AUTOR: Marytere Narvaéz
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT
Mérida, Yucatán. 20 de abril de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- ¿Por qué hablamos mientras soñamos?, ¿por qué las pesadillas pueden afectar nuestro equilibrio emocional? Son algunas preguntas relacionadas con alteraciones que ocurren durante el sueño, mejor conocidas como parasomnias. Jesús Moo Estrella, especialista en neurociencias y coordinador del Laboratorio del Sueño de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), se dedica al tratamiento de diversos factores asociados con estos padecimientos y brindó un panorama general en torno al tema en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿En qué consisten las parasomnias?
Jesús Moo Estrella (JME): Las parasomnias vienen del griego para, que quiere decir “más allá o “al lado de”, y del latín somnos, que quiere decir “eventos que ocurren o que acompañan el sueño”. Desde un aspecto clínico, pueden entenderse como eventos físicos o experiencias con contenido psicológico desagradable que pueden ocurrir al inicio, durante o al despertar del sueño. Se caracterizan porque hay una serie de movimientos motores completos anormales, como caminar, hablar o sentarse. Pueden ocurrir también eventos emocionales intensos como el terror nocturno, que corresponde a un miedo intenso que no tiene una regulación de la zona cortical de la conciencia o de la lógica, por lo que puede experimentarse sin ningún tipo de filtro racional. De igual manera, pueden ocurrir imágenes o percepciones como las pesadillas.
Todo eso ocurre cuando estamos dormidos, al momento de iniciar el sueño o cuando nos vamos a despertar. La parte de parasomnias tiene importancia en los laboratorios de sueño cuando ya tiene una implicación sobre la salud del paciente en cualquiera de esos niveles. Un riesgo para los pacientes que caminan dormidos es sufrir una caída desde una altura considerable, como las escaleras de un segundo piso. También puede implicar un riesgo para nuestro compañero de cama por el temor de recibir golpes, amenazas de muerte o un susto a causa del comportamiento inusual del dormido. Todos estos eventos que ocurren durante el sueño llegan a tener un impacto físico o psicológico en términos de salud para la persona, y es ahí cuando se da la importancia y atención a los diferentes tipos de parasomnia.
AIC: ¿Cuáles son los mecanismos neuronales mediante los cuales operan las parasomnias?
JME: Aunque todavía no se conoce con certeza el funcionamiento de las parasomnias, existen hipótesis para planear una idea general de cómo ocurren algunas de estas, como la parálisis del sueño. Cuando dormimos nuestro cerebro no se apaga, sino que permanece química y eléctricamente activo como en el resto del día. Es en las fases de inicio y sueño profundo cuando disminuye su nivel de activación, como una computadora en modo de standby que está prendida pero no completamente activada. Posteriormente hay otra fase donde empezamos a soñar, es decir, es la parte onírica del sueño, conocida así por Oniros de la mitología griega, considerado como uno de los hijos de Nix al igual que Eros y Tánatos.
En la parte onírica, la corteza cerebral y toda la fisiología del cuerpo permanecen muy activas, incluso más de cuando estamos despiertos. En ese momento se crean imágenes y el cerebro trata de buscar un sentido lógico a las cosas que se observan, creando así una historia. Podríamos soñar que alguien nos persigue y que tenemos que salir corriendo a buscar ayuda, ¿pero qué es lo que hace que no actuemos esa historia? El cerebro debe tener un mecanismo, una parte que se va a la corteza cerebral, la acetilcolina se dispara, la corteza cerebral crea estas imágenes en la parte posterior del cerebro, que incluye el lóbulo parietal, el temporal y el occipital, que se encuentra muy activa. Por otro lado, la corteza prefrontal, que nos hace conscientes y nos da la lógica, está hipoactiva y el cerebro medio que da las emociones está más activo de lo que a veces está durante el día.
De esta manera, se crean historias que no se relacionan lógica o racionalmente, pero se experimentan como si fueran reales. La parálisis del sueño ocurre debido a que al despertar deben enviarse una serie de sustancias químicas a la corteza cerebral, como la acetilcolina, y otras sustancias que a partir de la médula espinal deben enviarse a las ramificaciones de los músculos.
Cuando soñamos, estas se inhiben, los neurotransmisores que van a los músculos para tener tono muscular y movimiento se bloquean para no actuar nuestros sueños, aunque las sustancias de la conciencia se activan y por eso podemos soñar sin actuar los sueños. A veces cuando nos despertamos justo cuando estamos soñando, tiene que haber una sincronía entre las sustancias que van a la corteza cerebral y las que van de la médula espinal hacia todo nuestro cuerpo para que al momento de despertar podamos movernos de manera sincronizada, conciencia y movimiento deben ocurrir al mismo tiempo.
En la parálisis del sueño las sustancias que van a la corteza cerebral ya se liberaron, pero las que van a la médula espinal todavía no, ya sea porque la estructura que las libera está dañada o está hipoactiva. De esta manera, se experimenta la sensación de despertar sin poder moverse, y esto puede durar desde unos segundos hasta 10 minutos. Durante estos, la persona puede pensar en quedarse así para siempre e incluso morirse, lo que desencadena un mecanismo emocional del miedo. Generalmente, el evento ocurre al despertar de la etapa del sueño MOR (movimientos oculares rápidos), que se desarrolla en mayor porcentaje durante la madrugada. Míticamente se asocia con que hay unos demonios que nos comprimen o nos aplastan y estamos conscientes de ello, pero esto ocurre porque podemos tener ideas.
AIC: ¿Cuáles son algunas de las causas posibles del desfase en la transmisión de sustancias?
JME: Entre las posibles causas del desfase en la transmisión de las sustancias están los aspectos externos que tienen que ver con la alteración por consumo de sustancias como la dopamina, el alcohol y la marihuana, que pueden generar una alteración en la bioquímica del sueño; por otra parte, los aspectos circadianos, es decir, aquellos que tienen que ver con la liberación de los neurotransmisores que siguen un ciclo diurno y nocturno llamado ciclo circadiano (aproximadamente un día de 24 horas). Hay un mecanismo en el que se libera melatonina por la noche, disminuye por la mañana y aumenta por la tarde, tiene un ciclo independiente y endógeno, como un reloj biológico interno. Cuando cambiamos nuestro patrón circadiano y nos despertamos muy tarde, hay un desfase entre nuestro reloj académico, laboral o social con nuestro reloj biológico. Ese desfase favorece la ocurrencia de estas alteraciones por la alteración metabólica de la liberación de neurotransmisores.
También están asociados a la parálisis del sueño factores como la ansiedad, antecedentes de trastorno de bipolaridad y de ansiedad recurrentes. De manera más cotidiana ocurre en universitarios en periodo de exámenes o de mucho estrés, y el factor de riesgo aumenta cuando no se tiene un horario regular con periodos de luz y oscuridad o posiciones al dormir que compriman el corazón.
AIC: ¿Cuáles son las opciones de tratamiento que ofrece el Laboratorio del Sueño de la Uady?
JME: El diagnóstico diferencial es el primer paso a seguir, revisando a través de entrevistas cómo y cuándo ocurren los eventos y los antecedentes familiares para determinar el tipo de tratamiento que se llevará a cabo. En el Laboratorio del Sueño, se recomienda a los familiares de los pacientes grabarlos mientras duermen, y se han registrado videos de gente que habla, escribe y actúa durante sus sueños. A través de una serie de estudios como la actigrafía, se monitorea el patrón circadiano y la actividad del paciente durante su sueño. Para realizar estudios de polisomnografía, los pacientes deben dormir en el laboratorio para que puedan realizarse mediciones electrofisiológicas de la corteza cerebral, el tono muscular, el sistema motor, la respiración, el movimiento de los ojos, intercambio de gases y toda la parte fisiológica que permite entender cómo está funcionando su organismo durante el sueño para establecer una línea de intervención.
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