AUTOR: Jorge Armando Bonilla
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT
Ciudad de México. (Agencia Informativa Conacyt).- Luego de participar en una incubadora de negocios, cuatro estudiantes provenientes de diversas universidades crearon la startup SaveFruit, la cual desarrolló un pasteurizador para pulpa de mango que no funciona con base en calor y cuyo costo es significativamente menor en comparación con la tecnología ya existente.
El proyecto surge luego de que los jóvenes estudiantes identificaron el gran potencial que representa la merma existente en la producción de mango, ello toda vez que los productores agrícolas en el mejor de los casos logran vender 50 por ciento del mango, mientras que el 50 por ciento restante se queda en los centros de acopio.
Incluso, en algunas ocasiones, el mango ni siquiera llega a ser cortado, se cae en las propias siembras, donde se echa a perder. El producto que se cae en las siembras o que se maltrata al ser cortado, sencillamente no es aceptado en el mercado, el cual demanda solo aquellas piezas estéticamente atractivas.
“La producción que el mercado no quiere, la merma del mango, es decir, aquellas piezas que por su tamaño o por estar maltratadas el mercado no quiere, según nuestras proyecciones representan un mercado cercano a los cuatro mil millones de pesos”, señaló en entrevista exclusiva con la Agencia Informativa Conacyt, Pigmalión Domínguez Julián, chief officer technology de la startupAAA SaveFruit.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo surge SaveFruit?
Pigmalión Domínguez Julián (PDJ): Todo surge en Veracruz, al acercarnos a una convocatoria de una incubadora de empresas locales. Ingresamos 30 personas de las cuales se integraron seis equipos, entre ellos SaveFruit, donde trabajamos cuatro personas.
El equipo lo integramos Zaira Dafne Tapia Padilla, estudiante de noveno semestre de la carrera de ingeniería en gestión empresarial en el Instituto Tecnológico de Morelia; Gregorio Abad Acuña García, licenciado en arquitectura con especialización en bioclimatismo, egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Asimismo, Ángel Alfonso Espinoza Terán, egresado de la carrera de ingeniería mecánica del Instituto Tecnológico de Culiacán, y yo, Pigmalión Domínguez Julián, actualmente soy estudiante de sexto semestre de la carrera de ingeniería en tecnologías computacionales en la Universidad Veracruzana.
Llevamos trabajando ya tres meses en este proyecto, el cual dividimos en tres etapas. La primera (un año) consiste en la investigación y el desarrollo de la innovación, de la cual ya tenemos un mínimo producto viable —primer prototipo—, desarrollado gracias a un trabajo muy intensivo.
La segunda etapa del proyecto consiste en la obtención de más recursos para mejorar la tecnología ya desarrollada e implementar las pruebas de efectividad necesarias, así como su colocación en el mercado local. Por último, en la tercera fase del proyecto, buscaremos salir al mercado internacional con este producto.
AIC: ¿En qué consiste su innovación tecnológica?
PDJ: Estamos desarrollando un dispositivo compacto que pasteuriza la pulpa del mango, sin aplicación de calor, lo cual permite conservar las propiedades nutrimentales y brinda una alternativa para el aprovechamiento de la merma en el sector agroalimentario, y todo ello con un bajo consumo energético.
Existen otros equipos que cumplen esta función pero su costo es muy elevado, funcionan con base en calor, lo cual merma la calidad de la pulpa en cuanto a propiedades nutrimentales se refiere y además demandan un alto consumo energético.
AIC: ¿Cómo funciona el dispositivo?
PDJ: Nuestro prototipo nos permite tomar lecturas de la temperatura de la pulpa cuando entra al dispositivo y cuando sale. Contamos con un tratamiento basado en un proceso de biomímesis, el cual imita los procesos de la naturaleza. Hasta el momento es lo que hemos logrado con nuestro desarrollo.
Ya estamos en la etapa de validación de este producto, ya contamos con el contacto con algunas asociaciones de productores aquí en Actopan, trabamos con ellos para llevar a cabo las pruebas y los análisis necesarios para avanzar hacia un producto final, funcional y que cuente con las certificaciones necesarias.
Más adelante buscaremos realizar algunas adecuaciones, por ejemplo que determine la posición geográfica de la pulpa, que mida el flujo que pasa a través de él y que revise la calidad de la pulpa obtenida.
Esa información tendrá que transmitirla a un servidor para poder mostrarla a través de una interfaz de usuario que permita determinar en qué zonas se concentra la mayor producción de pulpa y con qué calidad. Asimismo, si la producción es capaz de cubrir las demandas del mercado.
AIC: ¿El desarrollo tecnológico partió de cero o retoma tecnologías ya existentes?
PDJ: En un inicio, aprovechamos que el equipo se integró de manera multidisciplinaria, así que desde su área cada quien se puso a investigar. Derivado de ese trabajo, identificamos que los sistemas de pasteurización actuales son sumamente costosos y su utilidad se enfoca en otras áreas.
Identificamos también que el proceso actual funciona elevando la temperatura y luego la bajan, este proceso elimina las bacterias pero también vitaminas y proteínas. Así que basamos nuestro desarrollo tecnológico en literatura científica existente, lo que básicamente nos permitió concretar un desarrollo que funciona con base en la disociación de moléculas.
Para lograrlo, utilizamos tecnología ya existente, la cual adaptamos a nuestras necesidades.
AIC: ¿De dónde surgen los recursos para concretar el prototipo?
PDJ: La inversión inicial la aportamos nosotros mismos, asimismo recolectamos a través de una campaña de fondeo entre familiares, con la cual recaudamos 80 mil pesos. Ahora estamos explorando otras opciones para captar más recursos y poder así dar continuidad al proyecto.