Fuente: ANTIMIO CRUZ BUSTAMANTE, Reportero de Ciencia, Tecnología e Innovación, Revista Digital Mi Patente, [email protected], www.mipatente.com
Con menos de 18 años de edad, un equipo de estudiantes de educación media superior, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), asesoradas por su profesora de la materia de desarrollo de habilidades del pensamiento y creatividad, inventaron una cuchara que tiene un dispositivo eléctrico capaz de elevar la temperatura y calentar los alimentos que se van a consumir, mientras las personas están en lugares sin estufas u hornos, por ejemplo en el transporte público o incluso puede servir para campamentos de damnificados.
La termo-cuchara fue creada por un equipo en el que participaban María Paola Caudillo Magaña y Andrea Varela Moreno, gracias a un ejercicio de innovación y creatividad en la que la profesora y asesora María Guadalupe Rivera Ortiz les pidió encontrar una necesidad de la población que pudiera ser resuelta con sus conocimientos.
Así, las estudiantes del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECYT) número 12, del Politécnico, vieron que muchos mexicanos llevan guisados y alimentos cocidos a sus trabajos y escuelas pero tienen que comerlos fríos o calentarlos en microondas. El invento está en trámite para proteger la propiedad intelectual de sus creadoras.
La cuchara funciona con baterías, cuenta con un mango que aislante de la temperatura y su peso es prácticamente el mismo de los cubiertos comunes y corrientes. En la actualidad las innovadoras estudian diferentes aleaciones de metal que mejoren el desempeño de su invento.
Actualmente las autoras trabajan con abogados especializados en propiedad industrial para proteger el invento con un registro ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). Las ventajas de este desarrollo tecnológico son tan claras y aplicables a diferentes sociedades que ya ha llamado la atención fuera de México e incluso fue presentado en la televisión de Estados Unidos en uno de los programas de mayor raiting de la cadena NBC, llamado Tonight show, con Jimmy Fallon.
Observación y solución
“La base de este invento es la observación y así pudimos identificar algo que se necesitaba. Yo ya tenía algo de conocimientos de electricidad, de la secundaria, pero aquí se hizo más claro cómo podría aplicarlos a un problema específico y después lo que hicimos fue organizarnos y jalarnos como equipo”, explicó María Paola Caudillo, en entrevista con Mi Patente.
El mismo punto de vista es compartido por Andrea Varela Moreno, quien considera que el ejercicio más fuerte es identificar una necesidad no resuelta.
“Antes de establecer un proyecto, la maestra nos dijo que observáramos en la calle necesidades que hacía falta resolver. Así fue como vimos que en el transporte público muchas personas llevaban sus alimentos y comenzamos a pensar en sus necesidades de cucharas o cubiertos para comer. Luego, en un ejercicio, la maestra nos hizo cerrar los ojos y nos puso una cuchara y imaginar cómo podríamos mejorar algo tan conocido y usado. Así vimos que, en México, muchas personas llevan alimentos guisados en casa pero los tienen que comer fríos, por ejemplo, unas albóndigas y comenzó a aclararse la idea de la termo-cuchara”, cuenta Andrea Varela.
El invento de las jóvenes fue presentado primero en una feria escolar llamada Poliemprende, en la cual ellas eran las participantes más jóvenes pues estaban en el primero y segundo semestre de educación media superior, mientras que los otros participantes eran jóvenes de quinto y sexto semestre que presentaban proyectos para su titulación.
“Después de definir el proyecto y saber que necesitábamos elevar la temperatura comenzamos a pensar en los circuitos que serían necesario y tuvimos apoyo de nuestras familias para ir perfeccionando el modelo”, cuenta Paola, cuyo padre apoyó a la formación de primer prototipo diseñando el mango.
Andrea Varela narra que en cada paso han recibido asesoría y apoyo de diferentes expertos en electrónica, termodinámica, metales y formación de planes de negocios.
“Hemos desarmado muchas planchas”, dice en broma Paola Caudillo, quien añade que empezaron como un juego y ahora tienen la semilla de un negocio.
La profesora Rivera Ortiz afirma que, más importante que el invento es el descubrimiento de las jóvenes de su capacidad para crear.
“Tengo 32 años como docente y a lo largo de la práctica he visto a muchos jóvenes llegar con muchas inquietudes, entonces es un reto para nosotros, los profesores, crear una estrategia para fomentar esa creatividad. A mí me alegra que esta cucharita cumple con uno de los principios del Politécnico Nacional: la técnica al servicio de la Patria”, concluye Guadalupe Ortiz.