FUENTE: AGENCIA ID
Este desarrollo es escalables a la industria, de manera que su producción industrial beneficiaría a productores nacionales y extranjeros
El muérdago es un grupo de plantas incapaces de tomar el agua y nutrientes desde el suelo, por lo que tienen que absorberlos de otras plantas, de las que depende completamente para sobrevivir. Estas plantas parásitas se reproducen muy fácilmente y, en algunos casos, llegan a matar a sus hospederos. No en balde se consideran una de las principales plagas que aquejan a los bosques del mundo. Tan solo en el Estado de Veracruz se estima que una gran proporción de sus árboles está ya afectado por esta plaga. Esto, contando tanto árboles de bosques como urbanos.
Ante este panorama, el Instituto de Ecología, A.C. (INECOL) desarrolló un producto orgánico que controla la propagación del muérdago y no afecta a la planta que lo hospeda. Sin embargo, hacer llegar el compuesto al área en la se ubica la parásita en ocasiones resulta difícil, pues existen ramas parasitadas a más de 20 metros de altura, razón por la que se solicitó al Centro de Tecnología Avanzada, en Querétaro (CIATEQ) la creación de una cápsula que sirviera como vehículo y protección del bio-plaguicida, así como el diseño y fabricación del dispositivo mecánico que lo hiciera llegar al área requerida.
Para el desarrollo del encapsulamiento del agente activo, la gerencia de Síntesis y Formulación de Polímeros de CIATEQ determinó las propiedades fisicoquímicas del bio-plaguicida, así como el mecanismo de degradación y acción del agente activo, con la finalidad de determinar potenciales interacciones entre el material de la cápsula y dicho el agente. Además, se revisaron y estudiaron las diferentes técnicas de encapsulación y los polímeros biodegradables que pudieran servir para contener dicho bio-plaguicida sin interactuar con él de manera tal que pudiera ir en el detrimento de su eficacia para el control del muérdago. Con base en ello, se seleccionaron tres polímeros para el desarrollo de una bio-película para la elaboración de las cápsulas. La cápsula desarrollada exhibe propiedades mecánicas tales que se logra la adecuada fragmentación al impacto y liberación de su contenido.
La maestra en ciencias Mayra del Ángel, líder del proyecto, explica que el objetivo era que las cápsulas tuvieran la suficiente resistencia mecánica para que soportaran el esfuerzo al que son sometidas durante el disparo, pero que al momento de incidir en la superficie de impacto pudiera fragmentarse, de manera que el contenido quedara adherido en las ramas del muérdago liberando de gradualmente el agente activo.
Fue así que para la técnica de encapsulación se seleccionaron tres polímeros biodegradables con cierta resistencia química. Lo siguiente fue probar la interacción entre éstos y la formulación del agente activo desarrollado por el INECOL, la cual fue modificada para incrementar su estabilidad, además de conferirle un carácter abrasivo y mejorar su adherencia y permanencia en las superficies donde se aplica.
El resultado fue el desarrollo de cápsulas compuestas por dos capas a partir de tres polímeros biodegradables que son capaces de contener el agente activo, detalla la maestra Mayra del Ángel.
“La formulación de la cápsula, es única en el mercado, y toma en cuenta aspectos como las condiciones climáticas y de humedad boscosas; para evaluar la eficacia del producto se realizaron pruebas en campo, en un bosque cercano a Xalapa, Veracruz”.
Por su parte, para el diseño del dispositivo que lanza las cápsulas trabajaron de manera conjunta la Gerencia de Ingeniería Renovable con apoyo de la coordinación de Diseño Industrial, misma que creó un prototipo de un lanzador de las esferas a partir de piezas comerciales y otras que se diseñaron y fabricaron especialmente con tecnología nacional.
Se logró un prototipo innovador con una apariencia diferente a la de un arma de fuego, con la peculiaridad de que tiene una mirilla de precisión, con una potencia tal que la cápsula puede alcanzar hasta25 metros de distancia del disparo. A decir de la maestra del Angel, la fabricación de manera industrial tanto de las cápsulas como del dispositivo de lanzador son s técnicamente viable. El desarrollo realizado para la encapsulación se encuentra en proceso de protección intelectual; mientras que el dispositivo cuenta con protección bajo la figura de diseño industrial. “Sé que hasta el momento se hizo contacto una empresa española que se interesó en la trasferencia tecnológica de este desarrollo.
“Es tecnología que se puede adaptar a otras necesidades, por ejemplo, para la aplicación de otras sustancia que deban ser dosificadas a alturas considerables, como fertilizantes, insecticidas biológicos, etcétera”, reitera la especialista de CIATEQ.
La planta que se alimenta de otras plantas
Los muérdagos pertenecen a la familia Loranthaceae, que reúne a unos 40 géneros agrupados en subfamilias. Al no tener raíces, aprovechan el agua del árbol hospedero sobre el que crecen, causándole un serio deterioro a su madera, al grado que baja su valor comercial, pero también lo debilita y lo hace susceptible al ataque de insectos.
En el afán de controlar el daño que causa el muérdago a los árboles, los productores recurren a la poda, pero esta práctica limita la capacidad de fotosíntesis de los árboles. Por ser el agente activo desarrollado por el INECOL de una toxicidad baja para otras plantas que no son muérdago, cobra mucha importancia actualmente. Se ha probado en campo y se ha observado su efectividad en tan solo dos a tres semanas. (Agencia ID)