Al privilegiar la escritura frente a la oralidad se excluye al 80 por ciento de la sociedad que nunca han tenido escritura.
Los esfuerzos por hacer inclusivo el lenguaje, que se aferran a incluir los géneros femenino y masculino en una misma expresión, dan lugar a grafías como “Lxs” o “L@s”, lo cual provoca no sólo aberraciones gramaticales e intensos debates, sino que ni siquiera terminan por construir una auténtica inclusión igualitaria.
En la opinión de la lingüista Concepción Company, el llamado lenguaje inclusivo es en realidad excluyente para poco más de 6 mil lenguas en todo el mundo.
“De las 6 mil 104 lenguas que están inventariadas en el instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania) menos de 100 tienen escritura. Entonces… ¿Cómo podría esta convención gráfica crear igualdad si de entrada discrimina a las lenguas que solo son orales?” planteó la investigadora de la lengua.
Esos signos que sustituyen a las vocales son impronunciables, y no hay pauta fonológica para pronunciar “Lxs o L@s”; mucho menos en aquellas lenguas que solo son orales —explicó— por lo que le quita a estas 6 mil lenguas un rasgo muy significativo que ha existido desde hace 200 mil años: la primacía histórica y biológica de las sociedades que viven en la oralidad.
Aunque algunas lenguas, como el checo, tienen silabas con tres consonantes, en general son muy raros los idiomas que tienen la misma cualidad gramatical.
Recalcó que al privilegiar la escritura frente a la oralidad se excluye al 80 por ciento de la sociedad, que nunca han tenido escritura y son culturas muy ricas, convencionales y tradicionales. “Y no tener escritura, no significa no tener cultura”.
El uso de la “e” como neutro
“Si bien, los dueños de la lengua son los hablantes y no los académicos, el uso de la letra “e” en sustitución de la “a” para señalar lo femenino, o de la “o” para el masculino es arbitrario”, opinó.
Hasta ahora, los experimentos que se han hecho en literatura usando estas modificaciones resultan difíciles de asimilar y de leer. “No son lecturas para leerse al borde de la alberca”, dijo Company.
Comentó que las batallas para alcanzar la equidad de género hay que darlas en los ámbitos jurídico, político y cultural. Después la lengua, al ser un repositorio natural de la cultura, recogería todo aquello.
Pie de foto: ¿Cómo podría esta convención gráfica crear igualdad si de entrada discrimina a las lenguas que solo son orales? Foto: FCCyT.