Autor: RAFAEL CORTÉS ACOSTA, Director Consultor de “Trainergy, la energía de tu negocio”, Trainergy México, [email protected], Twitter: @RafaelCortesMx, @TrainergyMx
Resumen:
El número de patentes otorgadas a mexicanos en la última década con respecto a las solicitudes totales, complementado por la mínima iniciativa de un gran número de empresarios para brindar capacitación a sus colaboradores se traduce en una crisis en cuanto al fomento para el desarrollo y registro de patentes y propiedad intelectual en México.
Palabras clave: propiedad intelectual, patentes, comunicación efectiva, iniciativa de liderazgo, trabajo colaborativo, capacitación, trilogía organizacional, creatividad, innovación, planeación.
En México, solamente en el año 2017 y de acuerdo con el estudio del IMPI, se presentaron 17,184 solicitudes de patente, siendo únicamente el 7.76% solicitudes de mexicanos, y de ese total se otorgaron 8,510 patentes (49.52%), de las cuáles solo el 4.78% fueron por nacionalidad del titular para México.
A partir de este estudio debemos preguntarnos, si la producción en propiedad industrial en México es acorde con nuestro desarrollo socio económico, tecnológico e industrial, es decir, es poco, es adecuado o nos falta; la respuesta obvia sería que nunca será demasiado. Independientemente de la conclusión a la que lleguemos, siempre será necesario promocionar, incentivar y reconocer la cultura del registro de propiedad industrial e intelectual en las organizaciones entre todo su personal, partiendo de los empresarios y directivos, y fomentándolo hacia los niveles tácticos y operativos.
Pero, ¿cómo lograr que una organización se pueda alinear a esta nueva cultura?, retomando lo que decía Kaoru Ishikawa, “El control de la calidad empieza con educación y termina con educación, hay que dar educación a todo el personal, desde el presidente hasta los operarios”. Interesante el concepto, al hablar de educación o capacitación, pero dirigida a todo el personal en su totalidad en cada organización.
Por supuesto, esta “educación” o capacitación al personal deberá estar alineada a los objetivos de la organización, y si entre sus objetivos está el fomento y desarrollo de la propiedad industrial, entonces podemos contemplar un programa con ese enfoque en todos los niveles.
Sin embargo, para que ese objetivo sea viable, hay que considerar que en todas las organizaciones existen tres habilidades fundamentales para el éxito de cualquier proyecto o actividad: comunicación efectiva, iniciativa de liderazgo y trabajo colaborativo; a estos tres elementos los he bautizado como “Trilogía Organizacional”.
Estos tres elementos o habilidades básicas deben poseerlas y aplicarlas en sus funciones laborales diarias todo el personal, si se desarrollan de forma independiente se irán alcanzando mayores niveles de efectividad y calidad en los diferentes departamentos de cada organización, pero si se trabajan como una sola entidad enfocada a mejorar su operación, productos o servicios con el apoyo de indicadores de productividad y desempeño, estaremos logrando una integración total de estas habilidades para todo el personal como parte de una cultura organizacional y entonces se podrá implementar un plan de trabajo con el objetivo de desarrollar una estrategia en el tema de propiedad industrial.
Por supuesto que estas tres habilidades de comunicación, liderazgo y trabajo colaborativo deberán estar sustentadas por una actitud positiva de cada uno de los participantes en todos los procesos de la organización, y quienes fomentarán y pondrán el ejemplo son fundamentalmente los líderes: de las empresas y de los departamentos, esto es, los mandos directivos y mandos medios o tácticos.
Cuando estos mandos están alineados en su actividad diaria con los objetivos de la empresa y comparten con sus equipos de trabajo las metas y resultados esperados se debe generar una incidencia positiva en el resto de los colaboradores.
A través de esta estrategia, se vuelve más sencilla la generación de nuevas ideas, implementaciones, desarrollos industriales o herramentales que permitan mejorar la operación y eficiencia de los procesos productivos apoyados por conceptos de creatividad e innovación.
He tenido la oportunidad de presenciar el desarrollo de un par de herramentales con uno de mis clientes dentro del sector industrial en la ciudad de León, ambos elementos surgieron debido a necesidades de su operación diaria para facilitar la labor y minimizar el esfuerzo de los empleados en su actividad; lo interesante de esto, es que en ningún momento se les solicitó que lo realizaran, fue una iniciativa totalmente propia de un operario y su supervisor, que si bien ha funcionado, solamente se quedó en esa etapa, mas no ha trascendido de manera que se formalice un programa de este tipo dentro de la organización.
Innovación espontánea
Si visualizáramos este proceso de la “Trilogía Organizacional” aplicado al fomento del desarrollo de nuevos elementos a través de una estrategia adecuada, la actitud positiva de los colaboradores, la creatividad innata que tenemos como mexicanos y el conocimiento por parte de los empresarios en el tema de la propiedad industrial, estoy seguro que se incrementarían las solicitudes y trámites ante la autoridad correspondiente y como consecuencia, debería de generarse una mejora en la visión de la marca y reconocimiento del negocio en su sector empresarial como líder del mismo.
En conclusión, es de suma importancia que los empresarios, inversionistas y directivos de empresa pongan un especial énfasis en la capacitación de sus empleados, ya no digamos para establecer un programa adecuado para el fomento y registro de la propiedad intelectual, sino para desarrollar sus talentos y potencial, empoderarlos hacia los objetivos de la organización mejorando su relación a través de la comunicación, liderazgo y trabajo colaborativo, lo que con toda seguridad incrementará la calidad y efectividad en cada área de la empresa.