UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA
Campus Xochimilco
Número 044
27 de enero de 2017
- La actividad académica conlleva muchas veces la inventiva, que puede resultar en aplicaciones útiles para la industria o la sociedad
- Algunos inventores académicos no están de acuerdo con comercializar, pues consideran que su actividad preponderante debe ser transmitir el conocimiento
El rol actual de las universidades ya no consta sólo de la formación de profesionales y el desarrollo de la investigación, sino incluye el aporte que sus inventores-emprendedores brindan a cada sector de la sociedad.
La actividad académica conlleva muchas veces la inventiva, que puede resultar en aplicaciones útiles para la industria o la sociedad, coincidieron en señalar especialistas participantes en el Seminario de Investigación de Estudios Institucionales, llevado a cabo en la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La doctora Claudia del Carmen Díaz Pérez, profesora-investigadora del Departamento de Estudios Institucionales de esa sede académica, sostuvo que hay inventores académicos que no están de acuerdo con comercializar, pues consideran que su actividad preponderante debe ser transmitir el conocimiento.
Sin embargo, aclaró, hay quienes sí creen que se debe hacer negocio con las invenciones académicas porque favorece a los estudiantes, a los docentes y a la universidad.
En su ponencia Inventores y patentes académicas: experiencias y recomendaciones, la académica admitió que “los inventores de instituciones de educación superior del país enfrentan muchos obstáculos para hacer sus patentes y sus contratos de licenciamiento e incluso para crear empresas”.
Todas las universidades o instituciones educativas tienen una carga de procesos administrativos que en la mayoría de las ocasiones son difíciles de enfrentar y, con frecuencia, los emprendedores renuncian a patentar y prefieren publicar.
Por otro lado, dijo, algunos proponen que la universidad, además de docencia e investigación, haga vinculación, es decir, realice el contacto con las empresas, con los grupos sociales que necesitan resolver problemas para realmente involucrarse con la sociedad.
El doctor Jaime Aboites Aguilar, profesor-investigador del Departamento de Producción Económica de la Unidad Xochimilco de la UAM, en su ponencia Diáspora de inventores mexicanos, habló sobre la movilidad académica y la tendencia de flujo de investigadores de los países en desarrollo hacia los países industrializados, de ahí el uso metafórico del término diáspora.
El doctor Aboites Aguilar, uno de los precursores en México de los temas de patentes académicas, explicó que los argumentos más comunes por los que se da esta fuga de cerebros es por los salarios que pueden percibir en países de Europa o Asia y en Estados Unidos, en comparación con los de México.
También porque no encuentran las condiciones necesarias para realizar actividades de investigación y desarrollo o porque hay muy poca o nula vinculación de las universidades con las empresas.
Además el investigador señaló que existe la participación siempre latente de investigadores-inventores mexicanos en patentes de otros países, sobre todo en áreas como la ingeniería, la biotecnología, biología, química, ciencias agrícolas, exactas y de la salud.
El académico afirmó que los estudios sobre estas temáticas están dentro de una nueva rama denominada Economía del Conocimiento, en la que hay dos grandes vertientes: una estudia la producción de bienes y servicios, y la otra cómo se genera el conocimiento.
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