AUTOR: Janneth Aldecoa
FUENTE: AGENCIA INFORMATIVA CONACYT
Culiacán, Sinaloa. (Agencia Informativa Conacyt).- José Alejandro Beltrán Ley tiene 18 años de edad. Pone el corazón en lo que se propone, lo mismo en concursos de oratoria o poesía, que escribiendo novelas de ficción, mismas que, aunque no se han publicado, son aclamadas en su ciudad natal, Mazatlán.
Ahora representará no solo a Sinaloa o a México en un congreso internacional de ciencias, representará a América Latina con un proyecto ambiental. El joven es estudiante de bachillerato en el Centro Tecnológico del Mar (Cetmar) No. 8, ubicado a un costado del Estero de Urías, que desde 2014 se convirtió en su objeto de estudio, debido a los altos niveles de contaminación provocados por empresas, escuelas y hogares aledaños al sector.
Alejandro y su asesor, el doctor Jesús Antonio Ramírez López, unieron su interés por mejorar las condiciones del Estero y crearon un proyecto que buscaría financiamiento de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), así como concienciar a los habitantes sobre la importancia de proteger el ecosistema.
“En el Estero de Urías se encuentran las mejores especies de bosque de manglar, que sirve también al desarrollo económico de la ciudad al ser un cuerpo receptor de aguas residuales, pero, como todos los cuerpos receptores de este tipo, presenta contaminación. En sus márgenes hay una termoeléctrica, escuelas, además la estación de Petróleos Mexicanos, granjas camaronícolas y empresas”, comentó.
En esa zona habitan al menos 40 mil personas. Según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), estudios científicos y publicaciones de diarios de la localidad indican que el Estero de Urías es el cuerpo de agua rodeado de más industria de todo el estado de Sinaloa.
Desde 2014, asesor y alumno aterrizaron la idea y desarrollaron el análisis de agua y del sedimento. Implementaron estrategias de educación ambiental y diseñaron el proyecto para determinar el nivel de conocimiento de los usuarios hacia la problemática del sistema, para lograr una conciencia ambiental en Mazatlán. Realizaron análisis fisicoquímicos y biológicos del agua y del sedimento para llegar a la sustentabilidad.
¿Cómo nace la idea?
“Aledaño a mi escuela se encuentra el Estero de Urías. Tenía contacto con el cuerpo de agua y veía la contaminación. Desarrollábamos todas nuestras prácticas en ese cuerpo de agua y me surgieron las preguntas, pues hay empresas cercanas limpiando desechos tóxicos. Pensaba: ‘¿por qué se permite esto si está afectando al sistema?’”, dijo.
Paralelamente, el doctor Ramírez López buscó financiamiento para poder costear el proyecto. Fue rechazado dos veces por la Conagua. Más tarde, esa dependencia federal abrió una convocatoria para apoyar un proyecto con características similares. Así eligió el proyecto de Alejandro Beltrán y el doctor Jesús Ramírez.
Encuentran eutrofización
Durante el desarrollo del proyecto, alumno y maestro corroboraron su hipótesis. Encontraron la presencia de eutrofización, es decir, la acumulación de residuos orgánicos en el estero, que causa la proliferación de algas, lo que puede ocasionar que el ecosistema se llene de materia orgánica, reducir el oxígeno disuelto y aumentar la sedimentación; en caso extremo es posible lograr la destrucción del ecosistema. Para determinarlo, utilizaron el modelo italiano Trix Index, que consiste en un diagnóstico mediante el cual se indica la productividad y calidad del cuerpo de agua a estudiar.
“Detectamos baja productividad de pesca y mucha materia orgánica, al mismo tiempo que tiene presencia de nitrito, nitratos o amonio; significa que hay muchas empresas que están arrojando contaminantes”, señaló.
Con los resultados, docente y alumno emprendieron una campaña de concienciación y jornadas de capacitación a los habitantes para cambiar sus hábitos y mejorar el ecosistema. Elaboraron trípticos y realizaron un documental que indica la necesidad de llevar a cabo sencillas acciones, tales como no tirar basura en el sistema acuático, no quemar basura o llantas y no consumir demasiada electricidad.
“Las comunidades aledañas son de un nivel socioeconómico bajo. Para poder ganar más espacio, las familias rellenan de tierra zonas de agua. Se trabaja con ellos para darles a conocer que el calentamiento global es una realidad, si el nivel del mar sube en esa zona donde viven, se inundará y ponen en riesgo sus vidas. Hemos trabajado esa concienciación”, explicó.
El proyecto fue expuesto en el Cetmar 08, después en el Congreso Nacional de DGTIS y más tarde fue aprobado para participar en el 22o Congreso Nacional de Ciencia y Tecnología, en septiembre de 2015. Ahí obtuvo la acreditación para la ExpoCiencias Regional Pacífico 2015, donde a su vez obtuvo el mérito para la ExpoCiencias Nacional, en diciembre pasado, en Tamaulipas. Compitió contra más de 400 proyectos a nivel nacional y solamente los mayores puntajes obtuvieron pases internacionales.
Segundo lugar internacional
El joven y su asesor fueron seleccionados para formar parte de la delegación mexicana que participaría en la Olimpiada Internacional de Proyectos Científicos Ambientales (Inexpo), desarrollada en mayo pasado, en Holanda. Se enfrentaron a más de 300 competidores de 50 países. Resultaron ganadores del segundo lugar.
“Fue una experiencia única, maravillosa. Conocí una cultura nueva, pero al momento de ganar me di cuenta de que poner el empeño y el corazón en todo permite llegar a trascender. Es una experiencia que jamás se me olvidará y de la que aprendí muchísimas cosas”, comentó.
En esa competencia, Alejandro Beltrán y el doctor Jesús Ramírez fueron invitados a participar en el 25o Congreso Internacional de Jóvenes Investigadores, a realizarse del 27 de junio al 1 de julio, en Zaragoza, España.
“Expondremos este proyecto, que es el único de todo el continente. No representamos solo a México sino a todo el continente”, detalló.
A este, se suma otro triunfo para el joven científico. Recientemente fue notificado por parte del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) que fue aceptado en el programa “Líderes del mañana”, que consiste en una beca de estudios que cubre el 100 por ciento de los gastos para cursar en cualquiera de sus campus. El adolescente realizará en el Tec de Monterrey, en Monterrey, la carrera de ciencias hispánicas.
“Sé que llegaré a ser un buen escritor de México”, finalizó.