l uso de microalgas permite transformar el gas en oxígeno y generar biomasa a la que se pueden dar diversas aplicaciones
Científicos de la de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Cuajimalpa (UAM-C), crearon un biorreactor de microalgas para la captura de dióxido de carbono (CO2) de gases de combustión de la industria cementera.
En la planta piloto instalada en la Unidad Cuajimalpa se comprobó que el CO2 es retenido por el mecanismo de fotosíntesis de las microalgas y liberan oxígeno a la atmósfera, al tiempo que lo transforman en biomasa, la cual puede valorizarse como biocombustible, pigmento, alimento para humanos y animales, fertilizantes agrícolas, es decir, se le da un valor agregado.
Durante los procesos de manufactura, la industria cementera genera CO2, uno de los principales gases de efecto invernadero, por lo que reducir su presencia de forma biológica mediante mecanismos de fotosíntesis de las plantas representa una alternativa a los métodos tradicionalmente empleados. Además, la técnica permite la formación de energía a partir de la biomasa que se genera, lo cual contribuye a diversificar las fuentes energéticas renovables y cubrir la demanda de combustibles.
El biorreactor está orientado al aprovechamiento de los gases emanados de los procesos de calcinación en la producción de cemento. El proyecto es dirigido por la doctora Marcia Guadalupe Morales Ibarría, jefa del Departamento de Procesos y Tecnología de la UAM-C, quien sobre el prototipo refiere que su diseño implicó “un análisis de prospección de poblaciones microalgales del sitio, así como la creación, montaje y aplicación de un sistema experimental de captura de corrientes sintéticas de gas.
“En la misma línea se realizó un estudio de ingeniería conceptual para la implementación de una planta piloto en etapa dos y otro preliminar de factibilidad técnica y económica con recomendaciones de ejecución a escala piloto”.
Cabe destacar que el modelo fue puesto en marcha en la Planta Industrial Tula en Cementos Fortaleza, en Atotonilco de Tula, Hidalgo, donde demostró que los microorganismos empleados en el proceso biotecnológico sobrevivieron perfectamente a nuevas condiciones de clima, temperatura y otros factores in situ.
“La empresa proporcionó información sobre la composición de los gases de combustión y alimentó las microalgas, creando una corriente sintética que emuló las condiciones de la formación del gas por los procesos industriales, obteniéndose productividades y niveles de eficiencia muy altos”, destaca la doctora Morales Ibarría.
La segunda etapa de este proyecto prevé continuar el trabajo con Cementos Fortaleza para llevarlo a una escala piloto y luego a otra mayor para aportar al aprovechamiento de los gases. (Agencia ID)