AUTOR: Montserrat Muñoz
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT
Guadalajara, Jalisco. (Agencia Informativa Conacyt).- Que si es posible clonar dinosaurios a partir de un mosquito disecado en ámbar al estilo del filme Jurassic Park; que si los vegetales transgénicos producen cáncer y necesitan de gran cantidad de pesticidas; que si a partir del ADN se puede determinar la edad de una persona. El desconocimiento y rezago en materia de biotecnología en el país fue el principal aliciente para que un grupo de emprendedores jaliscienses iniciaran Gene Garage, comunidad que busca incentivar la biotecnología y la creación de empresas en la materia.
A través de talleres, esta comunidad de emprendimiento biotecnológico busca informar respecto a temas relacionados con la biotecnología. Durante Campus Party 2016, impartieron tres talleres relativos a la extracción de ADN de plátano, la elaboración de una batería de bacterias para crear energía eléctrica y uno más de aislamiento de microorganismos.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, la ingeniera en biotecnología Ana Sofía Arreola Hernández señaló que a fin de hacer de estos contenidos algo muy digerible y dinámico para personas que no tengan conocimientos previos en la materia, utilizan el método “hágalo usted mismo” para entender fácilmente el tema que se trabaja.
“Hay muchas personas que desconocen el tema de la biotecnología, que tienen una imagen negativa donde piensan que con ella se juega a ser dios. Para solucionar este problema es que damos estos talleres, para que la gente de una manera divertida aprenda y se informe”, comentó la ingeniera, cofundadora de esta iniciativa.
Uno de estos talleres es el denominado Batería de bacterias, donde a través de bacterias anaerobias provenientes de lodo fermentado se puede generar energía eléctrica. Este taller, impartido por Arreola Hernández, consistió en hacer una celda de combustible microbiano a partir de reacciones que descomponen residuos sin emitir dióxido de carbono al ambiente, haciéndola una fuente de energía limpia.
“En estos talleres todo lo hacemos muy casero, nada muy tecnológico ni elaborado. La idea es probar que se puede hacer y quitar la imagen de que las bacterias son necesariamente malas y que solo producen enfermedades, pero que otras veces pueden ayudar a solucionar problemas de la vida cotidiana. El objetivo de estos talleres es explicar a la gente que no se necesita estar en un laboratorio para poder hacer ciencia”.
Utilizando este tipo de tecnología a gran escala con amplificadores de corriente eléctrica, se puede aprovechar la energía eléctrica resultante para alumbrado público, según señaló la tutora.
Por otra parte, el taller de aislamiento de microorganismos consistió en elaborar un medio de cultivo a partir de papa, azúcar, agua y agar, a fin de lograr un estriado. Esta técnica es útil, por ejemplo, para aislar ciertas moléculas producidas por bacterias, que se utilizan como espesantes en la industria alimenticia para hacer gelificantes.
En tanto, para el taller de extracción de ADN de plátano se licuó esta fruta con agua y sal. “Después pusimos detergente de trastes para romper las células que no se rompieron durante el licuado y esperamos un tiempo para que esto reaccionara. Agregamos alcohol para que se formen dos capas y el ADN sale a la superficie”.
Los jóvenes aprovechan estos talleres para desmitificar algunas creencias que se tienen en torno a la biotecnología y sus procesos, como los principios científicos detrás de la clonación y los alimentos transgénicos, entre otros. “Buscamos que la gente entienda lo cotidiano de esta ciencia y que dejen de tenerle miedo”.
Un espacio para emprender con biotecnología
La idea para crear Gene Garage surgió en 2014, luego de que el licenciado en creación y desarrollo de empresas Fernando Padilla Godoy, recién egresado de la Singularity University en Silicon Valley, Estados Unidos, compartiera con la ingeniera la necesidad de impulsar la biotecnología en México como uno de los temas para seguir en el futuro.
“Gene Garage surge de la necesidad de conectar actores en el ecosistema de emprendimiento enfocándolos a biotecnología, queremos que se desarrolle la biotecnología y hacer que haya más empresas de biotecnología en el país. No todos somos biotecnólogos, hay algunos que son contadores, físicos, de negocios, mecatrónicos, programadores, pero nuestro punto en común es la biotecnología”, compartió la emprendedora.
Durante 2015, los jóvenes se dedicaron a dar conferencias y el pasado mes de abril inauguraron el primer Biohacker Space de Guadalajara, laboratorio urbano abierto al público. Este espacio cumple con uno de los principales objetivos de esta comunidad, que es lograr la democratización de la ciencia.
“Ya no tienes que estudiar biotecnología o estar trabajando en una empresa o centro de investigación de gobierno para tener acceso a un laboratorio. Puedes ir a aprender con los talleres, y si tienes un proyecto, con una renta mensual puedes utilizar los equipos. Si sale alguna invención o patente, el dueño es el inventor, no la empresa”.
Actualmente, esta comunidad está en la búsqueda de más integrantes, especialmente en las áreas de programación, mecatrónica y electrónica. “Queremos armar los equipos para disminuir los costos que implica comprarlos, pero para eso necesitamos un conocimiento en electrónica que no tenemos nosotros. Y como la biotecnología es una ciencia multidisciplinaria, buscamos aprovechar esa cualidad y crecer nuestro grupo”.
Campus Party 2016 resultó una plataforma importante para ello, ya que al estar en un ambiente cien por ciento de tecnólogos, muchos jóvenes se acercaron a aportar conocimiento. “Vinimos con la intención de reclutar tecnólogos, programadores para que nos ayuden a elaborar estos equipos. Por ejemplo, para hacer una incubadora se necesita cierto control de temperatura que yo no tengo idea de cómo se programe. Y aquí sobran las ideas: con un Arduino, con esto, con aquello… Esa clase de combinaciones son las que buscamos”, señaló Arreola Hernández.
Durante el año, esta comunidad continuará con su programa de conferencias gratuitas, donde se invita a directores de empresas de tecnología, ingenieros químicos, biotecnólogos, mercadólogos, financieros y hasta abogados, a fin de ser un punto de encuentro entre emprendedores del área y favorecer la formación de equipos multidisciplinarios.