron distinguidos con el primer lugar del Premio Innovación Sustentable 2018 que entrega Walmart de México y Centroamérica.
Vanessa Salazar, uno de los integrantes de Industrias SAMAJO, explica en entrevista que el árbol del almendro (Terminalia Catappa) es muy común en el sureste de México, pues brinda una enorme sombra por los más de 20 metros de altura que puede alcanzar. Sin embargo, el fruto que produce no se consume, ni se comercializa y es material de desecho debido a la dureza de la cáscara que lo protege.
“Dado que la mayoría de la gente desconoce que es comestible y las propiedades nutricionales que la semilla posee, desecha o quema la almendra de cáscara dura. Nosotros nos encargamos de colectarla o comprarla en esta primera etapa, de manera que les generamos un ingreso a quienes tienen un árbol en su casa”, detalla la estudiante de ingeniería mecánica industrial en ESIME Azcapotzalco.
El fruto tiene una cubierta que se retira (exocarpo) y se utiliza como composta. Lo que queda expuesto (endocarpo) es lo que envuelve la semilla que es rodeada por una cáscara dura, la cual se separa para ser pulverizada y compactada en forma de pellets o briquetas mediante una prensa especial.
El plan de los jóvenes es empaquetar las briquetas en bolsas de diez o 15 kilos para que se venda como biocombustible a un precio de 80 pesos. El producto con el que pueden competir en el mercado nacional para generar energía térmica es el carbón.
“Se han hecho pruebas de rendimiento en el Centro Mexicano para la Producción Más Limpia, del IPN, y los resultados señalan que nuestras briquetas tienen un poder térmico de 4 mil 170 calorías por gramos. El carbón registra 5 mil 100 calorías por gramos, pero la diferencia es que alcanza un poder calórico alto muy rápido, de manera que se consume pronto, a diferencia de nuestro producto que tiene mayor duración. Es decir el poder calórico se mantiene constante por más tiempo.
“Se han hecho alianzas con empresas españolas para la certificación y regulación de nuestro combustible, además de pruebas con una empresa que fabrica estufas ecológicas que consumen biomasa para las comunidades que cocinan con braceros para que compren con nosotros los combustibles”.
La joven empresaria agrega que el producto contamina menos pues no genera gases tóxicos, ya que el mismo bióxido de carbono que emite en la combustión es absorbido durante su crecimiento en la fotosíntesis. Asimismo, comenta que se encuentran en trámite de patente para el proceso de producción de la energía térmica que genera el biocombustible, también llamada dendroenergía.
Como parte de los planes de Industrias SAMAJO está aprovechar la semilla para elaborar productos altamente nutricionales, pues estudios indican propiedades similares a los de la almendra de cascara blanda que comúnmente conocemos. El objetivo es obtener productos secundarios, como mazapanes, palanquetas, barras energéticas, aceite y productos cosméticos.
Cabe destacar que en su sexta edición, el Premio Innovación Sustentable que entrega Walmart de México y Centroamérica recibió más de cien proyectos, de los cuales, diez llegaron a la final. (Agencia ID)