Por Ana Luisa Guerrero
Ciudad de México. (Agencia Informativa Conacyt).- Presentar lagrimeo, ardor en ojos, estornudos y dificultad para respirar podría leerse como un cuadro alérgico tipo asma, o atribuirse a procesos virales y bacterianos en los que los médicos recetarían antibióticos.
Sin embargo, un diagnóstico certero podría ser el síndrome de larva migrans visceral o de larva migrans ocular, afecciones asociadas con la ingesta de huevos de Toxocara canis, un parásito que infecta perros y gatos. En casos de infecciones graves, podrían provocar ceguera, empeoramiento de la vista, encefalitis o problemas respiratorios crónicos.
Los huevos con la fase larvaria infectante presentes en el suelo son eliminados en las heces de las mascotas infectadas y al secarse permanecen en la tierra o el aire, dispersándose y fácilmente ser ingeridos por los seres humanos. Después de ingerir el huevo larvado se produce la eclosión de la larva, la cual se desplaza por el cuerpo a diversos órganos, entre ellos el hígado, el corazón, los pulmones, los riñones, pero tienden a acumularse selectivamente en el cerebro y la musculatura esquelética, donde generan procesos inflamatorios. Los síntomas que producen pueden ser confundidos con otros problemas y en la mayoría de los casos se aplican medicamentos que no resultan efectivos para atender el problema.
Preocupados por esta situación, un grupo de investigación coordinado por el doctor Juan Pablo Martínez Labat, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estudia diversos aspectos de la epidemiología, los mecanismos patogénicos y opciones de tratamiento de la toxocariosis, así como del estudio de la ancilostomiasis canina causada por Ancylostoma caninum, un parásito del intestino delgado que se alimenta de sangre.
Las enfermedades asociadas a estos organismos, tanto en seres humanos como en las mascotas, representan un problema de salud pública; lo que ha llevado a profundizar en su estudio para determinar la frecuencia con que se presentan, los factores que están asociados a la transmisión y el impacto que tienen estos parásitos en los animales y la población humana; pero también exploran los mecanismos para combatirlos evaluando protocolos de aplicación de medicamentos que los ataquen.
Problema de salud pública
México es el país con mayor población canina en América Latina, se estima que existen alrededor de 23 millones de perros, una cifra similar a la de los habitantes de la Ciudad de México y el Estado de México (8.8 y 14.8 millones, respectivamente, según el Inegi). De ese total, más de 10 millones viven en la calle, una situación a la que a diario se suman más individuos.
Sin embargo, a la fecha se carece de cifras certeras. El doctor Carlos Esquivel Lacroix, jefe de Vinculación de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, calcula que 30 por ciento de los perros en el país tiene propietario, 30 por ciento se considera comunitario (son alimentados por grupos de personas en condición de calle) y 40 por ciento restante está en la vía pública.
Solo en la Ciudad de México existe alrededor de un millón 200 mil perros en situación de calle, lo que representa un grave problema de salud pública debido a que un ejemplar canino de tamaño mediano evacúa 600 gramos de excremento diario, es decir, 18 kilogramos al mes, y de estos animales la mayoría está parasitada, lo que significa un peligro real de contaminación.
Si consideramos las estimaciones de población canina en la capital mexicana y la zona metropolitana, al mes se generan 21 mil 600 toneladas de heces fecales que, en época de sequía, se deshidratan y el viento las dispersa, mientras que en época de lluvia se disuelven y el agua las arrastra contaminando casi todo a su paso, incluso tuberías de agua potable.
El polvo orgánico se mide en bacterias contaminadoras del aire por metro cúbico (CFU), siendo que el índice aceptable es de mil CFU, pero en México ese índice es al menos cinco veces mayor al recomendable, según el Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
De las 174 enfermedades infecciosas transmisibles de animales a humanos, 53 son transmitidas por los perros, según la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se trata de enfermedades zoonóticas cuyos agentes infecciosos pueden ser bacterias, parásitos, virus y hongos.
La investigación
Los investigadores de la FES Cuautitlán estudian los aspectos epidemiológicos para conocer los factores que se asocian a la transmisión y la incidencia de los parásitos. El doctor Juan Pablo Martínez Labat indicó a la Agencia Informativa Conacyt que en la zona norte del Área Metropolitana de la Ciudad de México han detectado que alrededor de 75 por ciento de los perros está infectado con Toxocara canis y Ancylostoma caninum; desarrollan un estudio para determinar el impacto que tiene la aspiración de huevos de Toxocara canispresentes en el aire o el polvo y su asociación con procesos inflamatorios crónicos de las vías respiratorias que presentan una evolución que puede ser confundida con cuadros alérgicos.
Este proceso ha sido reproducido en ratas de laboratorio induciendo la infección respiratoria al aplicar cantidades variables de huevos larvados para analizar en varias etapas la evolución de las lesiones asociadas a la interacción con estas, realizando estudios inmunohistoquímicos para detectar la presencia de las estructuras parasitarias o de las sustancias liberadas durante la interacción (denominas antígenos de secreción-excreción). En estos estudios se ha encontrado que los animales inoculados presentaron procesos inflamatorios en bronquios, tráquea y bronquiolos, que se fueron haciendo más severos conforme pasaba el tiempo y se incrementaba la cantidad de fases infectantes inoculadas, proceso que se puede mantener durante varios meses.
A la par, se evalúan diversos fármacos contra estas parasitosis, utilizando diferentes formulaciones y empleando distintos protocolos de tratamientos.
Actualmente realizan pruebas con un medicamento desarrollado por especialistas de la FES Cuautitlán a base de ivermectina, único en su tipo debido a que está formulado en forma de gel y con el simple acto de aplicarlo en la piel del animal permite desparasitarlo interna y externamente.
Medicamento innovador
El doctor David Quintanar Guerrero, responsable del laboratorio de investigación y posgrado en Tecnología, y su grupo de investigación formularon este medicamento antiparasitario para uso veterinario, la aplicación de esta formulación como emulgel ha mostrado una efectividad de 99 por ciento de eliminación de fases adultas de Toxocara canis y Ancylostoma caninum.
El doctor Quintanar Guerrero manifestó en entrevista que se trata de una emulsión de talla prácticamente nanométrica, a la que agregaron algunos agentes de permeación cutánea y un sistema adhesivo. El resultado fue un emulgel. Al tratar a los perros con infección natural, la eliminación de huevos en las heces desapareció desde el primer día de tratamiento y después de quince días, al revisar los intestinos de estos animales, las fases adultas habían desaparecido también.
La idea surgió hace cinco años cuando los especialistas vieron que la ivermectina se administraba a través de inyecciones, lastimando severamente a los animales y provocándoles necrosis, ya que los solventes empleados para este principio activo son muy irritantes.
Apoyados con recursos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT), decidieron probar vías de administración no invasivas, siendo la cutánea la más indicada, debido a que la piel de los perros tiene una importante cantidad de folículos pilosos a través de los que permea el fármaco, que garantiza una absorción representativa constante.
Actualmente, este equipo de investigación evalúa aplicarlo en otras presentaciones, como un parche o un collar, en tanto que buscan desarrollarlo con otros principios activos.
Con respaldo de la Coordinación de Innovación y Desarrollo de la UNAM, el proyecto ya recibió la patente en México y está en proceso a nivel internacional. A la par, se realizan gestiones para una posible transferencia de tecnología a laboratorios interesados en fabricarlo y comercializarlo.
¿Qué hacer?
El doctor Juan Pablo Martínez Labat asegura que esta problemática puede disminuir si se hace conciencia que las mascotas son importantes portadoras de enfermedades. Los ciudadanos tienen en sus manos la oportunidad de cambiar esta situación, al ser dueños responsables, aunque también está la responsabilidad del Estado de menguar la población de perros y gatos en situación de calle empleando diversas estrategias.
Lo primero es prevenir enfermedades parasitarias en las mascotas, por lo que deben acudir al médico veterinario para que establezca un calendario de desparasitación; además de bañarlos continuamente, porque se ha demostrado que muchas estructuras parasitarias se adhieren a la superficie del pelo y la interacción de la persona con la mascota también puede ser un mecanismo de transmisión.
Adicionalmente, los dueños de mascotas deben concienciarse en cuanto al riesgo que representan las heces de sus animales como contaminantes del ambiente, recogiéndolas del piso cuando los lleven de paseo, de modo que deben ser desechadas de forma adecuada: separarlas y colocarlas en los espacios destinados a residuos orgánicos.