Por Ana Luisa Guerrero
Ciudad de México.(Agencia Informativa Conacyt).- El estado de Tabasco pierde hasta seis metros de costas mar adentro anualmente en algunas zonas debido a la erosión costera que ha potenciado el efecto de la elevación del nivel del mar como consecuencia del cambio climático, provocando la salinización del territorio en determinadas regiones y, por ende, desequilibrios en los ecosistemas.
Con el propósito de conocer los impactos que traería el incremento en el nivel de los océanos, investigadores de diversas instituciones realizan estudios sobre la vulnerabilidad del estado en diversas áreas. Una de ellas se enfoca en el monitoreo de la erosión costera y cómo perjudicaría tierra adentro.
El territorio de Tabasco es una zona vulnerable cuyos impactos del cambio climático más importantes son inundaciones, variaciones en la línea de costa e incrementos de la temperatura; a lo que se suman los efectos del hundimiento de las cuencas bajas de los ríos Grijalva y Usumacinta por el proceso natural de sedimentación y la extracción de petróleo y agua.
Los eventos climáticos extremos atribuidos al cambio climático (huracanes intensos, inundaciones severas e incremento del nivel del mar) están causando cambios irreversibles en la ecología de los manglares y pérdidas en los cultivos agrícolas cercanos a los litorales. Y se advierte la probabilidad de que la cantidad y magnitud de dichos eventos se incrementen a futuro.
La doctora Lilia Gama Campillo, profesora investigadora de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), detalla que estudios del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) plantean que el nivel del mar puede incrementar hasta 60 centímetros a finales del siglo, aunque en los trabajos que han realizado, el mínimo escenario potencial que prevén es de casi un metro para el estado para finales de siglo.
En cualquiera de los casos, dice a la Agencia Informativa Conacyt, se afectaría a territorios de lagunas costeras y zonas agrícolas cercanas a estas por la salinización y los efectos que pueda traer.
En entrevista, señala que es imprescindible contar con métodos y herramientas que permitan la adaptación y mitigación al cambio climático, particularmente en las zonas costeras del golfo de México y el mar Caribe. Es por ello que a través de diversos proyectos financiados con recursos de Fondos Mixtos(Conacyt-gobierno de Tabasco) se han realizado —desde hace más de una década— estudios de vulnerabilidad en colaboración con diversas instituciones que integran la Red Académica sobre Desastres en Tabasco (Rasdet), como el Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Instituto de Ecología (Inecol), el Colegio de Posgraduados y la propia UJAT.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): Durante estos años de trabajo científico multidisciplinario, ¿qué resultados han obtenido?
Lilia Gama Campillo (LGC): En los temas de costa, particularmente, son las tasas de cambio, es decir, de pérdida y ganancia que tiene el territorio. El estado de Tabasco es una franja muy alargada y pequeña con gran influencia costera, en cuyo territorio hay importantes actividades productivas y donde habitan muchas personas que dependen de estas actividades. Por ello, los datos que hemos obtenido resultan de gran relevancia para las autoridades para la toma de decisiones en materia de políticas públicas.
Los datos con que hemos contribuido forman parte de instrumentos de planeación que se utilizan localmente, como el Plan de Acción Climática y el Ordenamiento Ecológico del Estado; además conlleva un interés académico en el sentido de tratar de entender qué es lo que está pasando con los procesos naturales y con las especies que aún viven en el estado.
AIC: ¿Es alarmante la manera en que ha venido elevándose el nivel del agua?
LGC: El nivel del mar se ha estado elevando, de acuerdo con los registros internacionales, alrededor de tres milímetros al año, el problema que tenemos es que en los estudios de humedales que hemos hecho en Tabasco se ha empezado a observar salinización en el subsuelo; se trata de un problema preocupante por el potencial que el agua de mar tiene de hacer cambios sustanciales.
Nuestra intención es identificar las zonas potenciales de impacto, y consideramos que el menor escenario es que el nivel se eleve un metro a final de siglo, porque aunque el panel intergubernamental contempla un incremento de 60 centímetros, se trata de elevaciones diferenciadas, siendo que las zonas más bajas y que tienen subsidencia sea mayor.
En zonas de humedales, como lo es la Reserva de la Biósfera de los Pantanos de Centla, aunque solo fueran 50 centímetros, se salinizaría el agua y eso haría que las especies ya no encuentren el hábitat idóneo para vivir.
Un gran problema que enfrentamos en la zona es el aumento de la temperatura que conlleva a cambios en la llegada de las lluvias, aumentando los riesgos por inundaciones porque se alteran los equilibrios de la biodiversidad que hay ahí.
Hemos hecho modelaciones y Pantanos de Centla es la zona que más se vería afectada, porque la elevación del territorio es de hasta menos dos metros, indicando que será un sitio seguro de inundación.
Además vimos escenarios más complicados en la reserva de Laguna de Términos, una zona muy baja de donde empezaría a entrar la salinización del territorio; y si esto por sí mismo es amenazante, desde hace más de tres décadas se ha manejado la intención de construir una presa hidroeléctrica en el río Usumacinta, que de materializarse algún día alteraría de manera importante lo que pasa en Pantanos de Centla y facilitaría que fuera mayor la entrada del mar.
AIC: ¿Una solución a esta problemática es la prevención?
LGC: Frente a esta problemática mundial tenemos que estar listos y adaptarnos a los cambios. Sabemos que nuestro planeta es dinámico, por lo que debemos estar preparados frente a ellos, porque entre más sepamos qué es lo que puede pasar, mejor podemos enfrentarlo.
Tabasco es un estado que confronta muchas problemáticas de este tipo; de hecho, la gran parte de los habitantes está consciente del cambio climático y sus impactos, tal vez no saben exactamente por qué se inundan o si se eleva el nivel del mar, pero tienen conciencia que frente a las lluvias e inundaciones deben tener sus documentos guardados en bolsas especiales.
AIC: ¿Los estudios que han realizado se han visto reflejados en estrategias públicas enfocadas en la prevención?
LGC: Sin lugar a dudas, han sido importantes para la elaboración de ordenamientos ecológicos que involucran el tema de cambio climático. Normalmente los ordenamientos ecológicos que controlan los gobiernos estatales son consultados para decidir si se puede realizar una infraestructura o no, y decidir que no en algunos casos porque es una zona vulnerable, por ejemplo en la costa, ya se está poniendo un antecedente para evitar un daño a futuro.
Recientemente se hizo una evaluación del tema y se vio que las zonas en donde se habían negado permisos de construcción eran zonas que habían seguido recibiendo impactos; eso es una prueba totalmente contundente del éxito de tener esta información técnica que ayuda a las decisiones gubernamentales.
AIC: Desde su punto de vista, ¿el gobierno, en colaboración con la academia, llega tarde a hacer estos estudios de impacto?
LGC: Creo que el problema no es que estemos llegando tarde, el problema del cambio climático es mundial y considero que el tema ambiental no se ha empoderado lo suficiente en el mundo. Actualmente, México destaca por muchos esfuerzos importantes en diferentes partes para lograrlo.
En el caso de Tabasco, desde la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco se ha promovido la posibilidad de que se implementen dos boyas para medir, en dos partes diferentes de la costa del estado, cómo se están dando estos cambios. Ello nos permitiría tener más precisión de cómo se están dando los cambios para hacer mejores proyecciones.