Tepic, Nayarit. 31 de enero de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Eloy Alfonso Zepeda Carrillo, doctor en biología molecular, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), investiga una variante del gen DRD2 —receptor de dopamina— asociado con adicciones, en población con diabetes tipo 2 del occidente de México, para determinar la relación particular entre el gen con el consumo de alcohol y el desarrollo de diabetes.
El investigador, miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), dijo que el estudio se realiza entre pacientes diagnosticados con diabetes tipo 2 que tienen dificultad para controlar su manera de alimentarse, pese a intervenciones médicas y asesorías de nutriólogos o especialistas.
“Estamos estudiando una variante genética que tiene que ver con la adicción y el comportamiento de comedores compulsivos, pues se sabe por estudios científicos que en el sistema mesolímbico dopaminérgico —que es un área interconectada a nivel cerebral, donde se regulan las sensaciones de placer, euforia, preservación, aprendizaje, entre otras— actúa un gen conocido como receptor de dopamina, que tiene una variante que predispone a las personas hacia adicción al alcohol, así como a cierto tipo de comidas, inclusive a drogas”, enfatizó Zepeda Carrillo.
El investigador, junto con el médico especialista en endocrinología Jorge Fausto Bustamante Martínez, estudia la frecuencia de la variante del gen DRD2 en pacientes con diabetes tipo 2 para encontrar la asociación de este gen con el consumo de alcohol y el desarrollo de la enfermedad, a partir de las cantidades que los pacientes bebían del embriagante antes del padecimiento.
El biólogo molecular dijo que de la identificación de los portadores de esta variante genética, las autoridades de salud podrán establecer estrategias terapéuticas precisas —desde el punto de vista nutricional y farmacológico, como el control metabólico, la alimentación y el ejercicio físico— para atender a pacientes con la enfermedad crónica.
Avance de las investigaciones
Según el investigador, esta variante alélica del gen receptor de la dopamina, DRD2, asociado a las adicciones, en la población del occidente de México tiene una frecuencia de 54 por ciento, mayor incluso que la población española que había sido reportada con la frecuencia más alta.
“Hice un estudio hace cinco años para ver cuál era la frecuencia y distribución de esta variante en la población del occidente de México, entre los que incluimos a nahuas, huicholes, mestizos de Tepic y Guadalajara; y nos llevamos una sorpresa, porque la frecuencia mayor se había reportado en España con cerca de 40 por ciento, y en nuestras poblaciones, la frecuencia de la variante del gen asociado con las adicciones fue de 67 por ciento, 65, 51 y 48 por ciento”, resaltó.
Además, realizando investigaciones entre pacientes de interés, como los diagnosticados con diabetes tipo 2, el experto encontró que la frecuencia del gen de la adicción era de importancia.
“Aquí en el estado de Nayarit, más de 60 por ciento de los pacientes con diabetes tipo 2 tiene historial de consumo de alcohol, de los cuales menos de 25 por ciento tiene un patrón de consumo de bajo riesgo con base en la clasificación de la OMS. Estudiamos cuál es el impacto del consumo de embriagantes para el desarrollo de diabetes y encontramos individuos que son más susceptibles a desarrollar la enfermedad, esto se explica con base en su estructura genética, lo cual es motivo de nuestro estudio”, determinó Zepeda Carrillo.
La diabetes y el alcohol
México es el país que presenta la frecuencia más elevada de esta variante genética de lo que hay reportado en el mundo, la cual se asocia con susceptibilidad hacia desarrollo de adicción por consumo de drogas, principalmente alcohol.
“Cuando estudié a pacientes mestizos de Tepic con diabetes tipo 2, observé que la frecuencia de la portación del gen era de 50 por ciento, y esto es similar con la población que no tiene diabetes, con 51 por ciento; además, 63 por ciento de enfermos presentó consumo crónico de alcohol, y claro que ello tiene un efecto importante para el desarrollo de este padecimiento, aunque hay pacientes que beben demasiado y jamás desarrollan diabetes”, explicó.
Las conclusiones arrojan que el riesgo promedio de desarrollar diabetes tipo 2 por consumo de alcohol es cinco veces más alto, respecto de los que no consumen alcohol, advirtió el investigador.
“El consumo de alcohol provoca estrés oxidativo a nivel hepático y pancreático, ya que se producen sustancias conocidas como especies reactivas de oxígeno que con el tiempo deterioran la función de las células beta pancreáticas, que son las que producen insulina y esta se relaciona con la diabetes tipo 2, entonces el alcohol de manera crónica nos va a agotar las células beta de los islotes de Langerhans, y de esa manera se explica por qué el alcohol condiciona en algunos casos el desarrollo de la diabetes”, estimó.
El doctor Eloy Zepeda Carrillo añadió que con esta investigación se precisa el escenario genético de la población del occidente mexicano, que debe ser tomado en cuenta para realizar acciones de prevención y control de pacientes que puedan desarrollar diabetes; además de que podrán tratarse otras adicciones, no solo a alcohol sino a alimentos azucarados, grasas saturadas y todo lo que produce efectos gratificantes en el cerebro.
La investigación inició en noviembre de 2014, se encuentra en fase final con un 90 por ciento de avance y se espera que concluya en un par de meses.
Metabolismo y diabetes
Por su parte, el endocrinólogo e internista Jorge Fausto Bustamante Martínez —con quien el doctor Zepeda Carrillo lleva a cabo la investigación— dijo que el impacto de este estudio en el trabajo clínico servirá para identificar a personas con mayor riesgo a padecer diabetes en etapas tempranas de su vida.
“Podemos empezar a identificar individuos de alto riesgo con una prueba más específica que simplemente factores epidemiológicos; además, estos resultados tendrán impacto en la clínica porque no nos vamos a esperar a que tengan cuarenta o cincuenta años para tomar medidas preventivas para evitar que se desarrolle esta enfermedad”, asintió.
La diabetes
La diabetes tipo 2 es una enfermedad metabólica cuya principal característica es la hiperglucemia —incremento de los niveles de azúcar en la sangre—, se han identificado alrededor de ocho factores del cuerpo humano donde ocurren desarreglos fisiológicos, entre ellos la resistencia a la insulina y deficiencia en la secreción de la insulina.
“Los otros son factores epigenéticos que se van desarrollando de acuerdo con el estado metabólico del individuo, pero cuando ganamos peso —sobre todo el exceso calórico se acumula en el vientre en forma de grasa—, esta grasa es metabólicamente muy activa y produce hormonas y citocinas que dificultan el accionar de la insulina, entonces para mantener el nivel de glucosa normal se tiene que secretar más insulina, y este fenómeno se conoce como resistencia a la insulina”, explicó.
El doctor Bustamante Martínez señaló que existen personas con bagaje genético adecuado para mantener la función de la célula beta del páncreas y tener obesidad o sobrepeso toda la vida sin desarrollar diabetes, pero si no tiene el bagaje para hacer funcionar la célula beta robusta, desarrollará diabetes.
México y su occidente: un país y una región propensa
La población mexicana tiene alta propensión a la diabetes debido a la mezcla de genes nativos americanos y genes mediterráneos, en proporción de 50 por ciento, explicó el galeno.
“Es una población de alto riesgo porque tenemos una mezcla de genes nativos americanos con genes mediterráneos, y las publicaciones del Instituto Mexicano de Medicina Genómica (Inmegen) dicen que tenemos 50 por ciento y 50 por ciento; pero hay poblaciones nativas americanas donde la mitad de la población tiene diabetes”, expresó.
Asimismo, Bustamante Martínez refirió que en el occidente del país, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), existe una prevalencia cercana a 15 por ciento de casos de diabetes.
Propensión a diabetes y adicciones
Los resultados de la investigación respecto a la predisposición genética a las adicciones, dijo el entrevistado, explican parte del “rompecabezas” que busca descifrar por qué las personas están predispuestas a consumir alimentos altamente calóricos, desarrollan obesidad y sobrepeso y mayor riesgo a diabetes.
“En México, el consumo de alcohol es alto, así que el alcohol provee calorías en razón de 7.1 Kcal/g de etanol —como las cervezas—, pero las bebidas destiladas no tanto, aunque el daño directo a la célula beta del páncreas existe”, indicó.
Luego de este trabajo de investigación genética, el galeno afirmó que es necesario generar conocimientos sobre algún fármaco que tenga efectos sobre la recaptura de dopamina y serotonina, para limitar la preferencia al consumo de productos calóricos.
Avances tecnológicos y obesidad
Dijo que hasta el momento el único tratamiento para atender el sobrepeso y obesidad sigue siendo la restricción calórica, además de educación respecto a los hábitos alimenticios.
“La evidencia científica es que el Homo sapiens tiene 150 mil años en el planeta, los primeros 120 mil no comía cereales, pero con el primer paso tecnológico importante para la humanidad, que fue la agricultura —porque antes se vivía de cazar y recolectar—, se desarrollaron mecanismos de defensa que les permitieron sobrevivir y se hicieron eficientes en la conservación de la energía, por eso la teoría de la Rata del desierto, que dice que las poblaciones satisfacían sus necesidades de energía con poca disposición de alimentos, pero con el desarrollo tecnológico, con sobrados alimentos, las personas generan sobrepeso”, concluyó.
AUTOR: Claudia Karina Gómez Cancino
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT